Actualidad

Talento, ambición estética y literatura peruana contemporánea

Published

on

 

Hacer un recuento de autores contemporáneos talentosos y valiosos de verdad es un acto imposible en medios como el nacional. Salvo que haya genios escribiendo en las sombras que no han dado a la luz pública sus obras o proyectos, la literatura peruana en general es baja y aburrida desde hace varias décadas, con ciertas excepciones medianas y más o menos entretenidas pero absolutamente nada de grandeza.

Edwin Cavello solicitó hace pocos días, en su muro de Facebook*, que le recomienden autores peruanos contemporáneos con talento, una solicitud inquietante en cierta forma porque posibilita una muy buena pregunta, ¿acaso es posible que existan escritores sin talento?

No puede existir un escritor sin talento. De hecho, si no tienes talento, te engañas al llamarte artista y si no escribes de un modo superior al promedio te engañas al creerte un escritor ya que hasta un mal escritor tiene cierto talento y una elevación sobre los que no practican el oficio, en fin. Hubo muchos comentarios y, al final, no pasó nada con ese recuento colectivo improvisado en una red social cualquiera y, obviamente, bienintencionado.

Sin duda, muchos de los autores que fueron mencionados son esforzados profesionales de la palabra pero eso no es suficiente, no es suficiente el talento. De hecho, en la actualidad sería mezquino negar que en los predios de la literatura peruana hay gente con talento – más bien mediano, pero talento al fin y al cabo-, habilidades formales y hasta tenues estilos – aunque como en toda disciplina, lo que más abunda es el conjunto de mediocres habituales -, pero la literatura, el arte en general, no puede limitarse a eso.

Una pregunta alternativa, profunda y digna de ser controvertida sería, pese al subjetivismo inherente a la misma:

¿Existen grandes escritores peruanos contemporáneos? ¿Prospectos, siquiera?

Como sabemos, la facilidad con que se endilga el adjetivo “grande” a cualquiera es una de las graves taras que tiene la cortesana literatura peruana, o mejor dicho, el medio en que esta se publicita, y ya es tiempo de aniquilar esa falsa expectativa, muy similar a la absurda fe de clasificar al mundial de fútbol y a otros entuertos con el que la idiosincrasia peruana es siempre recurrente.

En narrativa, luego de MVLL y Miguel Gutiérrez, existe un obvio estancamiento, un detrimento de la ambición totalizadora que debe perseguir todo novelista.

En poesía, desde Juan Ojeda no existe una intención de lograr una poesía absoluta salvo el proyecto de Enrique Verástegui.

Proliferan los estilistas que pueden escribir con cierta corrección pero no tienen nada que decir, los cosmetólogos de la palabra, los entusiastas experimentales y los que escriben mal pero tienen buenos amigos solícitos con las reseñas, los “discursos” de las presentaciones y  las “críticas fundamentadas y enjundiosas”.

Han pasado varias décadas de debilidad  y molicie y no parece cercano “un estremecimiento nuevo”.

Un medio donde cualquiera pública, donde no existen críticos de nivel, donde no existen polémicas serias y bien fundamentadas no puede dar mejores frutos que los ampliamente conocidos. Un escenario absolutamente lamentable, sobre todo, para los lectores.

https://www.facebook.com/edwin.c.limas/posts/10154908774523994

 

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version