Ministro, Administración para la Protección Medioambiental Yuan Ejecutivo. República de China (Taiwán)
Las concentraciones de dióxido de
carbono en la atmósfera registradas en el Observatorio de Mauna Loa, en Hawái,
alcanzaron en mayo de 2019 el máximo histórico de 415 partes por millón. La
Organización Meteorológica Mundial ha publicado también una serie de datos que
muestran que junio de 2019 fue el mes más caluroso de la historia, batiendo
récords desde Nueva Delhi hasta el Polo Norte. Tal y como Hilda Heine,
presidenta de las Islas Marshall ha pedido al mundo, no vale la pena discutir o
debatir si el cambio climático va a llegar, porque ya está sucediendo en estos
momentos.
Como miembro de la aldea global,
Taiwán se esfuerza por combatir el cambio climático y proteger la Tierra. De hecho,
está desempeñando un papel indispensable en la tarea vital de legar un medio
ambiente sostenible para las generaciones futuras.
Como resultado de la actual situación política internacional, a Taiwán se le ha prohibido participar en la Conferencia de las Partes que se celebra bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Sin embargo, sigue buscando la manera de hacer contribuciones a la comunidad internacional. “Hemos aprobado la Ley de Gestión y Reducción de Gases de Efecto Invernadero, estableciendo objetivos a largo plazo para la reducción de este tipo de gases, y hemos formulado las Directrices de Acción Nacional para el Cambio Climático, así como un Plan de Acción de Reducción de Gases de Efecto Invernadero. También hemos elaborado un Plan de Acción del Control de la Reducción de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero que cubre los sectores de energía, manufactura, transporte, desarrollo residencial y comercial, agricultura y medio ambiente”, dijo el ministro Administración para la Protección Medioambiental. Chang Tzi-chin.
Añadió que “con una hoja de ruta claramente perfilada a la reducción de las emisiones nacionales de carbono, los puntos clave de este plan incluyen la promoción de la transformación de la energía; las ayudas a los fabricantes para que transformen sus empresas en verdes y bajas en carbono; el desarrollo del transporte verde y la promoción del uso de vehículos bajos en carbono; la mejora de los estándares de ahorro de energía para los exteriores de los nuevos edificios; la ayuda a las granjas ganaderas para el reciclaje del biogás, y el fortalecimiento del reciclaje de metano de los vertederos de residuos y aguas residuales industriales”. Explicó que además, la aprobación de un Plan de Implementación del Control de Gases de Efecto Invernadero, propuesto por los gobiernos locales, muestra cómo Taiwán está respondiendo al cambio climático de forma colectiva, desde un nivel central hasta los niveles locales.
En los últimos años, “nuestro Gobierno ha hecho significativos progresos en el desarrollo del sector de las energías renovables, aplicando activamente políticas diseñadas para reducir la generación de energía procedente del carbón, aumentando la utilización del gas natural y promoviendo el desarrollo verde. Para 2025, esperamos que las energía solar y eólica produzcan 20 GW y 6.9 GW de electricidad por año, respectivamente. Y también estamos poniendo en marcha numerosas políticas y acciones de ahorro de energía bajo nuestro Programa de Desarrollo de Infraestructuras con Visión de Futuro, e iniciativas similares. Mientras, nuestro Plan de Acción de Financiación Verde se centra en áreas tales como las finanzas, la inversión, la recaudación de fondos y la formación de talentos, apoyando el desarrollo del sector de la energía verde mediante el impulso de incentivos financieros”.
En términos de investigación y desarrollo tecnológicos, la política de tecnología verde de Taiwán cubre el desarrollo, almacenamiento y ahorro de energía y la integración de sistemas; el aprovechamiento de materiales de futuro; la tecnología sostenible; el ahorro de energía avanzado; los sistema inteligentes y áreas similares, con el objetivo de involucrar a la industria con los frutos de la investigación en el mundo académico. Y desde el lanzamiento de nuestro satélite FormoSat-3 en 2006, Taiwán ha acumulado más de 10 millones de elementos de datos meteorológicos que ha proporcionado, de forma gratuita, a expertos e investigadores de todo el mundo para su utilización en investigaciones científicas. Además, los datos recogidos tras el lanzamiento este año del satélite FormoSat-7 mejorarán aún más la exactitud a la hora de predecir eventos climáticos severos, lo cual supondrá una gran contribución a las previsiones meteorológicas a nivel mundial y a las acciones contra el cambio climático.
Según Patricia Espinosa, Secretaria
Ejecutiva de la CMNUCC, entre 1997 y 2016 ocurrieron en todo el mundo más de
10.000 incidentes climáticos extremos, que se cobraron innumerables vidas y
destruyeron hogares. Como quiera que el mundo continúa haciendo frente a crisis
climáticas, este problema global requiere una solución global. Esto significa
que cada persona, como miembro de nuestra comunidad global, debe participar y
buscar una solución.
Es injusto que Taiwán sea excluido
de las organizaciones internacionales por prejuicios políticos. Nuestra
exclusión contradice el espíritu de las convenciones climáticas implicadas, que
instan a todas las naciones a trabajar de manera conjunta para combatir el
cambio climático global, e ignora tanto el concepto de justicia climática
enfatizado en el Acuerdo de París como la importancia de pedir a todas las
naciones que adopten acciones climáticas. Esta violación de la Carta de las
Naciones Unidas debilita nuestro marco internacional y perjudica al mundo
entero.
Taiwán es un amigo responsable y
sincero de la comunidad internacional y está dispuesto a aportar su
contribución. Nos complacería compartir nuestra experiencia en materias tales
como la buena gobernanza ambiental, la prevención de desastres y sistemas de
alerta temprana, la actualización de tecnologías de eficiencia energética y la
innovación en alta tecnología y sus aplicaciones. Nos esforzamos por hacer del
mundo un lugar mejor, y creemos que Taiwán puede ser un socio valioso en la
respuesta global al cambio climático.