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«Solidaridad y Transparencia», por Edmundo Cruz

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Esta semana, colegas periodistas del diario La República, de Lima y provincias, fueron despedidos del trabajo repentinamente, en plena pandemia. Entre ellos, jóvenes promesas y veteranos de profesión. No han cometido falta alguna. Por información directa sé que la decisión empresarial se sustenta en una crisis en las finanzas del diario generada por el coronavirus, pero hasta hoy no hay una explicación pública.

Ante todo, va para los colegas cesados mi solidaridad fraterna y franca. Perder el empleo de la noche a la mañana en estos tiempos es una dura prueba, pero el coraje es uno de los rasgos distintivos del periodista de vocación. Ya en su escrito “Textos costeños”, Gabriel García Márquez advirtió: “El periodismo es la profesión que más se parece al boxeo, con la ventaja de que siempre gana la máquina y la desventaja de que no se permite tirar la toalla” .

Durante casi veinte años, el diario La República me acogió con generosidad y laboré reporteando en defensa de la verdad y el derecho a la vida. Ahora, la situación me obliga a pensar en voz alta. Veamos. Al inicio de la Cuarentena, el diario compartió problemas y soluciones con su personal de periodistas. Convino en postergaciones de pagos e inclusive disminuciones temporales de sueldos. Aquella fue una vía que se insinuó apropiada, pero pronto se descuidó y llegaron los despidos.

Probablemente, éste sea el primero de una larga lista de retos que planteará el impredecible coronavirus. Así que retomar el camino previsor de la transparencia y el entendimiento con los periodistas y administrativos que hacen el diario debería ser lo aconsejable para desandar tropiezos y enmendar rumbos.

Igual de importante es la transparencia con los lectores, la ciudadanía debería ser informada de los hechos que sustentan decisiones como la que motiva este comentario. La ecuación: Diario La República más (+) Transparencia con los lectores, es el arma principal contra la desinformación y el único soporte firme de una prensa estable, sólida e independiente, capaz de sobrevivir a cualquier virus.

Extiendo también mi solidaridad a los compañeros que en medio de una inestabilidad forzada por el coronavirus continúan en sus puestos de trabajo y ahora deben compensar el aporte de los ausentes. Sobre todo, acompaño a aquellos que, a mucho riesgo, informan desde la primera línea de la cobertura.

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