Como sociólogo estoy analizando el tema de la corrupción en el Perú. ¿Cuáles son sus causas? ¿Por qué todos los últimos gobiernos han terminado con graves acusaciones penales? ¿La corrupción es una enfermedad congénita de nuestra sociedad? ¿Cómo erradicarla?
El gobierno actual está. Es públicamente conocido que en enero la Fiscal de Nación, Zoraida Ávalos Rivera, abrió investigación preliminar al presidente de la República, José Pedro Castillo Terrones, por la presunta comisión de los delitos contra la administración pública (tráfico de influencias agravado, en su calidad de autor) y colusión (en calidad de partícipe), en agravio del Estado (https://tinyurl.com/ymv7npwe).
Sin embargo, ella suspendió el inicio de los actos de investigación “hasta la culminación de su mandato presidencial en razón de su inmunidad absoluta que trasciende el ámbito procesal penal” embarrado hasta el cuello en denuncias e investigaciones penales de presuntos manejos ilícitos. Esto ha sido interpretado como una presunta maniobra legal que buscaría la impunidad.
En mi artículo “Corrupción y corrupcionismo” (https://tinyurl.com/2jyftpzv), señalé que la corrupción en las altas esferas del Estado “alcanza ribetes de escándalo, criminalidad, inmoralidad e incapacidad de aquellos funcionarios para desempeñar el rol que el Estado les encomienda”.
“Es vox populi que la corrupción y el corrupcionismo han crecido exponencialmente, depravando todas las instituciones y organismos: Congreso, Ministerios, Gobernaturas Regionales, Municipalidades, donde muchos funcionarios solo quieren utilizar el cargo como un organismo de fachada exclusivamente para apoderarse del botín aurífero del tesoro público”, señalé en esa oportunidad. Y me reafirmo en lo dicho.
¿Cuáles son las motivaciones de una persona corrupta? El estudio del “fenómeno de la corrupción”, no sólo lo abordamos desde la perspectiva de la sociología, sino también se enfoca desde otras disciplinas como la psicología, la ética, el derecho penal, la criminalística, la antropología y la historia.
En su ensayo “Psicopatología de la corrupción”, Martín Nizama Valladolid (Médico psiquiatra y profesor principal de los Departamentos Académicos de Psiquiatría de la de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos) elabora “una sistematización fenomenológica de la corrupción; grave proceso mórbido espiritual, cuya génesis se remonta a los orígenes de la humanidad. Actualmente es una pandemia en la sociedad anética y deshumanizada, regida más por los antivalores” (https://tinyurl.com/498uppjr).
Importante y muy trascendental ha sido el trabajo monumental del historiador Alfonso Quiroz Norris (1956‐2013), llamado “el historiador incansable”, autor de Historia de la corrupción en el Perú (Instituto de Estudios Peruanos, 2013), ver edición PDF en https://tinyurl.com/yvcjhnne.
Definitivamente, Alfonso Quiroz hizo un gran aporte historiográfico para reconstruir “la historia financiera peruana y la historia de la corrupción estatal en el Perú”. Para ello aplicó técnicas modernas de análisis histórico basadas en estadísticas, finanzas, economía y archivística, entre otras, para rastrear los hilos invisibles de la corrupción desde el Virreinato hasta el siglo XXI.
En el prólogo de Historia de la corrupción en el Perú, el historiador Marcos Cueto señala: “Alfonso Quiroz trabajó en el tema de la corrupción cuando se estaba convirtiendo en una preocupación internacional. Por ejemplo, el Banco Mundial (BM) y otras agencias bilaterales y multilaterales de cooperación técnica y financiera advirtieron —desde mediados de la década del noventa del siglo pasado— que sus programas antipobreza y a favor del desarrollo económico habían sido muchas veces inútiles porque fueron malgastados por administraciones ineficaces e ineficientes en la gestión y porque buena parte de los recursos se evaporaban en un ambiente estatal poco transparente, como el que existía en muchos países en desarrollo donde proliferaba la corrupción”.
Si el estudio de la corrupción tiene el objetivo de interpretarla y averiguar sus causas y consecuencias, el deber de todos los peruanos es combatirla y erradicarla de raíz.