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Sobre las editoriales independientes en el Perú

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El Ministerio de Cultura ha publicado un amplio repertorio titulado Catálogo de editoriales independientes del Perú 2014 que, como su nombre lo indica, presenta las editoriales existentes en el Perú hasta el año pasado y en el que el  término “independiente” deja suponer que hay editoriales dependientes ¿de qué o de quién? Imagino que se refiere a los grupos editoriales extranjeros arraigados en los países de habla hispana. Por lo demás, el Ministerio no precisa lo que son las “editoriales independientes”; la nota de introducción al Catálogo apunta vagamente que son aquellas “que apuestan por la diversidad temática” y por “autores nuevos”  (sic).

Me interesa abordar en estas líneas el trabajo que en el Perú llevan a cabo  diversas editoriales independientes (llamémoslas pues así) dedicadas a la creación literaria (el Catálogo hace una clasificación temática). Ahora bien,  ignoro si están todas las que son o si son todas las que están, pero ¿en qué consiste el trabajo de una editorial, dependiente o independiente? Exacto: en editar libros y difundirlos.

Evidentemente la edición  en sí misma es el resultado de todo un trabajo previo, de equipo, realizado en varias etapas: la recepción del manuscrito enviado por el autor, la revisión del texto y la corrección de los posibles errores de sintaxis, de semántica, de velar por la limpieza del texto en general; verificación de la justeza de lo narrado con sus referentes aludidos; alertar al autor de las posibles incoherencias o contradicciones internas del texto; sugerirle algunas variantes si es necesario; finalmente, la aprobación del manuscrito propuesto para su publicación si se considera que posee el mínimo de consistencia literaria y que, además, está en afinidad con la línea editorial de la casa editora.

Aclaro aquí que hablo de manera general, carezco de toda autoridad para señalar con su nombre a tal o cual editorial por realizar su trabajo de manera deficiente. Me posiciono aquí como un simple lector, y como tal lo digo con todas sus letras: es una constante lamentable encontrar novelas o libros de cuentos, publicados por las editoriales independientes, plagados de errores formales de escritura. Pondré solo un ejemplo: en una de las novelas aclamadas por la crítica especializada como una de las mejores del 2014 en el Perú, hay no menos de veinte errores con el uso del pretérito imperfecto del subjuntivo, unos diez errores de semántica, unas diez imprecisiones temporales a las que se alude en la narración, por citar solo estas faltas en un libro de 141 páginas… ¿El manuscrito fue revisado?, ¿por qué no se alertó al autor de sus errores en cuanto a las alusiones temporales o de tipo histórico?

Lo del ejemplo que acabo de citar ha sido sin duda un caso extremo de dejadez pero, insisto, las erratas impregnan tercamente muchas de las publicaciones de las editoriales independientes. Esta falta de rigor hace imaginar cómo tal vez nace una editorial independiente: una gris tarde de Lima un grupo de buenos amigos, para quienes la literatura lo es todo, reunidos alrededor de unas chelas en algún bar frecuentados por escritores, deciden de pronto crear una editorial. Imaginan el nombre, el logo, el formato de la carátula; uno de ellos, como en aquel cuento de Ribeyro, sale de pronto del bar  a hacer imprimir tarjetas de visita de la nueva editorial y al volver las distribuye, emocionado, entre sus asociados quienes las reciben, también emocionados, creyéndose cada uno Gaston Gallimard, el fundador de la célebre editorial francesa que lleva su apellido.

Desde luego, frente a la capacidad financiera de las grandes editoriales, las llamadas editoriales independiente constituyen una red paralela que permite el acceso a la publicación a autores para quienes las puertas de las otras están cerradas.  Pero, salvo encomiables excepciones, aún hay trabajo por mejorar en el proceso de la edición de una obra, en las condiciones financieras en el trato con un autor (no hay que olvidar que es el mismo escritor quien suele financiar la edición),  en la distribución y difusión del libro. A las editoriales independientes peruanas les ha llegado la hora de ser verdaderamente profesionales y de asumir ese su rol. El momento es propicio.

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