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Siu Kam Wen: “Me esforzado por encontrar lo que quiero y lo he logrado”

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A mediado de los años 80 el escritor chino-peruano-norteamericano Siu Kam Wen dejó el Perú, harto y desesperado por la imposibilidad de conseguir trabajo. A su partida dejó publicados El tramo final, uno de los 10 mejores libros publicados en esa década, y La primera espada del imperio, libro premiado y editado por el desaparecido INC.

Su silencio de 25 años lo convirtió en leyenda, y su retorno en el 2007, fue uno de los momentos más felices de su vida. Siu Kam Wen está en Lima, nuevamente, esta vez para presentar su  nueva novela La estatua en el jardín, editada por el Fondo Editorial de la Universidad Ricardo Palma.

Has venido a Lima para presentar la novela que ha editado el Fondo Editorial de la Universidad Ricardo Palma ¿Qué novela es?

Se titula La estatua en el jardín, anteriormente lo había publicado para ser leída solo por unas cuantas personas, no fue una edición masiva.

¿De qué trata La estatua en el jardín, vuelves a tocar el tema de lo chino?

No. Es una novela fantástica ambientada en el París del siglo XIX.  Es una novela influenciada mucho por Aura de Carlos Fuentes.  La trama es de la Galatea, que es una estatua que cobra vida y se le aparece al escultor que la había esculpido.

Se va a publicar además la segunda edición de tu libro de cuentos La primera espada del imperio ¿Qué expectativas tienes?

Muchas expectativas, esa fue la segunda colección de cuentos que escribí después de El Tramo final, y lo hice en respuesta a un crítico que me “aconsejó” el no seguir la carrera de escritor, porque no tenía talento y mis cuentos carecían de trama y sorpresa. El sinsabor me llevó a encerrarme en mi departamentito durante diez meses, y en ese tiempo escribí todos los cuentos de La primera espada del imperio, obviamente: todos los cuentos tienen un final sorpresivo.

¿Qué recuerdo tienes de San Marcos? una época en la que muchos querían ser escritores y todos eran de izquierda.

Esa época nos reuníamos los fines de semana para unos talleres de narración en casas privadas. Nosotros éramos de izquierda, aunque en los últimos años hemos sufrido un cambio he ido dejado esa tendencia, pues descubrimos que la realidad iba en contra de la ideología. La ideología puede ser muy bonita pero al final de cuentas es la realidad lo que importa.De esa época no recuerdo mucho, pero sí algo que me impactó: la masacre de Uccuracay. Yo leí la noticia en Caretas, vi la fotografía de los muertos y me pareció una barbaridad. Nunca creí en el informe de la comisión Vargas Llosa, me parecía que eso era imposible.

¿Cuáles eran tus autores peruanos favoritos en los años 80?

José María Arguedas y Eleodoro Vargas Vicuña, los dos coincidentemente trataban el tema de lo indígena, con mucho talento y en géneros distintos: la novela y el cuento. Autores extranjeros son varios, pero tengo preferencia por un escritor sumamente oscuro que se llamaJohn Nichols, tiene una novela que se llama The Sterile Cuckoo.

Acabas de cumplir 63 años, viniste al Perú a los 8 años, has viajado y vivido mucho. ¿Recuerdas algo de China?

Fue la época más interesante de mi vida. Si yo me hubiera quedado en China me hubiera convertido en un campesino ignorante, si hubiera vivido en Hong Kong me hubiera convertido en una persona sumamente superficial, viniendo al Perú hubo un gran cambio en mi vida, tuve una imagen nueva y una forma de vida nueva, todo eso ha influido de manera positiva.

¿Fue difícil para ti ser chino en el Perú?

Al terminar mi carrera de contabilidad no podía encontrar trabajo.Esa fue la razón principal por la que viajé a los Estados Unidos, yo pasé siete años estudiando en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, me gradué con un título de bachiller en contabilidad, y sin embargo no podía encontrar un solo trabajo. Era muy desesperante, tenía que apoyar a mi familia y estaba el tema de las cuotas, que sólo el 10% del personal podía ser extranjero, y ese porcentaje era casi siempre ocupado por personal norteamericano o de otros lugares, técnicos e ingenieros.

Pero tú ya eras peruano…

No. Yo seguía siendo chino, y debido a que no podía encontrar trabajo por el tema de las cuotas de extranjeros,quise nacionalizarme. Entonces fui a la oficina del Primer Ministro donde se tramitaba la nacionalización,y me pidieron un trabajo fijo como requisito: y no podía encontrar el trabajo fijo porque no era peruano, era un círculo vicioso.

¿Alguna vez te has sentido discriminado?

En los años sesenta y setenta, que fueron los primeros años de mi vida en el Perú, sí sentía fuertemente la discriminación.Cuando salía a la calle la gente me llamaban“chino bacalao con pita” y me insultaban en los ómnibus. Yo tuve que aprender kung fu para defenderme de esos chicos de barrio que querían pegarme solamente porque yo era chino. Sin embargo hay una cosa que yo siempre he agradecido al Perú: que en educación no discrimina a los extranjeros.

Siu Kam Wen en el colegio 10 de Octubre, en 1968.

¿Por qué escribes?

Porque no quería ser otro chino bodeguero, quería tomar el camino menos andado; soy feliz por esa razón, me esforzado por encontrar lo que quiero y lo he logrado. Creo que una de las cosas que causan mayor infelicidad es el trabajar en algo que uno no quiere, en una carrera que uno detesta. Yo trabajo en contabilidad, la detesto, pero con la escritura compenso.

¿Qué respondes cuando te preguntan de dónde eres?

Bueno, yo nací en China, mi nacionalidad es norteamericana, pero como escritor yo insisto ser considerado como peruano.

¿Es cierto que Siu Kam Wen mantenía a su familia escribiendo novelas porno para el mercado norteamericano?

Me hubiera gustado poder escribir porno, pero la realidad es que me falta mucha experiencia para escribir eso. (Risas).

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