Cine

SILENCIO SE RUEDA: NUBES PASAJERAS DE AKI KAURISMAKI

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NUBES PASAJERAS (1996)

ENVUELVE EL MUNDO CON PAPEL ALEGRE

Por Edwin Cavello Limas

La simpleza con que presenta a sus personajes resulta bastante curiosa, con gran talento Kaurismaki nos va atrapando con una historia sobre la vida laboral, mirando muy de cerca las diversas situaciones que un obrero pasa al perder su trabajo.  Con esta película Kaurismaki nos demuestra que no se necesita de un gran presupuesto para hacer cine, pero sí, un gran corazón, un corazón gordo que nos empuje a envolver el mundo en papel alegre.

Cada escena se presenta con esos hermosos colores cálidos, un azul, rojo y verde que  nos sonríen sirviendo de fondo para resaltar la curiosa frialdad finlandesa; una pareja de esposos  acaba de perder el trabajo, él manejaba un tranvía y ella atendía un restaurante y a esto se suma un triste recuerdo, la pérdida de un hijo, una fotografía es suficiente para acariciar la imaginación del espectador y conectarla con  la historia; de fondo se escucha un piano, que le da un ritmo especial a la narración de la historia; una melodrama ácido  que tiene de forma particular el suspiro esperanzador  en toda la obra de Kaurismaki.

El simbolismo es el menú especial con que este cineasta se divierte, le encanta provocar y hacer pensar al espectador; en una escena la cámara muestra el llamado de ayuda en la cocina, se interpreta por el dialogo que el cocinero ha vuelto a beber, un problema con el alcohol donde Kaurismaki  se luce realizando un planteamiento minimalista;  la cámara se mueve tímidamente, siempre apoyada en los planos abiertos.

Nubes pasajeras se presenta como una tormenta que te humedece los ojos, una mala racha por la que todos pasan en la vida; el orgullo aparece como un motor, empujando a los personajes a la búsqueda de oportunidades, no importa caminar y caminar hasta que se descose los zapatos, no importa tocar cien puertas porque siempre aparecerá la ciento uno; mientras la tormenta pasa el licor ahoga las penas, primero Lauri y luego Ilona se convierten en víctimas de la resaca.

Con optimismo y un finísimo humor negro el director  nos demuestra que no todo está perdido, el silencio juega un papel importante en la historia generando suspenso; una película  sorprendente, donde la simpleza se convierte en algo maravilloso.

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