RABIA: La inmigración entre el romanticismo y el drama
Edwin Cavello
Otra de las películas en competencia del festival de cine de Lima es “Rabia” del ecuatoriano Sebastián Cordero, recordado por su anterior filme “Crónicas”. Esta es una historia adaptada de la novela del argentino Sergio Bizzio, en el libro la historia sucede en Buenos Aires, pero aquí se traslada a España.
Rabia tiene como protagonistas a José María (Gustavo Sánchez Parra) recordado por su participación en la película mexicana “Amores perros” en este filme interpreta a un personaje inmigrante sudamericano junto con Rosa (Martina García) son la pareja que representan a la clase proletaria. Aquí uno de los temas es el maltrato que viven los ‘sudacas’ como nos llaman despectivamente en Europa. José María es un tipo duro, que está cansando del abuso y solo sabe defenderse con violencia, impulsado por la furia acumulada que lleva dentro.
Su comportamiento explosivo como única defensa va volviéndose cada vez más peligroso, hasta llegar a matar, de forma casual se convierte en asesino. Sebastián Cordero nos muestra la rabia hecha carne, y juega psicológicamente en la narración, entre encuentros amorosos con Rosa, inserta la música (pasillo) despertando la nostalgia lejos de casa. Hay tres cosas que resaltan en esta película, primero la narración muy bien desarrollada, el buen trabajo en la fotografía y la buena interpretación de José María. Una historia que va insertando los personajes acertadamente, luego del asesinato José María se esconde en la casa donde trabaja su novia de empleada domestica. Allí convive silenciosamente entre habitaciones olvidadas, se alimenta en la sombra sin ser descubierto. La convivencia con la rata muestra el simbolismo utilizado por el director, me recuerda al racismo mostrado por Henry Ford, quien en su libro “El judío internacional” llamaba a los judíos ratas. En esta historia el sudamericano ilegal es visto en esa forma. Otra de las cosas interesantes del siguiente asesinato, es la forma bien diseña del crimen, donde nos hace recordar a los crímenes de Dostoievski. Otro simbolismo en la película es la muela, al lograr sacársela no solo se calma del dolor físico, sino también libera la rabia que lo pudre por dentro.
El trabajo comprometido del actor Gustavo Sánchez Parra es sorprendente, después de haber bajado 13 kilos para interpretar al personaje en la segunda mitad de la historia, confiesa que arriesgó su salud y no volvería a repetirlo. Cordero logra darle una gran intensidad romántica y dramática que son la tónica para una buena historia, se aleja de los estereotipos, con mirada inteligente va alimentando al espectador con algo de suspenso. La historia se desarrolla casi en su totalidad en una casa, en estos ambientes cerrados Cordero moviliza la cámara apoyando siempre de la buena dirección fotográfica, sugiere las cosas no es explicito, permitiéndole al espectador pensar.
La imposibilidad de acercarse estando tan cerca produce un intenso dolor. Cordero observa la realidad de sus personajes y los presenta con sus virtudes y defectos, dentro de una familia acomodada va explorando las relaciones humanas, contrastando las vidas de cada uno de ellos.
Sin duda esta película estará peleando por el premio en el festival, viene con premios bajo el brazo, triunfadora del Festival de Málaga. Ganó la Biznaga de Oro a la mejor película, y los premios relativos a fotografía y actor de reparto, también una mención especial al mejor actor para Gustavo Sánchez Parra. Producida por Guillermo del Toro quien es el causante de esta Rabia.