La hermosa locura del director alemán Werner Herzog nos hace creer en lo imposible. Herzog nació en 1942 en plena segunda guerra mundial, en medio de una crisis social y familiar, sin imaginarlo de niño conoció a Klaus Kinski personaje principal de este gran filme, vivió una infancia alejada de la tecnología, recién a la edad de 12 años descubre el cine, el cual abrazó fuertemente para contar sus propias historias.
Siempre se ha escuchado decir que la fe mueve montañas, pero en esta película la pasión y la locura se juntan para realizar una bella historia llamada Fitzcarraldo. Klaus Kinski interpreta a Fitzcarraldo un soñador que no cree en imposibles, que se alimenta de sueños, de mariposas y de la voz de Enrico Caruso.
Werner Herzog nos habla de un hombre que busca romper paradigmas, dueño de su destino, un rebelde romántico que intenta construir y no destruir en la selva peruana, nos presenta a Fitzcarraldo un empresario que desea crear un teatro para traer a las grandes voces de la ópera, un romántico que lucha contra la corriente y contra las miradas de burla y desprecio.
La fiebre del caucho es la locura de la época, el deseo de ser ricos llevó a muchos europeos a establecerse en la selva peruana; aquí Herzog sacando provecho de esta historia y su experiencia como documentalista nos narra con realismo puro la experiencia de un hombre que sigue un sueño, ese amor por la música se convierte en el personaje principal de la historia, sin importar ir contra la propia naturaleza. Grabar en el corazón de la selva fue un trabajo épico, con muchas limitaciones e incomodidades, motivos por los cuales Klaus Kinski llegó a odiar y hablar muy mal del director. Pero ahí radica la fuerza de la película, Herzog muestra su genialidad dominando el caos, integra todo lo que se presenta en su camino para condensar la historia, sacando provecho desde los paisajes hasta cada uno de los habitantes de la selva.
Con un ojo documentalista desplaza la cámara dándole libertad a cada escena, aprovecha la belleza natural con planos abiertos, cuidando los detalles Herzog intenta recrear una que historia real que sucedió, esa vez protagonizada por Isaías Fermín Fitzcarrald (1862-1897) , comerciante peruano que soñó con toda esta locura hecha película.
Jean-Luc Godard dijo:»La fotografía es verdad. Y el cine es verdad veinticuatro veces por segundo.» Aquí se encuentra la esencia del trabajo de Herzog, quiso respetar y mostrar de la forma más sincera una realidad que tuvo lugar en otra época, por esta razón esta obra maestra nos alimenta de arte, nos sonríe despeinándonos, mostrándonos un barco fluvial subiendo un monte, con la ayuda colectiva de una tribu que cree en la llegada de un dios blanco, una creencia o un mito que Fitzcarraldo aprovecha en busca de su sueño.
Una historia obsesiva, de gran valor histórico, filme que construye pasiones navegando en las profundidades del romanticismo.
Werner Herzog luego de triunfar en Cannes dijo: «En cuanto al rodaje de Fitzcarraldo podría haber hecho como en los filmes de Hollywood: mentir y ahorrarme, mediante maquetas y un decorado, los horrores del rodaje en plena selva y el enfrentarme con los problemas reales de semejante empeño. Pero creo que si los espectadores se sienten impresionados por el transporte del barco montaña arriba es porque saben que se trata de algo real y no truqueado. Quiero que los espectadores recobren la confianza en lo que ven sus ojos.»
TITULO ORIGINAL Fitzcarraldo
AÑO 1982
DURACIÓN 157 min
DIRECTOR Werner Herzog
GUIÓN Werner Herzog
MUSICA Popol Vuh
FOTOGRAFÍA Thomas Mauch
REPARTO Klaus Kinski, Claudia Cardinale, Paul Hittscher, Miguel Angel Fuentes, Jose Lewgoy, Grande Otelo
PRODUCTORA Werner Herzog Filmproduktion