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¿Show mediático? Fiscal Rocío Sánchez y el caso Julio Guzmán

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Julio Guzmán, fiscal Rocío Sánchez y Carlo Magno Salcedo

¿Cómo es posible que una fiscal que lleva un caso tan emblemático e importante como Los Cuellos Blancos del Puerto, tenga temor de que a un candidato presidencial como Julio Guzmán se le haga un show mediático sobre su investigación? ¿Cómo es posible que un candidato presidencial que dio declaraciones el 2016 ante el fiscal José Domingo Pérez haya afirmado en ese momento que no sabía nada sobre su denuncia del JNE? Y por eso fue archivada. Y como ahora ya está empezando su campaña presidencial, como por arte de magia y luego de 48 meses de amnesia, ahora recuerde todo y por eso ha empezado a mencionar que en la contienda pasada le pedían pagos para que no lo excluyan del proceso electoral.  Con ustedes Julio Guzmán.

Inmediatamente después de que el Equipo Especial inició una investigación preliminar el 17 de agosto por lavado de activos a Julio Guzmán por supuestamente haber recibido 400 mil dólares de Odebrecht, se dio un revelador diálogo en WhatsApp entre Rocio Sánchez Saavedra, fiscal integrante del Equipo Especial y el asesor de la bancada del Partido Morado y excandidato al congreso por esa agrupación, Carlo Magno Salcedo. En aquella conversación el abogado Salcedo le consulta una información a la fiscal, ya que a Guzmán lo habían llamado ese día de la fiscalía para pedirle su dirección para enviarle un documento.

Entonces, Salcedo le pregunta a la fiscal si ese documento tendría alguna relación con lo que ellos estuvieron coordinando y la fiscal le responde que no, que ese documento no tenía nada que ver y más bien recomendó que antes de que le hicieran un show mediático a Guzmán, ellos verifiquen qué número de carpeta es la que buscan para que luego ella lo vea en el sistema. Y es ahí que Salcedo le da el dato a la integrante del Equipo Especial y le dice que la fiscal adjunta es Lila Romualdo con la Carpeta número 92020. Y ¿qué creen que respondió la fiscal Rocío Sánchez?  Ella muy diligente y servicial respondió:“Lo busco, estoy en declaración con testigo ahorita”.   

Julio Guzmán.

Pero ahora ella está saliendo en los medios con una coartada y viene sustentando una semántica y/o interpretación inverosímil a su conversación y señala que no se debe perjudicar la reserva de la investigación, porque en el contexto de su conversación asegura que si actualmente han desarchivado una investigación antigua en relacion al mismo hecho, podría generarse un tema mediático que ayudaría a trascender la información nueva que se está incorporando en su caso. Además, dijo que no es conveniente que transcienda quiénes serían las personas que ellos sindican como intermediarios y como los que habrían participado en los actos dolosos. Además, en un afán de justificarse aseveró que cuando el abogado solicitó información (así le llama al asesor de Julio  Guzmán) no estaba refiriéndose a una investigación de otro despacho, y que se estaba refiriendo a las coordinaciones que ambos realizaban, apropósito de las diligencias ya desplegadas.

Sin embargo, ella se contradice cuando afirma que es normal un ofrecimiento de información sobre un caso que investiga otra magistrada. ¿Acaso tiene lógica que una fiscal que lleva el caso Cuellos Blancos, averigüe para otros y brinde información sobre otro caso que ella no conduce, como lo es el de Julio Guzmán por Lava Jato? No obstante, igual arremete y señala que en la filtración del WhatsApp ha habido un despropósito porque se ha descontextualizado su conversación. ¿A quién se refiere exactamente cuando habla de despropósito? Si tomamos en cuenta que ella imputa directamente a Salcedo como el autor de la filtración de la imagen de WhatsApp, aunque no sabe con qué fines, pero insiste en que al final perjudicarán la investigación porque existen intereses ocultos detrás de todo esto. ¿Cómo puede asegurar que existen intereses ocultos si no sabe con qué fines se filtró el pantallazo de WhatsApp? Evidentemente todas sus explicaciones se han convertido en un concurso de contradicciones.

Aquí algunas respuestas textuales de Rocio Sánchez que por cierto son delirantes:

“Yo no conozco a la citada doctora Romualdo, no sabía dónde trabaja y el número de la carpeta tampoco se me hacía familiar por eso le digo que me dé la numeración para buscarla en el sentido de saber si se había desarchivado esa investigación antigua siempre en el marco de los hechos que me corresponde investigar; no hemos tomado conocimiento no se sabía que existía una investigación en ese momento por otro despacho por cuanto, trasciende de la noticia publica que ese es el mismo día que le están notificando”.  

Asimismo, con respecto a la opinión de su colega la fiscal Sandra Castro, Rocío Sánchez se justifica y dice:

“No he conversado con ella. (sic) En el tema descontextualizado, a cualquiera le puede sorprender un tipo de comunicación de esa naturaleza, pero si estamos hablando de una comunicación con una persona que participa dentro de un cuaderno de colaboración eficaz, sabemos todos los abogados que los procesos de colaboración eficaz se llevan con personas dentro de un trabajo horizontal. Entonces, no hay allí controversia ni litigio; hay confianza entre el colaborador con el fiscal y el fiscal con la información que proporcionan; lo mismo con los testigos, siempre se trata de una manera cordial a las personas que colaboran con la investigación, pero eso no trasciende a cometer algo irregular dentro de la investigación que además perjudicaría los fines de la misma. Así que está por descontado que haya habido algún tipo de acto irregular en esta comunicación. Por eso digo, que no se me puede vincular a un grado de amistad, porque de lo contrario que haya trascendido esto desdice el tema de la amistad y del contubernio para favorecerlo, es una contradicción”.

Sabemos que Rocío Sánchez estudió derecho en la Universidad Mayor de San Marcos con Carlo Magno Salcedo y terminaron en la misma promoción, pero ella niega que son amigos y cuando le preguntan sobre su amistad con Salcedo, ella dice:

“En la UNMSM de donde soy titulada, una promoción tiene alrededor de 300 alumnos; entonces podemos conocernos, pero no ser necesariamente amigos. Yo doy testimonio de que al señor Salcedo (sic) desde que hemos egresado de la universidad no he tenido ningún tipo de comunicación, hasta que en búsqueda de la información él es el abogado que nos facilita al testigo y además es una declaración testimonial; no está investigado, no es un imputado, entonces no hay ningún conflicto de interés allí; él es un abogado y yo una representante del Ministerio Público que en el ejercicio de sus funciones recibe una declaración testimonial”. ¿Es creíble, que luego de haber concluido la universidad y que a lo largo de los años, uno se encuentra con su promoción que no vio desde la graduación e inmediatamente inicia una conversa por WhatsApp con mucha confianza para pedir un favor?

Con respecto a esa confianza, cuando se le preguntó que si el asesor de Julio Guzmán no es su amigo, ¿Entonces por qué la tutea? ella dijo:

“Probablemente sí, y si preguntan a otros abogados que colaboran con las investigaciones en mi despacho yo tengo un trato horizontal; de repente esa es la mea culpa, la forma de dar un tipo de confianza con las personas que se comunican conmigo pero es siempre en un tema de confianza, respeto y lealtad a la información que proporcionan”.

Asimismo, en otro informe periodístico el reportero de Panorama cuando le preguntó a la colega de Rocio Sánchez, la fiscal Sandra Castro ¿si en su labor como fiscal ellas tenían coordinaciones? La magistrada respondió sorprendida:

“Acá hablan de coordinaciones pues (sic) y me parece que… bueno yo de manera personal no diría esto… sí, aquí dice Julio Guzmán y pide número de carpeta… de otra fiscalía será. Sí, claro acá está pidiendo un favor; este asesor de Julio Guzmán o colaborador… no me preocuparía yo porque no le hagan un show mediático y mucho menos a una persona de un partido político como Julio Guzmán y verdaderamente me apena bastante. Ahora entiendo las informaciones en los medios de comunicación que este señor Julio Guzmán está muy contento, como que están tomando el caso Cuellos Blancos para hacer su campaña política”.

Asimismo, el fiscal José Domingo Pérez no pudo defender lo indefendible, pero no sabía cómo responder y trató de minimizar la conducta de su colega y afirmó: “Me parece un poco así… no adecuado, por no decir otros términos, pero sí, la señora fiscal mencionada Lily Romualdo es de este despacho”.

El hecho es, que la Oficina Desconcentrada de Control Interno del Ministerio Público a través de la fiscal adjunta Rosario Velazco, acaba de abrir una investigación preliminar contra la Fiscal Provincial Provisional e integrante del Equipo Especial del caso Cuellos Blancos del Puerto, Rocio Sánchez y la Fiscal Adjunta Provincial Provisional y también integrante del Equipo Especial Lava Jato Lily Romualdo Jaque a raíz de la conversación filtrada de WhatsApp entre Sánchez y el asesor Salcedo. En ese sentido, las dos integrantes del Equipo Especial Lava Jato deberán presentar sus descargos hasta el próximo martes 15 de septiembre, por la presunta comisión de infracciones administrativas en el ejercicio de sus funciones.  

Fiscal Rocío Sánchez.

Con respecto a la indagación que les acaba de abrir la ODCI a las dos fiscales, Rocio Sánchez dice textualmente:

“Todos los magistrados somos sujetos a investigaciones disciplinarias y eso es normal en el desempeño de las funciones, pero en este caso la conversación en concreto forma parte de una facultad y en el ejercicio de mis funciones en ningún momento mi persona ha tomado conocimiento, ni ha solicitado información, ni ha generado ningún tipo de injerencia en una investigación que no sea de mi competencia. Yo estoy segura que la Oficina Desconcentrada de Control Interno una vez que reciba el informe de mi parte, así como de la fiscal del Equipo Especial Lava Jato a quien no conozco y estoy segura que tampoco ella me conoce… (sic) con quien no conozco sus teléfonos, ni su nombre, ni sus apellidos hasta después de que trasciende esta noticia, entonces van a advertir que no hay ningún tipo de vinculación ni comunicación y por lo tanto no hay forma de que se haya tratado de beneficiar o ayudar en una investigación de la cual se desconocía. Yo creo que quieren aprovechar la coyuntura para salir tras bambalinas, pero sobre todo hay intereses políticos, económicos para que no continuemos con esta línea de investigación; no es un solo hecho, son varios actos que tenemos que profundizar y de repente hay muchas personas que estén preocupadas porque esto ha trascendido”.  

Lo cierto es que, aquellas “extrañas coordinaciones por WhatsApp” han generado sus efectos, porque la Fiscal de la Nación Zoraida Ávalos acaba de designar a Sandra Castro Castillo como coordinadora de los despachos fiscales que integran a la Fiscalía Supranacional Corporativa Especializada contra el Crimen Organizado del Callao, encargada de las investigaciones del caso Los Cuellos Blancos del Puerto. Si bien Rocio Sánchez se encargaba exclusivamente del caso de la red criminal chalaca que tiene nexos con el Poder Judicial y la Fiscalía, la decisión de la doctora Ávalos que designa a Sandra Castro como coordinadora en reemplazo de Sánchez, también ordena que la fiscal Roxana Jáuregui Soto, titular del Tercer Despacho de la Fiscalía Supranacional Corporativa Especializada contra el Crimen Organizado del Callao, se integre al Equipo Especial de Fiscales. En ese sentido, la Fiscal de la Nación Zoraida Ávalos ha sido enfática y suscribió:

“En consonancia con la política institucional de luchar contra la corrupción en cualquiera de sus manifestaciones, el caso Los Cuellos Blancos del Puerto constituye una expresión de ello, siendo necesario el fortalecimiento de dicho equipo especial de fiscales en aras de la obtención de investigaciones oportunas y eficaces”.

Asimismo, la congresista Carolina Lizárraga acaba de renunciar a su cargo como directiva en el CEN del Partido Morado, así como a su Comité Político. A pesar de que ella fue fundadora, hoy solo se ha quedado como militante. Cabe resaltar que Lizárraga ha mostrado independencia en sus decisiones con respecto al partido, e incluso algunas de sus votaciones en el pleno del congreso no han sido en concordancia con su bancada morada. Además, la congresista Lizárraga también ha sido magistrada y por lo tanto conoce perfectamente qué no debe hacer una fiscal en el ejercicio de sus funciones y qué no debe hacer un candidato a la presidencia al inicio de una campaña. Y esta vez al parecer Julio Guzmán pretende aprovechar la situación para hacer un trampolín político. 

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