Política

Señora Dina Boluarte ¡basta de burlarse de los peruanos!

Mientras que el Perú se desangra en criminalidad, y nos siguen matando en las calles, la mandataria Dina Boluarte afirma en el extranjero que ahora vivimos “en un país que está en calma… que está en paz”.

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Sin duda, nuestro país está atravesando un de las peores crisis políticas, económicas y sociales jamás vistas, ni siquiera en épocas de la subversión ochentera, cuando día a día, veíamos morir acribillado, o volar por los aires despedazado, producto de una detonación, a alguien de nuestra familia, o quizá algún conocido.

Hoy estamos gobernados por tres males que están desmoronando nuestro sistema, y nuestra convivencia. Prácticamente, son una especie de primos que se han propuesto destruirnos y depredarnos. Estos horrendos parientes que nos han tomado por asalto son la cleptocracia, la oclocracia y la plutocracia, que juntos cosechan sus ganancias en aquel rio revuelto llamado Perú.

Pero ellos no operan solos. Ellos también tienen sus esbirros, que prácticamente obran como sicarios a sueldo. Estos “asesinos de almas” trabajan por encargo desde hace mucho tiempo y los dedos de las manos no nos alcanzan para contarlos.

La mayoría se erigieron como jefes de Estado, por lo menos, recordamos al Fujimori que está preso y al exasesor Montesinos, al chakano Alejandro Toledo; ni qué decir del García fallecido, el comandante vendido Ollanta Humala, y que tiene un hermano que también pretende coger el “botín”. Pero cómo olvidar al norteamericano que le robó al Perú desde hace más de 55 años; aquel cobarde que se fugó por la frontera escondido en la maletera de un coche. Ese repulsivo personaje denominado PPK, hoy tiene el descaro de salir en una entrevista complaciente y decir que el país está inseguro por la migración extranjera excesiva; pero se olvida que fue él quien abrió las puertas de nuestras fronteras sin ningún filtro y sin ninguna restricción para que ingresen miles de criminales venezolanos a instaurar su sistema delincuencial de terror.

Y continúa la lista de enemigos del país. Allí están Vizcarra, Sagasti, y a menor nivel, los Ginos Costas, los Muñoz Wells, los Castañedas, Villaranes, y Cerrones.

Faltan muchos más. Incluso, Keiko Fujimori, aunque presumiblemente, está involucrada en ciertos despropósitos, (porque un par de ineptos fiscales “Vela-Pérez” solo armaron un show mediático y aún no tienen pruebas para apresarla), ella en el Congreso ingresó para vacacionar y no tuvo producción legislativa.

Pero los que se coronaron como los reyes del embuste, la incapacidad y el desgobierno son Pedro Castillo y Dina Boluarte. Ese par de “fichas negras” que vinieron en el paquete izquierdista juntos; aunque hoy exista dos subordinadas facciones ciudadanas; las que repiten como cotorras: “Dina asesina y usurpadora”, y las que con sorna gritan: “Fuera prosor… burro e ignorante”.

Entiendan borregos: Pedro Castillo y Dina Boluarte son lo mismo. Son dos oportunistas que fueron utilizados por el tayta Cerrón y que al final se pelearon por el poder. Por eso varios despistados y por qué no decirlo, imbéciles, le llaman traidora.

Ese par de incapaces terminaron aniquilando nuestro sistema de convivencia y nuestra macroeconomía. Castillo lo inició copando al aparato estatal de incapaces y delincuentes magisteriales y Dina Boluarte, tomó la posta para continuar atacando a la poca economía que nos queda y sigue despilfarrando y copando al aparato estatal de “trepadores” con hambre de poder y qué decir, de la clase caviar, que siempre se enquista en los ministerios y los saquean como “caja chica”.

Lo triste de esto, es que todas estas “organizaciones” juegan en pared para subsistir hasta 2026. Ya está conversado: Legislativo y Ejecutivo, podrán dormir tranquilos, engordar en el verano y terminar sus lobbies con absoluto sosiego. Hasta dentro de tres años.

Por eso, la señora Dina Boluarte se da el lujo de insultarnos, y coge todo avión cada vez que puede para abandonar el país y despachar como jefe de Estado desde su laptop.

Nuevamente se fue a Estados unidos, en medio de una guerra entre delincuentes venezolanos y ciudadanos peruanos que luchan por convivir en paz en el territorio que los vio nacer.

Pero a ella no le importó y con aire cínico mencionó en una entrevista internacional:

“El Perú ahora es un país que está en calma… está en paz”.

Su indolencia no tiene límites; mientras delincuentes llaneros secuestran a empresarios, extorsionan a emprendedores, piden cupos a mototaxistas, acribillan a adolescentes para robarles sus celulares y cimentan sus mafias de prostitución en todo el país, ella invierte en sastres coloridos, intervenciones faciales no invasivas, jolgorios protocolares y apenas lee bien los mensajes que le redacta el “eléctrico” premier Otárola.

Dijeron “Plan Boluarte” y resultó ser un adefesio. Simplemente, otra burla de este gobierno.

Ya deben destituir a ese par de mamarrachos llamados ministros, Vicente Romero y Jorge Chávez Cresta, que no sirven para nada, más allá de hablar sandeces ante los medios y pasar por el cajero cada treinta días para recibir sus 30 mil soles. Estos incompetentes no se han dado cuenta que ha vuelto el terrorismo. ¡Aquí no vengan con el cliché de terrorismo urbano! Terrorismo es terrorismo, tanto en la ciudad, como en el área rural, y hoy nos azota a todos. ¡Hay que darle batalla!

Es hora que todos los actores sociales nos juntemos para articular un Plan Nacional para atacar a la criminalidad (es cierto que existe un Acuerdo Nacional que nunca funcionó).

Todos estamos involucrados, más allá del Ejecutivo, Legislativo y Poder Judicial. Se requiere una participación directa de los colegios profesionales, los gremios de trabajadores, de Pymes, gobiernos locales y regionales.

Debemos crear una agenda para exigir al gobierno y al Congreso que implementen una reforma con un abanico de leyes urgentes para reformar a la Policía, renovarla, instituirle mística y ética, dotarla de más presupuesto para incrementar el número de efectivos, repotenciar sus comisarias y sus activos; se debe implementar enmiendas en el Código Penal, y exigir al MEF más dinero para implementar más cárceles en el país.

Tener “cero tolerancia”, con la criminalidad, a través de más controles urbanos, con redadas diarias a todos los motorizados que circulan por las arterias nacionales, con controles de identidad permanentes, y en especial cumplir con la norma que establecen las expulsiones a personas que tengan una condición migratoria irregular y no esperar que cometan delitos, para recién pretender expulsarlos.

¿Hasta cuándo seguiremos viviendo a salto de mata?

¿Hasta cuándo señora Boluarte tendremos que soportar su estupidez de no gobernar?

¿Hasta cuándo estará usted en piloto automático?

Basta ya. Perú ya necesita despertar de esta pesadilla.

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