Se registraron diversos incendios en Lima y regiones del Perú por celebraciones de Año Nuevo [VIDEO]

No cabe duda que la fecha con mayor actividad de los bomberos es el 31 de diciembre, y es que en ese día, precisamente durante la medianoche, se suscitan incendios como consecuencia de los fuegos artificiales, bombardas y globos impulsados con un mechero de fuego, los conocidos como globos de cantoya.

Lamentablemente, muchos ciudadanos tienen hasta ahora la mala costumbre de recibir el Año Nuevo con petardos sin medir las consecuencias, pues muchas veces los proyectiles caen a los techos de otras viviendas o locales comerciales aún con restos de fuego, propiciando así su expansión sobre todo en materiales inflamables.

Pasando por un incendio ocasionado por una parrillada en el último piso de un edificio ubicado en el emporio de Gamarra a un siniestro originado por un globo de cantoya, esto en el distrito de Chorrillos, el incendio arrasó con viviendas de tres familias. O lo ocurrido en el Mercado Modelo de Chiclayo, horas antes de recibir las doce campanadas del nuevo año, en donde presuntamente unos niños habrían encendido pirotécnicos en pleno mercado, generando una reacción en cadena en los demás puestos donde también se vendían fuegos artificiales. Desesperados comerciantes y clientes salieron despavoridos de la zona, imaginando que se iba a replicar lo sucedido en Mesa Redonda en el año 2001.

Mientras para muchos ese día es asociado con festividad, champagne y cohetones, para otros es desgracia y cenizas, pues lo que les tomó construir durante toda su vida en cuestión de minutos queda devorado por las llamas ocasionadas por imprudentes personas. Hasta que no les ocurra en carne propia, no tomarán verdadera consciencia de esa mala costumbre.

El gran incendio de Mesa Redonda

Basta retroceder en el tiempo para traer a colación lo acontecido el 29 de diciembre del año 2001, cuando un pirotécnico activado en pleno emporio comercial de Mesa Redonda dio origen a lo que sería la mayor tragedia de los últimos tiempos en la capital. Se estima que esa noche fallecieron víctimas de las quemaduras y asfixia 400 personas.

Cuando el reloj marcó las 19:15,un artefacto pirotécnico conocido como ‘chocolates’, detonado por un vendedor informal, desencadenó un incendio que dejó una marca indeleble en la capital peruana. El desastre devoró cinco galerías comerciales en el cruce de las calles Andahuaylas y Cusco, expandiéndose rápidamente a través de cuatro manzanas.

Pasaron los años y poco o nada se ha hecho para evitar una nueva tragedia. Calles repletas de ambulantes, materiales inflamables a diestra y siniestra, permisibilidad por parte de las propias autoridades, informalidad y caos en cualquier esquina. Para las fiestas navideñas ese lugar se convierte en una verdadera bomba de tiempo.