Si en el Congreso de la República se instaurara un sueldo por rendimiento o pago por comisiones muchos de sus representantes estarían con los bolsillos vacíos debido a su pobre o nula participación en el mejoramiento del país. Las encuestas lo dicen y el sentir de la población respalda la poca popularidad de los parlamentarios. Pese a ello, mes a mes y sin mucho esfuerzo reciben en sus cuentas bancarias sus sueldos con beneficios, monto que bien podría rescatar a una familia con escasos recursos económicos. Y pensar que existen legisladores que les queda chico su sueldo.
En tan solo un mes, los denominados ‘padres de la Patria’ percibirán la envidiable suma de 46 mil soles, algo equivalente a más de 45 sueldos mínimos, monto que muchos peruanos estarán familiarizados, pues eso es lo que ganan al mes trabajando más de ocho horas diarias.
Los conceptos que integran este monto incluyen salario, gratificación, asignación por función congresal, tarjeta navideña y la semana de representación.
El monto asignado se incrementó respecto al año pasado, cuando el total percibido por los congresistas en diciembre alcanzaba los S/43,200. Este año, los 130 parlamentarios recibirán en conjunto más de S/6 millones, un incremento significativo en comparación con los S/4.47 millones desembolsados en diciembre de 2022. La tarjeta navideña de S/1,700, una de las asignaciones más comentadas, se mantiene igual, pero el aumento se explica por el ajuste en otros conceptos.
El debate sobre las remuneraciones de los congresistas reaviva la discusión sobre la necesidad de medidas que ajusten los ingresos de los altos funcionarios al contexto económico del país. Sobre todo en nuestro país que aún enfrenta los efectos de la recesión este tema no solo genera indignación, sino que también resalta la urgente necesidad de replantear las prioridades presupuestales y políticas en beneficio de la mayoría.