El condado de Queens es el hogar de figuras legendarias del jazz, como Louis Armstrong y Duke Ellington. Desde el año 2007 es también la sede de la Feria del Libro Hispana/Latina de Nueva York.
Precisamente esta ambigüedad en el título del evento describe la vacilación general que existe en la actualidad entre los residentes latinos de Nueva York para denominarse a sí mismos.
Estados Unidos es hoy por hoy el segundo país con la mayor población hispano-parlante en el mundo. En ese sentido la feria sirve, por un lado, como vitrina para ofrecer la amplia gama de tópicos que se abordan (libros de narración, poesía y literatura infantil comparten estantes junto a estudios sociológicos, políticos y de superación personal) y, por otro, para confirmar el hecho de que el repertorio lingüístico de personas cuya lengua materna es el español (ya sea que les guste a pocos o muchos, lo acepten unos y no todos) crece, se dinamiza, transforma, desestabiliza y enriquece por vivir en una sociedad que habla mayoritariamente inglés. No sólo se incorporan nuevas palabras, el acento también sufre un cambio. Se supera el “spanglish”. La adopción de expresiones anglo-sajonas ha dejado de verse como algo negativo y ha pasado a ser un aspecto completamente natural en el uso coloquial y en el ejercicio de la literatura.
La literatura hispana en Nueva York es un reflejo del crecimiento que está experimentando la comunidad latina en los Estados Unidos; una manifestación de su avance dentro de la sociedad americana, su nueva posición e influencia. Muchos autores, participantes en la feria, nacieron en Nueva York o llegaron a la ciudad cuando eran aún muy pequeños. Varios de ellos son ahora profesores en colegios o dictan cátedras en universidades. Partiendo de sus raíces latinas, se reconocen también como neoyorquinos. No niegan su origen ni esconden sus sentimientos. Son el resultado de la mezcla. Y en sus textos, historias y estilos expresan este cruce cultural.
Y aunque en Nueva York –la tierra de los apurados- a nadie le importa mucho cómo se habla el español (algunos lo respetan, otros lo destrozan), se construye de todos modos una sensación de unidad a través de la lengua. El idioma es parte preponderante de la cultura. En el caso de los hispanos, la patria común para millones de inmigrantes que conviven con ciertos sectores sociales altamente intolerantes y otros que muestran una tendencia cada vez más creciente por aprender español, pues lo consideran el idioma del futuro.
Por ese motivo, los propios autores, así como los representantes de editoriales, librerías y periódicos, recalcan la responsabilidad que recae sobre ellos para desarrollar una literatura con la suficiente calidad que les permita integrarse productivamente en la sociedad que se desenvuelven.
Los escritores, sin embargo, no dejan de mencionar tampoco que el mercado editorial hispano en Nueva York no es diferente al que existe en otras latitudes. Las grandes editoriales no suelen arriesgar sus recursos en textos que no les garanticen éxito económico. Por lo tanto, como en todas partes, deben buscar otras opciones. El Instituto Cervantes, las embajadas de países latinoamericanos, ciertas librerías e incluso restaurantes y cafés de Manhattan, Brooklyn y Queens, ofrecen espacios para la presentación de libros, la organización de recitales poéticos y la celebración de tertulias literarias. También algunos periódicos, a manera de motivación, los invitan a hacer uso de sus páginas para compartir su trabajo con el público.
La feria de este año, en su séptima edición, incluyó además de lecturas, conferencias y conversatorios, una innovadora exposición de diseño de modas y una breve muestra de cine.
Juan Tineo, poeta dominicano y organizador del encuentro, aseguró que “es muy fácil celebrar un evento de este tipo con personas de una sola nacionalidad; el reto es reunir a escritores y público de diferentes países, que presentan múltiples variedades de una misma cultura. La idea es enfrentar a la comunidad y la academia, pero con el propósito de unirlos. Creo que lo estamos logrando a través de los años. Y ése es uno de nuestros mayores éxitos”.