Se dice que PPK desde el inicio de su “gobierno” no mueve un dedo si no conversa previamente con su ministro “todoterreno” Fernando Zavala.
Además, de las burlas de todo el mundo ante este favoritismo tan cortesano y tan desprovisto de elegancia de pensamiento, es decir, de inteligencia – César Hildebrandt llegó a sugerir ciertas turbiedades existenciales en el actual premier, al extremo de compararlo con Zavalita, el opaco personaje vargasllosiano- es evidente que la concentración de poder que ha recaído en su persona, ha enceguecido al premier Zavala, pero el problema de fondo es la nihilidad política que personifica PPK, ¿cómo pudo consentir que en una misma persona se condense todo el poder derivado de instituciones de tal magnitud como la Presidencia del Consejo de Ministros y el Ministerio de Economía y Finanzas, si ambas son prácticamente equiparables dados sus amplios entornos de extensión ?
La política es consustancial a la falsedad salvo que participen en ella verdaderos gigantes éticos – y aun estos tiene sus “caídas”- pero para ser falsos y sobrevivir en estos predios tan desgraciados hace falta ser astutos. Un miserable político puede ser objeto de todo nuestro desprecio, pero siempre podría reconocérsele el uso de la inteligencia. Pienso en Fouché, por ejemplo, individuo ruin si los hubo, pero al que hasta sus enemigos reconocían cierto brillo.
El problema para nuestro país, en este sentido, es que los políticos -en general, unos grandísimos miserables- no tienen siquiera el más mínimo gesto hacia la inteligencia. Las acciones conjuntas del entorno del actual presidente no hacen sino acreditar estas afirmaciones en todos sus extremos pese a la supuesta audacia y prepotencia tácita que algunos obcecados han querido ver en el despropósito que ha propuesto Fernando Zavala.
Expresiones como esta nos hacen creer que en la mente de Zavala se ha empotrado la musa de Walt Disney, circunstancia harto imposible en un individuo que maneja millones de dólares y la práctica totalidad de un país tan rico como el Perú: “No podemos poner el cálculo político por encima de la educación de nuestros niños y niñas. No podemos poner en jaque la revalorización de la carrera magisterial. Seguiremos defendiendo los pilares de la política de Educación para construir el país que millones de niños y niñas se merecen”. En serio, es digno de Ionesco atestiguar hasta qué punto el actual Ejecutivo es incapaz de hacer un mea culpa por la mala praxis gubernamental respecto de la huelga magisterial. En fin.
PPK creó un monstruo y como en casi toda fábula que involucre monstruos y creadores, no tardará en sucumbir ante la brutalidad del engendro que torpemente entregó a la “nación”.
Pensar que un gobierno tan débil puede disolver al congreso es una utopía. Exponerse a una confrontación tan grave es una estupidez. Sin embargo, no se pierde nada con disfrutar de este expectante cisma y aunque dudo mucho que nuestra realidad política pueda empeorar podríamos especular algunas posibilidades mucho más graves tomando como referencia forzosa que esta es la primera cuestión de confianza promovida por un premier que denegaría el Parlamento, supuesto horrible dado que si hubiera otra como esta eventual crisis total del gabinete, el gobierno está demasiado debilitado para disolver nada que sea distinto a sí mismo, aunque claro está que no pocos celebrarían la disolución del congreso habida cuenta de su deplorable conformación, etc.
Siguiendo el orden de las especulaciones propuestas:
Se produce la censura, el gabinete entero renuncia, queda prácticamente nadie para suplir a los “funcionarios” salientes dentro de la “gente” de PPK, entran agentes de otras fuerzas políticas a los ministerios vacantes, y el gobierno fluye y hasta prospera, pero con una infame presencia aprofujimorista en el máximo nivel de injerencia administrativa-gubernamental.
O entran nuevos tecnócratas ppkausistas, inclusive más ineptos que los integrantes del gabinete del desgobierno absoluto, es decir, “los zavalíticos”, y se producen interpelaciones o nuevamente exponen sus cuellos a la guillotina, por propia cuenta, como inútil y torpemente hace el todavía premier al pedir la cuestión de confianza solo para blindar a una ministra a todas luces incapaz y, además, repudiada por gran parte de la población. Pareciera que Zavala se cree Luis XVI y Marilú Martens, María Antonieta. Verdaderamente, un infierno burgués de muy baja estofa.
Lo peor sería que en una eventual “censura” de un futuro gabinete ministerial, PPK tras disolver el Congreso descubra, para mayor pasmo de su falta de reflejos, que las Fuerzas Armadas se le han “volteado”, que han amparado al fujimorismo debido a la endiablada añoranza que no pocos militares tienen por los años noventa, dados los grandes beneficios de los que gozaban, y, finalmente, se materializa la pesadilla de todos los ciudadanos honestos, es decir que se impone el sueño dorado del dictador preso en la DINOES, ver a su descendencia asentada en Palacio de Gobierno como si el Perú fuese un shogunato cualquiera.
Entonces sería el llanto y el crujido de dientes y la vuelta a la otra parte, es decir:
¡Sayonara, “democracia”!
Pd
Constitución Política del Perú
Artículo 134°.- El Presidente de la República está facultado para disolver el Congreso si éste ha CENSURADO O NEGADO su CONFIANZA a DOS Consejos de Ministros.
El decreto de disolución contiene la convocatoria a elecciones para un nuevo Congreso. Dichas elecciones se realizan dentro de los cuatro meses de la fecha de disolución, sin que pueda alterarse el sistema electoral preexistente.
No puede disolverse el Congreso en el último año de su mandato. Disuelto el Congreso, se mantiene en funciones la Comisión Permanente, la cual no puede ser disuelta.
No hay otras formas de revocatoria del mandato parlamentario.
Bajo estado de sitio, el Congreso no puede ser disuelto.