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UN SALVADOR PARA LA CULTURA…PERO ESTE NO

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ESCRIBE RAÚL PACHECO HERRERA (ANTROPÓLOGO)

El nombramiento del actor y cineasta Salvador del Solar como ministro de Cultura, ha abierto nuevamente el debate y puesto en discusión el rol y papel de este ministerio, el cual se encuentra sostenido sobre tres ejes, El Patrimonio Cultural, La Interculturalidad y las Industrias Culturales, tres ejes que deberían estar engarzados para fortalecer nuestra diversidad y creatividad cultural, pero que lamentablemente suelen estar divorciados y parecer entes completamente aislados en lo que denominamos Gestión Cultural.

Hasta ahora , desde su creación el 2010, este Ministerio ha visto pasar como sus ministros a Juan Ossio, Susana Baca, Luis Peirano, Diana Álvarez Calderón, Jorge Nieto y ahora Salvador del Solar, y revisando esta lista son las industrias culturales con Baca, Peirano y Del Solar, el sector que más ministros ha tenido en esta cartera; Juan Ossio y Jorge Nieto se acercan más a la Interculturalidad que al patrimonio cultural y Diana Álvarez encarnó el absoluto desinterés del Gobierno Humalista por la cultura, en lo que fue la más nefasta e ineficiente gestión en este ministerio.

La predominancia de Ministros venidos desde las Industrias  Culturales, nos confirma la visión que tiene en general el país y los círculos de poder sobre la Cultura, es decir las artes y el espectáculo, quizá esa civilización del espectáculo que plantea Vargas Llosa y no sólo las artes, sino las artes desde Lima y no sólo desde Lima sino al parecer desde los pasillos del Centro Cultural de la Católica, la Feria del Libro , el festival de Cine de Lima y el MALI. Una visión absolutamente centralista, elitista y excluyente, al extremo que se menciona, que uno de los méritos de Salvador del Solar es la temática de su película Magallanes, donde toca aspectos referidos al Racismo. Es decir un problema tan cotidiano y crucial pero que es visto y comprendido por esta élite a través de las pantallas del Cine.

Lo que ocurre es que la Cultura es mucho más que esa élite que parece apoderarse del concepto y visión de Cultura de este país. Nuestra Cultura es también nuestro patrimonio cultural, desde Machupicchu, Saqsayhuaman, Chan Chan, Cao, Nazca o Kuelap, por citar algunos sitios, muchos de los cuales han sido en los últimos años objeto de atentados, ante la mirada complaciente, silenciosa y cómplice de quienes ocuparon esta cartera. Y mientras tanto en Cusco, el mamotreto de Saphi sigue en pie.

Es que el Ministerio de Cultura en nuestro país, tiene un Vice Ministerio de Interculturalidad, casi inexistente e irrelevante, pero que tiene como principal tarea la implementación de la Ley de Consulta Previa, instrumento legal que nació luego de que 34 peruanos murieran en Bagua y cuya inexistente aplicación, por decisión de las más altas instancias del Ejecutivo que cual prioriza siempre a sectores como Energía y Minas y sus inversiones; así como la incapacidad y también complicidad de sus responsables en todos sus niveles. Solo nos queda el recuerdo de Luis Peirano, Paulo Vilca y Hernán Coronado, enfrentando a Ollanta Humala y su empeño de no querer hacer beneficiarios de esta ley a las comunidades campesinas. Y mientras tanto, seguimos viendo a nuestros compatriotas morir en conflictos socio-ambientales y esta es también responsabilidad del sector cultura.

Pero mientras nuestro Patrimonio está cada vez más desprotegido y la Ley de Consulta Previa parece una broma de mal gusto ante el incremento de los conflictos en el país, comprobamos una vez más que la cultura en este país se piensa desde Lima  en la ópera , el ballet y el cine, y por lo visto el salvador que este sector requiere no será precisamente Salvador del Solar.

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