En un informe exhaustivo y revelador Edwin Cavello denuncia en Lima Gris y en La Prensa Nacional, un nuevo atentado contra el patrimonio cultural de la nación. Esta vez se trata del Monumento Arqueológico Prehispánico Pando 540; lugar que está ubicado nada menos que en la planta donde se ha encuentra la gran rotativa del diario El Comercio en el distrito de Pueblo Libre.
Esto solo sucede en el Perú
En nuestro país desde hace mucho tiempo se ha estandarizado una vieja práctica de parte de los que administran nuestra nación, y que hoy anda en auge; aquella practica consiste en favorecer siempre a la empresa privada, y a ciertos propietarios de inmuebles que en su afán de poner en valor su predio hacen su trámite de RETIRO DE CONDICION DE PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN, a través de un funesto TUPA aprobado hace 3 años por el propio Ministerio de Cultura. Es decir, el propio MINCUL les facilita el trámite a los inversionistas para demoler indiscriminadamente terrenos, a pesar de ser declarados patrimonio cultural.
¿Y la Ley?
La normativa con respecto a patrimonio cultural claro que existe; ella está ahí bien escrita para que se cumpla. En principio, cuando aún funcionaba el INC, éste redactó el texto de la Ley 28296 Ley General del Patrimonio Cultural, con su respectivo Reglamento; lo que a partir de ese momento se constituyó en un nuevo instrumento legal que cautela la política nacional para la defensa, protección, promoción, propiedad y régimen legal, y el destino de los bienes que constituyen el Patrimonio Cultural de la Nación; publicada en el Diario Oficial El Peruano, el 19 de junio de 2003. Posteriormente fue modificado mediante Decreto Legislativo N° 1111 cuando ya se convirtió en MINCUL, publicado el 29 de junio del 2012.
Asimismo, en el Código Penal peruano existe todo un capitulo (dentro del Título VIII, Delitos contra el Patrimonio Cultural) de los Delitos contra los Bienes Culturales, que cautela y castiga con penas privativas a los que vulneren aquellos bienes jurídicos protegidos, desde los artículos 226 al 231. Sin embargo; y como siempre: la ley muchas veces es letra muerta.
El tuerto es rey en un país de ciegos
En otras partes del mundo un bien inmueble declarado patrimonio cultural, es realmente un bien intangible, que no se puede tocar bajo ninguna circunstancia, a pesar que la poderosa inversión privada intente meter sus tentáculos para vulnerarla; por eso nos preguntamos: y ¿Aquí en Perú por qué no defendemos nuestros patrimonios culturales? Aquí la respuesta:
En principio, porque no amamos lo nuestro. Porque nadie ama lo que no conoce.
Porque somos presa de una feroz alienación que nos dicta amar a los modelos y culturas extranjeras más que a nuestras propias culturas y raíces.
Y peor aún, algo que se ha vuelto tendencia para competir entre nosotros mismos, y que según los dizque gurús de la superación, consiste en: alimentarnos con aquel nuevo paradigma neoliberal que solo se basa en la crematística, y que ordena buscar el desarrollo personal solamente a través del trepamiento, la manipulación, y el éxito comercial que obedece más a un materialismo banal.
Por otro lado, nuestras autoridades son ignorantes al respecto; desconocen de la gran magnitud antropológica e histórica que gozan nuestros patrimonios arqueológicos, arquitectónicos, y artísticos. Todo ello les interesa un pepino; porque desde su precaria perspectiva eso no les rentabiliza en lo absoluto; ni pecuniariamente, ni en fortalecer su imagen para efectos de popularidad, y de segmentación.
Qué podemos esperar de gobernantes indolentes que solo buscan proteger intereses de grupos de poder, como el caso del eterno “impune” Alan García que durante su segundo mandato en épocas del Baguazo afirmaba con absoluta contundencia, que “aquellos pobladores eran ciudadanos de segunda clase”. Y en el colmo de su insolencia de manera despectiva y satírica se burlaba de ellos afirmando: “No toques ese cerro porque es un Apu…porque está lleno del espíritu milenario y no sé qué cosa…” A ese patético personaje no le interesaba la Ley de Consulta previa, a la que le puso muchas trabas durante su infeliz gestión.
Asimismo durante la gestión municipal de la señora Susana Villarán (no sabemos por qué hasta ahora hay personas que dicen que ella sí se preocupaba por la cultura de Lima) se dio una licencia fraudulenta para que la empresa chilena Ripley destruya un patrimonio cultural como lo fue el mítico Palais Concert del jirón de La Unión en el centro de Lima, hoy convertido en una fría tienda por departamentos.
Y ni qué decir del alcalde Luis Castañeda, declarado enemigo público de la cultura; porque al inicio de su gestión municipal en marzo de 2015 ordenó con absoluta indolencia borrar 15 murales realizados por artistas plásticos, en las diferentes arterias del centro histórico de Lima, lo que causó el repudio nacional hacia él.
Felizmente aún existe un reducido grupo de desinteresados ciudadanos comprometidos con nuestro legado histórico, y cultural, que lucha hasta lo último para defender nuestros patrimonios. Y esperamos que colectivos como: Capac-Perú; Al Rescate del Patrimonio Arquitectónico de Lima, Patrimonialistas de Lima, la Red del Patrimonio Cultural, Lima La Única, y Lima antigua, continúen dando su voz de protesta ante los constantes malos ejercicios contra nuestro patrimonio y cultura.
Grupo El Comercio vulnera un patrimonio cultural con autorización del ministro de Cultura Salvador del Solar
El monumento Pando 540 ha sido vulnerado a través de fríos mecanismos administrativos que fácilmente se han elaborado mediante meros trámites; a pesar que el propio INC lo declaró patrimonio cultural en 2009. Posteriormente, y de manera infeliz, el propio MINCUL en 2011 a través de un controvertido CIRA (Certificado de Inexistencias de Restos Arqueológicos) determinó que ya no existían restos arqueológicos en la zona mencionada; contradiciendo así, a su propia institución cuando ésta todavía era INC. Las razones saltan a la vista: simplemente se trató de favorecer al gran emporio que representa el grupo El Comercio.
Y lo más increíble acaba de suceder, en la gestión del dizque “popular” ministro de Cultura Salvador del Solar, que ayudó para que El Comercio saliera airoso en sus pretensiones de retirar la condición de Patrimonio Cultural a los vestigios arqueológicos que se encuentran en sus instalaciones prediales; a través de ese infeliz TUPA creado para estos casos; pues, la Dirección General de Patrimonio Arqueológico Inmueble del MINCUL les acaba de dar la razón, y el 14 de junio reciente, dicha dirección resolvió a favor de El Comercio, y mediante documento oficial le quitó el título de condición de patrimonio cultural de la Nación.
Así se trafica en nuestro país con nuestros legados, y patrimonios culturales. En Perú se ha jugado durante mucho tiempo ese juego en el que se utilizan muchas fichas, títulos, y billetes, y en el que además se emplean muchas horas…se ha jugado al “Monopolio”; cuyo origen viene desde hace cientos de años cuando Atahualpa jugaba una partida de ajedrez con Francisco Pizarro para así negociar su liberación. Todo ello se ha heredado; y seguirá vigente esa famosa frase: “Lluvia de millones…”
Mientras tengamos de gobernantes, presidentes tecnócratas, lobbistas (y no nos referimos únicamente a PPK) corruptos, incompetentes, y defensores de los grandes grupos de poder, en desmedro de las clases menos favorecidas, el statu quo imperante no cambiará, y se seguirá dando carta abierta a aquella “pobre gente” que solo tiene muchos millones para seguir pisoteando nuestras leyes, y nuestra memoria cultural.