La voz del pueblo es la voz de Dios (vox populi, vox Dei) reza el aforismo atribuido al antiguo mitógrafo griego Hesíodo, que significa que la opinión de la gente común revela la voluntad de Dios, y por tanto debe obedecerse. No obstante, aquello fue desvirtuado por el erudito Alcuino de York que en una epístola escrita a Carlomagno dictó: “Y no debería escucharse a los que acostumbran a decir que la voz del pueblo es la voz de Dios, pues el desenfreno del vulgo está siempre cercano a la locura”.
El pueblo peruano se encuentra feliz, y desde el 15 de noviembre pasado anda más que motivado y tiene una gran razón para vivir en el aliento, y para celebrar con embriagado júbilo por lo menos durante los próximos 7 meses; porque luego de larguísimos 36 años sin poder participar en la copa del mundo (la última fue en España 82) la selección nacional de futbol ya está entre los 32 equipos que participarán en Rusia 2018.
Pero quienes realmente deben estar saltando de felicidad son los directivos de la Federación Peruana de Fútbol por los 10 millones de dólares que recibirán solo por jugar la fase de grupos; eso sin contar un adicional de 2 millones si pasan a los octavos de final. Y si se colocan entre los 8 mejores, la suma crecería a 18 millones; y así sucesivamente: 25 millones para el cuarto lugar, 30 millones para el tercero, 40 millones para el subcampeón, y finalmente la friolera suma de 50 millones de dólares para el campeón. Aunque soñar no cuesta.
Otro que debe estar saltando de felicidad, y no precisamente por ser amante del futbol, es el presidente PPK y su gabinete completo; no por algo la ministra de Economía Claudia Cooper, por cierto muy hábil para pasar desapercibida pues gracias a su perfil bajo casi nadie la conoce, viene asegurando a los medios que por el optimismo y la creciente autoestima de la gente, la capacidad de consumo crecerá, y por lo tanto, los indicadores económicos también. Ella muy audaz se proyecta a un 2.8% para el último trimestre.
Las últimas declaraciones del encarcelado empresario Marcelo Odebrecht en Curitiba que involucran al presidente Kuczynski, a Keiko Fujimori, y a Alan García, al parecer ya no preocupa tanto a aquel “triunvirato” de involucrados, al menos por el momento, porque felizmente Perú clasificó al mundial de Rusia, y ahora la agenda Setting agitará su batuta al son de la nueva pauta: “Seamos todo futbol hasta llegar al mundial”. Prueba de ello, cuando sintonizamos los programas de televisión, las estaciones de radio, y los medios impresos, todo es futbol. Mañana, tarde y noche, solo se aprecian análisis futboleros, partidos del recuerdo, opiniones de medios deportivos internacionales, remembranzas de antiguos peloteros que ya estaban criogenizados y hoy han resucitado bien maquillados para comentar en pantallas.
Dinero que paga el Gobierno a algunos medios por publicidad.
Los periodistas deportivos “mermeleros” y los no “mermeleros” están en su garbanzal y se han erigido como analistas del futbol, incluso con enfoques más “científicos” y disertan sobre las jugadas, los esquemas, los biotipos, el plan estratégico a seguir, etc.; y en el fragor de la atmosfera mundialista la Biblioteca Nacional del Perú y el propio ministerio de Cultura han organizado un conversatorio “Perú: Mundial y futuro” donde participan periodistas deportivos, y exjugadores de la selección.
Esta viralización se ha tornado comercial, y por eso buen provecho para los comerciantes de Gamarra, y los de no Gamarra porque casi el común de los mortales caminan orgullosos por las calles con su camiseta blanquirroja; y los restaurantes y huariques están reventando de gente porque los constantes ejercicios de cardio al gritar las vivas generan hambre. Y qué decir de los bares, chupodromos, y/o cantinas que albergan borrachos y no borrachos, ya que es el momento de convertirse en uno… ¿la razón? ¡Perú está en el mundial pues!; ya imagino las calles desiertas durante el mes de junio del próximo año, (aunque no pasen de la primera ronda) como en los años 78´ y 82´, donde los televisores eran el pan de cada día; y los excesos del postrero gobierno militar, y el brote de Sendero Luminoso no le importaba a nadie porque el alimento era el fútbol.
Hace poco el Congreso aprobó la ley que permite el uso del cannabis medicinal; qué curioso, porque ahora mismo todo mundo anda stone con el cannabismundialoski; y está prohibido hablar de otra cosa que no sea fútbol. Ya saben señores broadcasters y editores centrales de los importantes medios: la pauta, incluso para los programas de corte político, y de farándula es FUTBOOOLL, porque para eso el Estado les paga mensualmente millones por publicidad, para mantenerse calladitos y bien zombies, y así no dar cobertura a los temas centrales que acontecen en el país: como la embustera dizque lucha anticorrupción del gobierno, con un Alejandro Toledo prófugo, por lo menos hasta que su ex-premier hoy convertido en presidente abandone la casa de Pizarro; o las secuelas de un fracaso llamado censo urbano y rural. Y la proclamada reconstrucción nacional que hasta el día de hoy no despega por más que techito Bruce se empecine en limpiarle la cara.
¿Y qué de la funesta maquinaria politiquera de la facción fujimorista en el Congreso? que como sea pretende bajarse al fiscal de la Nación y a los magistrados del Tribunal Constitucional antes que termine la legislatura el 15 de diciembre, porque así lograría dilatar e inhibir a los jueces para que deliberen contra el protegido de Keiko, el ex cobrador de combi, y hoy millonario Joaquín Ramírez; o la investigación al ahijado de la señora exalcaldesa Villarán, Gabriel Prado que ahora funge de incapaz mental porque asegura que no sabe nada del contrato de Andorra, y afirma además que firmó decenas de documentos sin haberlos leído antes, y sin saber que eran de la constructora Odebrecht. Pero lo más grave es la mentira de PPK al negar que tuvo vínculo alguno con la firma brasileña Odebrecht, cuando el empresario brasileño acaba de confirmar que fue su consultor externo en temas de economía.
Por más que Mauricio Mulder salga con el “ruido” de su proyecto de ley para que los medios de comunicación no reciban publicidad estatal, como decía Martínez Morosini: “Aquí no pasa nada” y todos aquellos temas álgidos irán a parar “al rincón de las animas”; o como fraseaba el comentarista Toño Vargas: “Será para otra oportunidad” porque primero es la selección nacional que se va para Rusia, y el resto de noticias que acontecen en el país, por ahora no interesan.
La cortina de humo es una práctica militar donde se empieza hacer humo para así no ser divisado por el enemigo y ocultarse de él. En la política y el periodismo aquel término se refiere a un suceso que atrae toda la atención pública hasta hacerse viral, para así distraer, y esconder un acontecimiento más grave, y/o de mayor magnitud noticiosa. Desafortunadamente hay que decirlo, la participación de la selección peruana a Rusia 2018 se ha erigido como la gran cortina de humo que congelará por algún tiempo los casos, denuncias, irregularidades, pesquisas, procesos; o al menos servirá para que todo aquel funcionario público, político, o empresario que esté en problemas con la justicia saque ventaja de su condición desfavorecida.
Y como decía un proverbio callejero: ¡Así es el futbol! Porque cortinas de humo existieron toda la vida.
No por algo cuando alguna vez le pregunté al connotado politólogo y sociólogo francés Pascal Boniface, ¿Si el futbol es el opio del pueblo? Él me respondió con absoluta contundencia: —que más bien, es el opio de los intelectuales— ¿La razón? Pascal también es un amante del futbol.