Confirmada la llegada por primera vez al Perú de los Rolling Stones para marzo del 2016, es justo un homenaje a un grupo que ya es una leyenda. Aquí se cuenta de los anteriores viajes al Perú de algunos de sus integrantes y de cómo Mick Jagger caminó por ciudades como Iquitos, Cusco y Lima.
1.
Mick Jagger (Kent, Inglaterra, 26 de julio de 1943), cuando se pone serio dice que tiene un pacto con Satanás y que su alma vive en el fuego eterno. Sea como sea, el Lucifer del rock, encabeza el mayor espectáculo artístico del mundo. Jagger en todo caso es un ícono posmoderno de la música, la moda, el arte y hasta de una filosofía de vida. Él es la figura visible de estos Rolling Stones quienes hoy resultan arqueólogos de sí mismos y entusiastas desenterradores de sus propias ruinas. Inmortales y vigentes, siempre están de gira. Y ahora al fin llegan al Perú. Un retardo que hizo ahorrar a sus fans para que puedan adquirir las entradas más caras de concierto alguno en nuestros pagos. Jagger dice que es socio del demonio, yo le creo y también pago.
Los Rolling Stones ya no es una banda de rock. No. Es una provocación estética más que contemporánea. Un conjunto en una exigente muestra de arte. Una página gloriosa de la música popular en todo el universo. En el rock y el pop, todavía atraen a millones de personas y su valor les permite llevar a cualquier rincón de la tierra espectáculos con una producción espectacular y de una calidad superlativa. Esta vez emprenden su enésima gira “América Latina Olé” desde el 3 de febrero del 2016 a Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, para luego pasar por el Perú, Colombia y finalizar en México. Hay razones entonces para descifrar su enigma.
Los Stones son como la materia. Siempre existieron y son perdurables porque se modificaron desde aquella canción ‘Rolling Stones’ que interpretaba el bluesman norteamericano Muddy Waters de la que raptaron su nombre. ¿Desde cuándo? Nadie lo sabe. Keith Richards dice que recién son Stones cuando llegó al grupo el baterista Charlie Watts, es decir, el 12 de enero de 1963. Sin embargo, las páginas oficiales señalan que la fecha de fundación es el 12 de julio de 1962 desde aquel día que Mick Jagger Keith Richards y Brian Jones –el desaparecido músico hallado muerto en la piscina de su casa en 1969– tocaron juntos en el desaparecido Marquee Club, de Londres. Seis meses luego, Charlie Watts, un dibujante publicitario al que siempre le ha gustado más el jazz que el rock and roll, se vinculó como baterista y ese es uno de los orígenes del mito.
Mick Jagger estuvo en el Perú hasta en tres oportunidades. En 1969, cuando llegó a Lima acompañado del guitarrista Keith Richards. A pocos les agradó esa visita. Primero se alojaron en el Hotel Crillón de donde los sacaron por escandalosos y luego se mudaron al Bolívar donde corrieron la misma suerte. Sin embargo, algunos peruanos supieron de ese vendaval de energía que eran los Stones. La banda de rock psicodélico Los Mads (Manolo y Álex Ventura, Fernando Gadea y Toño Zarza), del barrio de Lince a quienes conocieron en el Club Tiffany y luego los llevaron a Londres para grabar en el estudio de Stargroves de los propios Stones, y los jóvenes periodistas de la revista Caretas, Mirko Lauer (sí señora, el mismo columnista de La República) y el diseñador Jesús Ruiz Durand que esa vez fungió de fotógrafo.
2.
Otro de los periodista que los siguió ne Lima fue el todavía joven Manuel Robles quien fue a buscarlos al hotel Crillón ese 1969. Solo encontró a Keith, con quien conversó por media hora. Jagger seguía resaqueado. Luego, un despierto editor “mejoró” el material, añadiendo la parte de la marihuana y el LSD y las declaraciones de Mick: “Yo recuerdo a un tipo muy amable, correcto, sencillo y educado”, nos contó hace poco don Manuel.
Jagger y Richards acompañados de Anita Pallenberg habían llegado a Lima en viaje privado. De estas andanzas dan cuenta Sergio Galarza y Cucho Peñaloza en el libro “Los Rolling Stones en Perú” un repaso de aquellos días. En el texto se cuenta de la andanza de los tres en el balneario de Ancón donde se dejaron fotografiar e incluso escandalizaron a la sociedad de la época. Jagger una mañana se paseaba por el malecón del atildado Ancón completamente calato solo cubierto por una túnica hasta que vino la policía y los metió presos. Es cierto, Jagger disfrutó del anonimato y del país. Luego, el mismo Sergio Galarza escribió para la revista Etiqueta Negra un texto que llamó “El Rolling Stones y la vedette y otras historietas en el país de los Incas”. La crónica recrea la visita de Jagger a Iquitos en la selva peruana y su encuentro con la vedete Monique Pardo, cotizada artista peruana que era conocida por sus desnudos y danzas sensuales.
A Mick Jagger le gusta el Perú. En el restaurante Fitzcarraldo en el malecón de Iquitos a la vera del río Amazonas, Lucho Valcárcel está recordando a Jagger la vez que estuvo en su ciudad en 1981 y no le dejó buena espina. Valcárcel era barman del hotel Holiday Inn y el Stone no le cayó bien al principio. “Era bien loco y malcriado”, cuenta que era peor, luego sonríe y dice que al final se hicieron amigos. Jagger pedía los tragos menos frecuentes y combinada vodkas con cervezas y jerez. Una noche el barman lo invitó con un coctel a base de “RC”, el famoso trago loretano. Jagger se puso bravo e ipso facto buscó mujer.
Al día siguiente regresó contento. ¿Qué me diste anoche?, preguntó en su español infeliz. Entonces Valcárcel le explicó qué era “RC” con jugo de cocona. El “RC” era el mítico brebaje conocido también como el “Rompe calzón”, una pócima afrodisiaca. Jagger desde esa vez se hizo fanático de ese bebedizo y dejó registrado su sello de tener un apetito sexual descomunal y ser voraz en las camas. Jagger había sido invitado por el director alemán Werner Herzog para ser uno de los actores del film “Fitzcarraldo” que se iba a rodar en parajes de Iquitos. El rodaje se demoró y Jagger, que ya había filmado algunas escenas tuvo que regresarse a Londres donde tenía que grabar un nuevo disco.
Y cuando uno le pregunta a Leoncio Bueno, poeta de fuste y viejo luchador social, que también conoció a Jagger esa vez en Iquitos, el viejo maestro se sonríe y levanta la ceja: “Werner Herzog me dio el papel de capitán de la policía. Ahí me vi con Mike Jagger, charlé con Klaus Kinski y tomaba lonche con la mamacita de Claudia Cardinale, ya madurona. Bacán, ¿no?”. Pero cuando habla de Jagger se pone serio. Dice que de no haber sido tan mataperros hubiese llegado a ser un gran poeta.
3.
La tercera visita de Jagger al Perú fue en octubre del 2011. Jagger vino de turista a conocer unos albergues en Puerto Maldonado y recorrer el Cusco. Esa vez no paró hasta visitar al presidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia y fue recibido en el mismo Palacio de Gobierno. Jagger estaba acompañado de su novia, la diseñadora norteamericana Lauren Scott quien se suicidaría en el 2014 en Nueva York. Ya en el Cusco, Jagger volvió al valle de Urubamba y recorrió los pueblos del mismo Urubamba, Yucay y Ollantaytambo. Jagger y su novia esta vez se hospedó en el hotel Inkaterra para luego tomar el tren para Machu Picchu.
Lo curioso es que Jagger ya había estado en el Urubamba en 1969 poco antes del lanzamiento del “Let It Bleed”, y quería regresar para recordar un hecho que lo había marcado. En aquel viaje vino acompañado de Keith Richards y de la novia d este, la modelo alemana Anita Pallenberg. En su libro “Life” publicado en el 2010, Keith Richard recuerda ese viaje lleno de accidentes y anécdotas. Según su relato, durante los días que estuvieron en el Cusco, se movieron en un automóvil por todos los recovecos de la ciudad. Así llegarían a un lugar que, por esas fechas, estaba fuera del mapa de los turistas: Urubamba.
Aunque la aventura le resultó agradable a los Rolling Stones, la tensión llegaría cuando se dieron cuenta que el auto se había perdido con sus valijas y que no sabían cómo regresar al Cusco y no había un hotel cerca para pasar la noche. Por la carretera encontraron un bar que resultó su salvación. Allí comieron e intentaron pedir hospedaje con el poco español que sabían. Como esto no resultó, Richard, que llevaba su guitarra consigo, ofreció un recital de canciones españolas junto a Mick para convencer al dueño del lugar de que los deje quedarse. “No debimos de hacerlo del todo mal: les ofrecimos un poco de ‘Malagueña’ y otras canciones vagamente españolas”. Lo cierto es que al final el dueño del bar nos dejó quedarnos en un par de habitaciones que tenía en los altos. “Es la única vez que Mick y yo hemos cantado a cambio de una cama”, contó Rochards sobre esta experiencia.
Los Rolling Stones se presentarán el 6 de marzo en el Estadio Monumental (capacidad: de 60 mil personas). Las entradas ya están en venta desde este lunes y el boleto más barato será de 322 soles y el más caro de 2,415 respectivamente. A pesar de que todos tienen más de setenta años, lejos de la jubilación, cada vez son más exigentes. El contrato que mostraron los organizadores consta de 160 páginas, mientras que el reiden (requerimientos de la banda) de 300 folios donde explícitamente exigen que en el hotel el bar permanezca abierto las 24 horas. El documento prohíbe que se filtre un rayo de sol por las ventanas, un mayordomo extra al servicio de habitaciones, un servicio de lavandería las 24 horas, reserva suficiente de cigarrillos Marlboro e instrucciones escritas para manipular todos los artefactos electrónicos de los cuartos.