… así mis negros pensamientos, con pasos airados, no volverán al dulce amor hasta que una venganza dura y plena no los engulla.
“Otelo” – Shakespeare
La poesía es el campo de los suicidas, el de los héroes legendarios que arrastran el dolor y la rebeldía a contextos muchas veces atemporales ¿Qué hay detrás de un poeta que elige la muerte antes que la vida, la escritura antes que la lucidez, los extremos antes que el centro? Posiblemente mucha soledad, mucho eco y mucho mito tormentoso que desfigura su obra, pero enaltece su vida.
Hay escritores con los que es difícil escribir objetivamente, colocar un corpus teórico formal y solemne e ir desentrañando línea tras línea la esencia poética de su obra. A veces es mucho más sincero partir de las metáforas y de lo ficticio para poder descifrarla, incluso es mucho más realista, aunque suene algo paradójico. Esta interpretación figurativa se desarrolla, principalmente, porque el lector siente una mayor afinidad y conexión con el autor, pero sin caer en absurdos sentimentalismos.
Es lo que me pasa con Rodrigo Lira, poeta chileno de la década de los 80´s. No puedo hablar o escribir sobre Rodrigo sin pensar en cataclismos, en pedazos de vidrios esparcidos por el suelo, o sin escuchar el sonido repulsivo y aterrador de un electroshock, como si fuese la onomatopeya de un animal raro que está a punto de morir.
Pensar en Rodrigo, es pensar en todo lo que no se debe ser para encajar perfectamente en una sociedad moralista y pulcra. El sonido de las bombas, las metralletas y las arengas militares, no importan mucho, lo peligroso es actuar como un artista desquiciado en esas circunstancias. Para ser como Rodrigo hay que tener unos cojones bien puestos y mandar todo al carajo en el momento menos pensado. Para escribir como Rodrigo hay que sufrir mucho, no hay de otra.
La poesía chilena posee una de las mayores tradiciones en lengua castellana. A través de su historia se han visto pasar a poetas de una calidad admirable y envidiable, lo curioso es que muchos de estos han terminado sus vidas de forma terrible: Pablo de Rokha se dispara un balazo en la boca a los 73 años; Jorge Teillier muere entre los dolores de una cirrosis hepática (producto de su alcoholismo) a los 60 años; Eduardo Anguita muere quemado luego de caer sobre una estufa encendida a los 78 años; Alfonso Alcalde se suicida, en medio de una crisis depresiva, colgándose de un cinturón a los 70 años en un modesto cuarto que alquilaba; Violeta Parra se dispara en la cabeza a los 49 años; Pezoa Véliz muere tuberculoso a los 28 años de edad.
Rodrigo Lira se suicida un 26 de diciembre a las once y treinta de la mañana cortándose las venas de sus antebrazos con una hoja de afeitar a los 32 años. El que se haya matado de esa forma y el mismo día que cumplía años solo puede ser interpretada a partir de las metáforas y de su poética misma. Me parece que ese lento discurrir de la sangre que te precipita hacia la muerte puede ayudar a comprender su escritura. Tan solo imaginar a Rodrigo desangrándose en la bañera de su departamento, reflexionado y/o recordando en sabe Dios qué cosas, en medio de la lucidez y el delirio, me atormenta. Es la misma sensación que me produce leer su poesía, donde hay espacios para la cavilación, el dolor, lo grotesco y la locura misma. Todo ello ha forjado una de las imágenes más terribles y hermosas de la poesía chilena, convirtiendo en un escritor de culto a alguien que prefería brillar con luz propia en la soledad de una caverna construida por él mismo.
Rodrigo podía definirse en una sola palabra: autodidacta. Aunque podría añadirse otros términos como: esquizofrénico hebefrénico, esquizofrénico atípico, esquizofrénico límite. Es todo lo que padecía y que lo obligaban a sufrir dolorosos electrochoques en sus sucesivas internaciones en clínicas.
Personaje de sí mismo, le gustaba boicotear recitales, burlando y remedando a escritores de su generación. Más odiado que amado, Rodrigo fue convirtiéndose en un fantasma incómodo y aterrador. Autor de poemas esparcidos por distintos espacios y/o concursos literarios, obtuvo una mención honrosa en un concurso de la Sociedad de Escritores y el primer puesto, en 1979, en un concurso organizado por una revista llamada “La bicicleta” por el poema “4 tres cientos sesenta y cinco y un 366 de onces”.
Recién en 1984, a tres años de su muerte, se publicó su libro póstumo titulado “Proyecto de obras completas”, donde se reunía casi la totalidad de su producción y que llevaba un prólogo de Enrique Lihn. Desgraciadamente pasó algo desapercibido, hasta el año 2003 que fue reeditada y llamó la atención de los lectores chilenos y latinoamericanos.
De su poética se ha mencionado distintas aristas, por ejemplo Enrique Lihn manifiesta lo siguiente: “La poesía de Lira deriva de la censura y es el argot de una promoción o de un grupo generacional, que en no poca medida prolonga el trabajo antipoético y otros, pero en un contexto sociohistórico y político, que convalida la poesía del absurdo y ennegrece aun más el humor negro”.
Lo dicho por Lihn, en el prólogo del libro póstumo, es muy interesante teniendo en cuenta que a Lira le encantaba poetizar a partir de la parodia y de la burla como recurso de crítica. Se puede decir que emplea la ironía y la intertextualidad para derrumbar la figura de algunos poetas que pertenecían a la cultura oficial chilena.
Lo sufrieron Vicente Huidobro, el poema de Lira titulado “Ars Poetique” es una clara alusión al “Arte Poética” del primero.
El vigor verdadero reside en el bolsillo es la chequera el músculo se vende en paquetes por Correos la ambición no descansa la poesía está c ol g an do en la dirección de Bibliotecas Archivos y museos en Artí culos de lujo, de primera necesidad, oh, poetas! No cantéis a las rosas, oh, dejadlas madurar y hacedlas mermelada de mosqueta en el poema
Don Nicanor Parra:
… en fin, don Nicanor/ el señor Parra, escribió no recuerdo en cuál antipoéticoopúsculo/ “se me ocurre ideas luminosas” / y mientras no demuestre lo contrario/ advierto confieso aclaro/ que las mías son más y más hermosas/ -repárese en que me salió rimado/
Pablo Neruda:
A todo esto, el compañero / de taller relee al viejo Pablo Neftalino / -muerto de y desengordado por / el cáncer, calvo como / siempre (y como yo)- por pura coincidencia / justo poco días después / ….
En estos ejemplos se evidencia que el hablante lírico manipula el lenguaje para establecer nuevos rumbos, dándole un nuevo significado a la realidad, vida y obra de estos autores.
Fernández Cozman, al analizar la poesía de Cisneros, establecía que la ironía forma parte del campo figurativo o cognitivo de la antítesis, hay una oposición del escritor hacia una realidad demasiada ceremonial, subrayando la necesidad de contemplar las cosas a través de una burla fina y subrepticia, con el fin de fomentar en el lector un espíritu crítico y abierto a las innovaciones y cambios en el mundo cotidiano. La ironía, muchas veces, busca estrangular la cultura anquilosada, la cual es asumida diariamente en forma mecánica y alienante.
Esto se adecua a lo que quizás pretendía Rodrigo Lira, desacralizar a las grandes figuras de la poesía chilena porque quizás intuía que nunca formaría parte del canon poético de su país. Mediante la ironía y la parodia busca empobrecer los grandes símbolos poéticos que representan los autores ya mencionados.
A la poesía de Lira también le han colocado distintos rótulos como vanguardista, neobarroco, post-modernista, experimental, metapoética, adjetivos acertados y “nada” pomposos para tratar de explicar la intencionalidad de sus poemas. Aunque el chileno, en uno de sus textos, ha dado una cierta pista calificando a su propia vida y obra como barroco-contemporánea.
Sin embargo, en su poesía hay tres vertientes que me impresionan mucho. La primera es referente a la poetización de los desequilibrios mentales, que bien podríamos llamarla “la poética de la locura”. La segunda es la poetización de la soltería. Y por último, la poetización de la poesía misma, pero no en un sentido solemne y etéreo como lo hace Hölderlin, sino todo lo contrario.
Respecto a la primera, en casi las ciento cincuenta páginas que conforman “Proyecto de obras completas”, encontramos poemas donde se manifiesta, ya sea en forma metafórica o confesional, burlona o realista, el recurso de la locura en un yo lírico que se desdobla en distintas perspectivas y que termina confrontándose y retándose a sí mismo.
Advierto que no soy un sicótico me dicen «loco» pero a los que me dicen «loco» otros a su vez les dicen «loco» tal como se dice «flaco» – a veces me dicen «flaco» y un flaco re´flaco me dice «gordo»-.
Pero, a Vd. y U. S. advierto que, en verdad, no soy un LOCO a pesar de las etiquetas vulgarmente llamadas diagnósticos que me han aplicado especialistas, y de los destacados humedeciendo la goma de las etiquetas con esponjas plásticas las manos enguantadas en látex
El hablante lírico se confiesa, en segunda persona, hacia alguien que supuestamente representa respeto y autoridad. Pero bien han señalado algunos teóricos que cuando se utiliza la segunda persona en el campo de la ficción, es para referirse hacia uno mismo, estableciendo un diálogo esquizofrénico y alterado. Además en el poema se hace mención del proceso de rehabilitación que sufría en las clínicas donde lo internaban.
Otro poema donde se poetiza sobre lo ya mencionado es en el titulado “Es Ti Pi”:
Este poema de imágenes fragmentadas hace una clara alusión a la experiencia de Lira en los centros psiquiátricos, sirviendo como crítica a todo lo que se realizan en esos lugares.
En una entrevista, el psiquiatra que lo atendió menciona que la única energía curativa es la energía amorosa y que en relación con Rodrigo, su mayor herida, en un 60 o 80 % fue provocada por falta de amor.
Respecto a la segundo, justamente el libro inicia con un poema titulado “Angustioso caso de soltería”. Aquí el personaje llamado Juan Esteban Pons Ferrer decide poner a la luz un poemaanuncio para terminar su soltería:
se necesita/ niña de mano/ o de dedo/ o de uña -de uñas limpias, de ser posible-,/ de labios de senos de nalgas de muslos de pantorrillas/ y otros-as, niña de mano de pie o sentada/ en posición supina o de cúbito dorsal,/ boca arriba o boca abajo o/ preferentemente- a horcajadas ….
De igual manera, en el poema “Tres cientos sesenta y cinco y un 366 de onces” se recurre al humor negro referente a la soledad y falta de sexo:
Dada la continuidad de la ausencia de tibieza/ considerando la permanencia de las carencias y/ las ansiedades que se perpetran cotidianamente/ y el frío sobre todo en especial o solo/ o el frío completo en salchicha con mayonesa viscosa/ seminal y estéril /la sábana sucia que cubre monstruosos ayuntamientos/ la escasez de radiación solar
Respecto a lo tercero encontramos distintas citas. Lira busca desacreditar a la poesía misma en distintas perspectivas, entablando una lucha desproporcionada y superficial (¡Oh, poesíiah! Il nostro ayuntamiento k a c a b a/ a a) Hace quedar al poeta como un ser irracional, imperfecto y vulgar, alejándose de la figura divina que le otorgaba Huidobro.
En estos versos se percibe una insatisfacción poética:
ESPANTOSA SENSACIÓN/ cuando te consta y es evidente/ que esa poesía que escribiste hace no mucho/ también está mal hecha/ la Poesía está/ mal/ hecha.
En los siguientes versos que conforman al largo poema titulado “Testimonio de circunstancias” también de desacredita al poema:
Porque lo que yo escribo, los textos como o casi como éste no son poemas a no ser que poema no se escriba sólo con /p/ de profundo con /p/ de prístino, de puro, de plateado pétalo a no ser que poema se escriba también con /p/ de puta de puta preñada, de puta pariendo: puta madre..!
de puta frígida, de puta estéril (puta la huevada) de puta difícil de puta caliente de puta niña joven mujer señorita o señora puta -pringada, muchas veces- con /p/ de puñal se ha escrito más de algún poema ….
Posiblemente el universo extraño y desafiante de Lira nunca sea interpretada o explicada en su totalidad, debido a la alteración de las estructuras, las temáticas, el rompimiento con la ortografía y la sintaxis, nuevas categorías poéticas (poemaanuncios) y lo grotesco de su poética. Este texto contiene simples esbozos o destellos sobre todo lo que significa el autor chileno. Creo que para comprender la poesía de Lira se necesita menos academicismo y más pasión.
La vida de un poeta muchas veces resulta insignificante en un país aquejado por la pobreza, el egoísmo y la violación de los derechos humanos, pero es en este mismo contexto donde la obra adquiere valor y trascendencia por sí sola. Rodrigo Lira es de aquellos escritores que prefirieron el camino de la soledad y de lo laberíntico antes que la superficialidad de los halagos. Caso parecido al de Juan Ojeda, poeta chimbotano, cuyo cuerpo fue encontrado al amanecer del 11 de noviembre de 1971 en un charco de sangre en la cuadra 23 de la avenida Arequipa. Atropellado mientras toreaba autos ….
Bonus track
Semanas antes de suicidarse, Rodrigo participó en un programa televisivo llamado ¿Cuánto vale el show? donde recitó algunos fragmentos de la obra “Otelo” de Shakesperare (está en youtube). Se le notaba algo ido, nervioso y desencajado, luego de su performance le dieron un pequeño monto de dinero con lo cual se compró una bicicleta, la misma con que chocó ante un carro en nochebuena de 1981. Luego manifestaría que ya no podía vivir más en esas condiciones y en esa ciudad. Oscura premonición para lo que ya todo conocemos.