Opinión

Roberto Vieira venció a la venganza del poder y el complot mediático: archivan acusación

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Por Rafael Romero

El hoy excongresista Roberto Vieira, tras seis años del complot en el que fue utilizado un primo suyo, quedó exonerado de la acusación constitucional que pendía sobre su cabeza.

La comisión de Fiscalización del Congreso de la República no ha tenido más opción que archivar la acusación, hecho con el cual se hace justicia pues en todo este tiempo Vieira pudo explicar, ante los pocos medios que le abrieron las puertas, que fue víctima de una conspiración por haber sido el único congresista que organizó dos marchas contra Odebrecht y fue el presidente de una comisión investigadora de la pesca.

Uno de esos medios independientes fue el programa “Acción Educativa” donde Marisol Giordano le hizo una entrevista de antología, con temas abordados que permanecen vigentes pese al lustro transcurrido, y cuyo enlace web es: https://www.youtube.com/watch?v=smDRifPgah4.

Precisamente, a las pocas semanas de asumir Roberto Vieira el cargo congresal para investigar al club de la pesca, le cayó encima una antojadiza denuncia desde un programa dominical (Panorama), en el que aparece su primo, quien ya era caserito y conocido participante en el 2012 y 2013, pues salió entonces hablando de pesca en sendas emisiones de dicho espacio dominical.

No obstante, varios años después, en el 2018, el primo de Vieira solo reapareció para enlodarlo con un “armani”, montado y coordinado entre gente de un canal de televisión y el “club de la pesca”. Como se recuerda, Vieira corroboró en su oportunidad la existencia de “mails” cruzados entre las personas que, mediante un escándalo mediático, lo pusieron fuera de la fiscalización parlamentaria a las poderosas corporaciones pesqueras del país.

Tras el archivo de la acusación, el excongresista expresó en primer lugar a esta redacción su agradecimiento a Dios, porque ya terminó esa persecución; y en segundo término, saludó a las personas que creyeron en él y a los pocos medios de comunicación que no le cerraron las puertas, quedando en evidencia que fue víctima del abuso del poder y de una vendetta en la cual se usó a un familiar cercano.

En la fecha, Roberto Vieira tiene el camino libre para recuperar el tiempo perdido y ponerse nuevamente la camiseta en defensa de los intereses del país. Lamentablemente, por enfrentarse al poder, operadores políticos interesados y de mala fe destruyeron a su familia, generaron un ambiente hostil en cuyo trance murió su padre, dañaron su reputación, su autoestima, su economía y su derecho humano al honor. Pero, como reitera Vieira, nunca perdió la fe en Dios.

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