En la muestra de Redes de Ricardo Wiesse Hamann, el Perú se encuentra a la altura del corazón de su pintura, y es literal. El cuadro que está en el corazón de la muestra en Galería Forum tiene la silueta del mapa del Perú dentro de una red roja sobre fondo blanco. A Ricardo la mayoría lo conoce por su trabajo musical en el grupo La Mente, una banda emblemática para la generación de millenials y no tan millenials, muchos de los cuales siguen su música desde el colegio.
Pero en el campo de las artes plastias (esta es su cuarta muestra) su nombre se confunde con el de su padre, el celebrado artista Ricardo Wiesse Rebagliati. La muestra de Ricardo es en sus propias palabras “un homenaje a mi padre”.
Ricardo tiene 40 años, parece de menos, y nos recibe con una sonrisa sombreada por su gorra que tiene el logo de su banda La Mente. Ricardo no solo es vocalista y músico, también es surfista, su pasión por el mar le descarta de vivir mucho tiempo lejos de las olas, “podría estar, pero no podría vivir. No sé cuánto tiempo podría aguantar pero a la semana me pondría dark”.
Tal vez por eso su fijación en esta muestra por las redes, un tema no solo marino, pues las formas de las redes, su textura está también presente en nuestro organismo o las constelaciones, “es una materia comunicadora y que está integrada por objetos y líneas”. Y esta muestra es también una red que a su vez comunica su trabajo con la de su padre que también se expone en la misma galería en esta muestra doble.
Una costumbre casi perdida la del oficio tradicional de herencia familiar que es la pintura, como la de los grandes maestros flamencos del s. XV. “Mi oficio es la música y esto de pintar lo tengo más como un oficio naciente. Yo recién expongo hace dos o tres años. No he hecho una carrera de expositor pero si la cosa se da, genial. Porque a mí me encanta dibujar y escuchar música dibujando, y es mi mejor excusa para seguir haciéndolo”.
De los varios cuadros expuestos, hay uno en especial para su autor y es un tríptico, La red del tiempo, “un homenaje a una escultura de mi madre que se llamaba Lasbarrigas”, el cual conforma un foco homenaje a ella.
Sobre su trabajo pictórico como musical Ricardo siente un amor paternal. “Yo he heredado de mis padres el sentir las obras como hijos. Mi mamá me decía que sus esculturas eran mis hermanos. Yo lo he sentido así, son obras que ya tú las sueltas y cobran vida y manifestación propia”.
Sobre su padre indicó: “mi máximo aprendizaje que yo he tenido de cualquier persona del arte ha sido mi padre en su ámbito laboral. En mi familia la gente dibuja. Mi hijo dibuja. No por las puras existe el ADN”.