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Ricardo Terrones: “El arte latinoamericano está careciendo de identidad y honestidad”

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Ricardo Terrones acaba de bajar del avión, estuvo en Nueva York entre reuniones con directores de galerías y agentes de arte, en unos días vuelve al aeropuerto para viajar a Rumania, donde tendrá una exposición individual en Bucarest, de sus más recientes obras.

En la actualidad Terrones se va posicionando nacional e internacionalmente como uno de los artistas peruanos más representativos de su generación. Su reciente muestra titulada Rastros, que se presentó  en la galería del Hotel Sheraton, fue un éxito en ventas, más del 50 % de sus obras se vendieron el primer día. Las críticas a su reciente muestra fueron positivas, ya que ven en él ven a un artista con identidad, honestidad y mucho talento.

Luego de su reunión con Pablo Zúñiga, director del Museo de Artes de las Américas de la OEA, donde expondrá próximamente, nos confirma el día y hora para la entrevista en Lima. Al llegar al lugar pactado en la capital, nos comenta algunas de sus experiencias en Washington DC y Nueva York, pedimos dos cafés y prendo la grabadora.

Ricardo Terrones y Pablo Zúñiga, Director del Museo de las Américas de la OEA.

En la entrevista el artista peruano nos habla de su reciente muestra en el Hotel Sheraton, sus referentes latinoamericanos, el arte conceptual, el centenario de Bellas Artes, el Ministerio de Cultura y la relación del arte con el lavado de dinero.

Ricardo, regresaste a la escena con tu reciente individual titulada Rastros en la galería del Hotel Sheraton

Ha sido un nuevo paso en mi carrera, la cual se ha dado de la mejor manera y con una gran acogida, esa muestra tuvo un proceso trabajo previo para que tenga la trascendencia y los buenos comentarios que recibió.

¿Qué significa Rastros para ti?

Rastros tiene que ver mucho con ese bagaje de huellas e imágenes que han sido parte de mi coexistencia donde me he desarrollado, que es la provincia de Chepén, en un zona donde la naturaleza ha estado inmersa en mi ser y en mi inconsciente, una especie de arquetipo que está muy marcado dentro de mí. Eso ha generado  para que yo enfoque este nuevo proyecto a través de mis obras.

Tu individual Rastros, sorprendió a muchas personas por la calidad  tanto de los dibujos y las pinturas ¿Te esperabas eso?

Creo que sí, creo que el artista es consciente cuando es autocrítico en el desarrollo de su obra, siempre soy una persona que cree en el proceso, en construir un camino dentro de ese proceso, para que en el futuro tenga solidez y trascendencia, que creo que todo artista busca eso.

En tus recientes obras llama mucho la atención tu trazo y el trabajo del color. Ha sido una ardua chamba imagino.

En principio tiene mucho que ver con ese gran referente que son los artistas moches, cuando uno mira un ceramio moche, te das cuenta de esa destreza espiritual, creativa e interpretativa del color, son tal sutiles sus interpretaciones que son acuarelables todos sus pigmentos que aplicaban en sus vasijas. Cuando yo contemplo eso me marca un camino para empezar desde mi propia experiencia a descubrir ese proceso técnico, los miro como referentes y los llevo a mi propia interpretación pictórica.

Muy pocos artistas en una inauguración de su muestra han logrado vender más del 50% de sus obras, creo que lo que has logrado no sucede todos los días, ya que varios coleccionistas han adquirido tus obras de la individual Rastros.

En la individual Rastros, que se realizó en el Hotel Sheraton, hubo siete obras que se vendieron rápidamente, ahora esas obras son parte de una colección privada. Incluso también querían comprarme los dibujos, pero les dije que después de la muestra conversaríamos. Agradezco a los coleccionistas por apoyar y apostar por mi trabajo.

Exposición en el Hotel Sheraton.

Como artista estás pasando por un buen momento internacional, hace unos días acabas de regresar de Nueva York y Washington, ahora estás por viajar a Rumania para una exposición individual.

Sí, he tenido algunas conversaciones en Nueva York y Washington con algunos agentes metidos en el arte, he podido concretar un par de exposiciones en Estados Unidos,  creo que estoy realizando un trabajo sólido y contundente, me siento seguro de que mi obra puede luchar en un mercado tan competitivo como es Nueva York o como lo es Europa. En el mes de octubre tengo programada una individual en Bucarest, donde también daré talleres y conferencias durante tres días.

Hablar de artistas latinoamericanos que lograron destacar en Europa, es hablar de un pequeño grupo, que fácilmente se puede contar con los dedos ¿por qué crees que sucede eso?

Creo que el arte latinoamericano está careciendo de identidad y honestidad, como siempre te he dicho, cuando uno va a Europa, uno va a competir como latinoamericano, no va a competir como un latinoamericano europeizado, por eso necesitamos enfocar nuestra identidad, para que en Europa sientan que si existe un arte latinoamericano.

¿Crees que Guayasamín logró trascender?

Por supuesto, imagínate que Picasso o el propio Szyszlo se dieron cuenta estando en París, que los grandes artistas europeos miraban a las grandes civilizaciones del mundo, porque ahí está la esencia, es por eso que grandes artistas como el propio Alberto Quintanilla, Rufino Tamayo o Guayasamín,  han logrado reinterpretar nuestra cultura.

¿Cuál crees que es el error más grande que cometen los artistas en estos tiempos?

Buscar el facilismo. Siempre digo que las grandes obras se encuentran  en un proceso largo, donde no estás buscando querer vender ni imitar lo que se hace en Europa, hay que ser  lo más honesto y transparente con tu obra, solo así podrás trascender. Si queremos transcender y pelear con el arte occidental hay que realizar un arte honesto. Un ejemplo es Gerardo Chávez. Chávez se da cuenta que es latinoamericano estando en Europa, cuando él ve una muestra del arte moche en Europa, todos esos ceramios, esculturas, vasijas y los mantos, es un arte que nunca pasa de moda, no es un tema mediático sino universal.  Es por eso que Gerardo retoma la visión del arte moche en su obra.

Alberto Quintanilla dice “yo pinto cuadros, yo no mancho cuadros”, es una dura crítica al llamado arte contemporáneo o conceptual.

Sucede que hay algunas galerías que te inducen y te dicen que ese es el arte que se debe hacer, y que supuestamente ese es el arte contemporáneo. Para mí contemporáneo es una vasija moche, porque es universal. Cuando yo veo un arte contemporáneo banal y vacío, donde solo se basa en conceptos filosóficos, donde hay todo un uso de palabras para justificarlo pero al final el receptor no entiende.  Una buena obra te va a enganchar y  te dirá lo que el artista quiso expresar a través de la línea, volumen, color y la forma. Por eso una obra de arte de Guayasamín o Rufino Tamayo, te engancha, porque hay ese sentido espiritual.

¿Algunas galerías te han dicho qué pintar para vender?

Claro, siempre sucede, por respeto no voy a decir el nombre. Me han dicho, pinta así  porque esto es lo que se está vendiendo, pero sin embargo, yo he creído en mi objetivo y deseo ser honesto. Muchas veces algunos artistas aceptan eso por la necesidad económica, para ellos es una forma de salir del apuro, pero nunca he caído en eso.

Este año se celebra el centenario de la Escuela Nacional Autónoma de Bellas Artes del Perú ¿Qué significa para ti Bellas Artes?

Es triste lo que voy a manifestar, yo no tengo ningún contacto con la Escuela de Bellas Artes, si bien es cierto, es el centenario de una escuela tan importante, pero es triste porque a esta nueva generación que está haciendo carrera comprometida con su trabajo y su obra, no le dan la oportunidad de hacer una muestra importante en sus instalaciones. Creo que al artista egresado y comprometido le choca esto.  Yo no espero nada de la institución, pero si tengo un gran recuerdo y un gran aprecio y respeto. La escuela tiene una historia muy representativa en el mundo, pero creo que en estos tiempos la escuela no está a la altura de las circunstancias. Hasta ahora no he recibido ni llamadas ni invitación para los eventos que están realizando, seguramente sus motivos tendrán.

Van pasando los años y artistas como Szyszlo nos van dejando, en ese sentido va quedando un espacio grande, ya que en la actualidad son pocos los artistas que van a poder tomar esa posta para continuar  ese camino, por un tema natural de edad, artistas como Gerardo Chávez o Alberto Quintanilla pronto nos dejarán. Con lo que vas demostrando mediante tu obra, creo que en poco tiempo te convertirás en uno de los referentes de la pintura peruana.

Es el ciclo de la vida, al final los artistas como legado nos dejan sus obras, más no su vida de manera tangible. Es cierto que hay un espacio enorme, también hay una lucha de la nueva generación por marcar el posicionamiento en ese espacio. Creo que va sobresalir el artista o la obra que sea la más honesta, y que este apoyada de un discurso sólido. Yo solo sé que tengo un espíritu artístico y estoy construyendo un camino para hacer artista.

Como artista ¿para qué crees que sirve el Ministerio de Cultura?

Lo que sucede con el Ministerio de Cultura, es triste. Ese ministerio solo beneficia a sus trabajadores y no apuesta por el desarrollo de los espacios que generan la integración de la sociedad para un mejor desarrollo. No veo al Ministerio de Cultura apostando por el arte o por la misma cultura, es un ministerio puesto para cierta gente y nada más. Acabamos de estar por Cajamarca, Cusco, Chiclayo, Trujillo y vemos el vacío y la carencia de la presencia del Ministerio de Cultura, eso es deplorable. Necesitamos un Ministerio de Cultura más activo y más inclusivo. Estamos cansados de ver a los mismos de siempre, esos personajes que salen en televisión que son los únicos que paran en los eventos del MC, pero dónde están los artistas de las regiones, nunca los vemos. El que para siempre beneficiándose del ministerio es el amigo Lucho Quequesana, no sé qué tiene él que el resto de artistas no tengan.  Es impresionante la publicidad que le dan, hasta en la sopa lo veo. Hay que avisarle a la ministra que en la región también hay grandes músicos.

Hablemos de los espacios de arte y su relación con la corrupción. Creo que es lamentable que mucha gente intente lavarse la cara mediante el arte, es decir, usan el arte para lavar dinero. ¿Qué opinas de esto?

Lo que mencionas es cierto, y eso se da en las grandes ferias de arte que hoy se realiza en Lima, una de ellas es Art Lima, en esas ferias se presta para mucho lavado de dinero, es una realidad que no podemos ignorar. También hemos visto el caso de Monumental Callao, el año pasado explotó esta bomba de las megas corrupciones con el caso Odebrecht y Gil Shavit, que es el personaje que ha realizado una inversión brutal en Monumental Callao. El arte no se debe manchar, el arte no se debe prestar para esas cosas negativas, es decir, la venta de obras con dinero sucio. Todo eso no me parece legítimo, ya que esto crea  un enorme vacío en esta generación nueva de artistas, que creen que el arte se puede manchar con dinero sucio. El arte siempre ha sido para ir en contra de eso. El arte debe ser un grito de protesta contra todo lo negativo en una sociedad.

Pero veo que eso no les importa a muchos artistas,  curadores y críticos de arte…

Por eso mismo, hemos llegado a un nivel vacío desde el ámbito espiritual, yo creo que el artista siempre se ha caracterizado por ser más espiritual, visionario y humanista en cuanto a la realidad, pero hemos caído en una banalidad de la coexistencia del ser humano.

¿Crees que se puede hablar de una industria cultural en el Perú?

No. Imposible, no existe una industria cultural en el Perú, lo que hay son solo intentos de ciertas entidades privadas o del propio Ministerio de Cultura que intenta dar esa visión, pero no existe.

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