1. Dos autores. Ribeyro es sinónimo de cuento. El limeño es autor de La palabra del mudo como de novelas, obras de teatro, pensamientos y ensayos. En ese sentido, estamos frente a un creador que buscó la totalidad, la tienta. Pensemos en otros autores coetáneos a Ribeyro: Bryce, por ejemplo, que escribió novelas y cuentos, como también memorias y olvidadas columnas. Ambos son hijos del siglo XIX y XX.
2.Memoria y diario. Las dos obras autobiográficas de estos autores llevan, en el título, la clave de su propia poética. La tentación del fracaso de Ribeyro es una descarnada manifestación de vicio, soledad y literatura. Escribir es habitar la posibilidad de truncarse, es vivir a salto de mata la inseguridad del oficio. Así, como El zorro de arriba y el zorro de abajo (Arguedas), es un vertiginoso manifiesto de cómo la vida y la literatura se cruzan, beben de sí mismas y se nutren para seguir recreándose. En el caso de Bryce, vemos que sus triada de memorias (Permiso para sentir, Permiso para vivir, y, Permiso para retirarme) delatan esa dualidad de las obras bryceanas: un cierto temor de hacer las cosas, ese vivir siempre con miedo a molestar.
3. Influencia. De alguna forma, cada generación después de Ribeyro lleva su impronta: poesía y realismo. Los cuentos de Ribeyro, su versión de la realidad, no se apaña en la fantasía, sino que busca entrar en las heridas de la realidad, en el absurdo mismo. En su poética solo queda resignarse ante una realidad desesperanzadora. En cambio, Bryce es sinónimo de exageración. Y digamos, de diversión. Autor intimista: logra así una brillante conexión entre lector y autor. Lo sentimos a nuestro lado, tomando de la misma botella de vino.
4.Reminiscencias. Una foto en blanco y negro de los dos juntos en París. Bryce, tras unos lentes y un bigotito, sonríe. ¿Escenas de la novela de Bryce? ¿Escenas del diario de Ribeyro? Lo cierto es que los dos aprovecharon su temporada en Europa, editando sus obras y causando todo tipo de repercusión. Ribeyro murió de cáncer y Bryce aún vive. ¿Escribe algo? Según sabemos, se retiró de la literatura con su último volumen. Las recientes polémicas sobre algunas columnas copiadas fueron pan para todo tipo de envidiosos, regocijados en su veneno. Sin embargo, queda la obra.
(Columna publicada en Diario UNO)