Opinión

Revalorizando el programa social del Vaso de Leche

Lee la columna de Raúl Allain

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El 30 de marzo de 1984 se hizo realidad el programa social del Vaso de Leche (PVL). Este programa social fue la primera conquista política del alcalde de Lima Alfonso Barrantes. Unos días después, el 4 de abril, se entregó el primer vaso de leche. Al año logró cumplir su meta: llegar al millón de raciones diarias. El programa social hasta el día de hoy perdura, aunque con los años ha ido perdiendo la brújula.

“El primero de abril desayunarán todos los niños y, para decirlo con los versos de Vallejo, lo harán con pedacitos de pan salidos del horno de nuestros corazones”, fue el primer anuncio que hizo el alcalde Alfonso Barrantes cuando 1984 asumió la alcaldía de Lima.

El Programa de Vaso de Leche es el típico ejemplo de una experiencia local que luego se amplió a escala nacional, expandiéndose a todo el país. Sus inicios se gestaron por iniciativa de la Municipalidad de Lima Metropolitana, de un modo informal a partir de 1983-84. Este programa surge de la expectativa de suplir la escasa cobertura de los programas maternos infantiles (PRODIA Y PAMI) del MINSA y la desactivación del PAE, al mismo tiempo que se articula a la propuesta de incorporar la participación comunitaria mediante la corresponsabilidad de la operativización con los comités de beneficiarios.

Por entonces la presencia organizada de las mujeres de los sectores populares ya se había hecho sentir en la escena pública desde fines de los 70, con la organización de los Comedores Populares (1979) ante las primeras manifestaciones de la crisis económica, pudiendo involucrarse rápidamente ante la convocatoria a participar de los Comités de Vaso de Leche.

Los comités de vaso de leche se fueron multiplicando en Lima hasta constituirse en una enorme organización reglamentada por la municipalidad de Lima, logrando en el transcurso de su primer año el reparto de un millón de vasos de leche, lo cual requirió la conformación de 7400 comités en los barrios donde el Programa funcionaba. Este número se fue incrementando progresivamente en los años siguientes.

El éxito de esta iniciativa hizo que poco tiempo después, en diversos lugares se empezaran a formar grupos de iniciativa para poner en marcha el mismo programa.

La movilización alrededor de este objetivo fue sumamente dinámica y persistente en diversos lugares del territorio nacional, de modo que la institucionalización del Vaso de Leche se transformó en una exigencia de derecho para millares de madres. Esto se reflejó en una demanda al gobierno central y al Congreso para que legislen en el sentido de hacer permanente el programa que había nacido como de emergencia y convertirlo en una propuesta nacional. Así el 5 de diciembre de 1984, las calles de Lima albergaron la movilización de 25 mil mujeres de 33 distritos que reclamaban la ley del Vaso de Leche.

A través de estas acciones se consiguió que el gobierno del arquitecto Fernando Belaúnde, el 4 de enero de 1985, suscribiese la ley 24059 que convierte al Vaso de Leche en programa de asistencia alimentaria materno-infantil, en todos los municipios provinciales del país.

Durante el gobierno de Alberto Fujimori, en 1991, dentro de la ley de presupuesto de ese mismo año, el Programa fue incorporado al Sistema Nacional de Compensación y Desarrollo Social cuya finalidad era formular, coordinar, ejecutar y evaluar proyectos en materia de alimentación, salud y empleo temporal productivo, destinados a los sectores más pobres del país.

Si bien la ley 24509 fue un avance para la institucionalización del Programa, las mujeres de los comités habían alcanzado ya una visión mucho más amplia de las posibilidades de su organización. En sus documentos señalaban como sus propósitos hacen de la iniciativa contra el hambre una lucha por cambiar la realidad que estaba condicionando la miseria extendida, trabajar por la mayor participación de las mujeres y la comunidad en modalidades de autogestión y cogestión, como después efectivamente se concretó.

Beneficiarios no se encuentran en situación de pobreza

Debido al escenario de pobreza que enfrentamos, en mayo de este año, el Gobierno del Perú anunció el incremento presupuestal del Programa del Vaso de Leche (PVL) en S/ 100 millones de soles. De acuerdo con la Contraloría General de la República, en los últimos años, el presupuesto total de dicho programa se situó alrededor de S/ 400 millones de soles, de manera que con el incremento superaría los S/ 500 millones de soles. Un aspecto positivo por resaltar es que, durante 2019 y 2020, el programa ejecutó más del 90% del presupuesto asignado y atendió a más de 1.5 millones de personas, según estimaciones de la misma institución. (http://tinyurl.com/2tcdp868)

Sin embargo, el programa enfrenta problemas graves, especialmente en la focalización de los beneficiarios. De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), para acceder es necesario estar en condición de pobreza o pobreza extrema; no obstante, más de la mitad de los beneficiarios no cumplen con este requerimiento.

De acuerdo con estimaciones de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), el PVL atendió a 993,798 hogares a nivel nacional en 2022. De esta cantidad, un total de 554,535 hogares (55.8% de los beneficiados) no estaban en condición de pobreza. Si analizamos la evolución durante los últimos años, destaca que suele haber más de medio millón de hogares no pobres beneficiarios, mientras que generalmente se registran menos de 100,000 hogares en condición de pobreza extrema.

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