Por Rafael Romero
El bosque frondoso de la política, ensombrecido con seudo políticos, pues no lo son, ya que abundan improvisados y advenedizos, frecuentemente impide ver el verdadero liderazgo, el buen trabajo y la vocación consciente de serios policías (ya sea personal oficial, subalterno o técnico).
El caso de la comisaría de Miraflores (Calle Gral. Vidal 230) es digno de registro y reconocimiento, actualmente bajo la dirección del Comandante PNP Jhon William Luján Munive, siendo evidente que en los últimos 18 meses ha logrado reducir el número de incidentes delictivos, lo cual es una noticia positiva que debería servir de aliciente a la Policía Nacional de todo el país.
En ese sentido, desde esta columna, queremos decirle a los lectores que, por la mala labor de algunos pocos elementos de una institución, como sucede en cualquier parte del mundo, no se va a cuestionar y criticar a todo su personal porque en costa, sierra y selva hay buenos policías, y son los que deben ser destacados por los medios de comunicación, evitando la noticia truculenta, la nota informativa que más parece una apología a la violencia, como lo hace un canal de televisión perteneciente a un grupo de poder en relación directa con las tristemente célebres Odebrecht y Graña y Montero, medio donde prima el falso rating, el morbo y el burdo interés crematístico publicitario
Por supuesto que se debe reorganizar muchos estamentos del Estado y tiene razón el Defensor del Pueblo, Josué Gutiérrez, cuando en un comunicado público y en medio una conferencia de prensa señaló que debe reestructurarse la PNP, la Fiscalía, el INPE y el Poder Judicial. Eso es cierto, pero debe hacerse con referentes y con los líderes institucionales, poniendo en conocimiento del público y las autoridades los casos concretos que pueden servir de guías en medio de ese proceso de aggiornamento (y sobre todo mejoramiento) institucional.
Uno de esos casos que pueden servir de paradigma es el de la Comisaría Miraflorina y cuyos resultados en la reducción de robos, hurtos y violencia callejera se han expuesto sostenidamente en el CODISEC durante el último año y medio, y eso se debe al cariño que tienen a su institución buenos policías, premunidos de una vocación sincera de servicio a la comunidad y de mística basada en el ejemplo de Mariano Santos, entre otros mártires policiales.
En realidad, todo ese trabajo es transparente, porque para hacer bien las cosas no hay secretos, simplemente basta liderar desde la comandancia y dirección de una comisaría comprometida en el servicio al vecino y a todos los compatriotas y extranjeros que llegan a Miraflores, el cual es un distrito complejo por su dinámica turística, por ser una plaza de importante en el sector económico y financiero, y además por tener zonas residenciales donde debe garantizarse la seguridad y la paz social.
Pese a las dificultades logísticas que la tiene la Policía Nacional en todo el Perú, esto se suple con éxito cuando el líder policía, como es el caso del Cmte. Luján, orienta, ordena, guía y decide asertivamente entre su personal, les da la confianza necesaria pero también el sentido de la misión cumplía, donde él hace de coach, donde impulsa un trabajo en provecho de los jóvenes, empero todavía se necesita vencer la indiferencia que existe en algunos espacios de la sociedad, como en todo el país, pues los ciudadanos deben hacer su tarea ya que no solo tienen derechos sino también deberes; y eso pasa por concretar acciones sencillas e inmediatas como consolidar las juntas vecinales, como ponerle alarma a su vehículo, como avisar si hay algún extraño merodeando la calle, o aconsejar a los más chicos para que no se queden en las discotecas sin control alguno y hasta horas de la madrugada.
Es decir, la Policía distrital cumple una labor de prevención, como en el tema de las drogas, pero esa prevención es igualmente responsabilidad del ciudadano. Querido Perú, sí se puede salir del ámbito de la violencia. Depende que la comunidad trabaje al lado de su Policía Nacional, y para ello hay que dejar de lado la pasividad, la indiferencia, la mediocridad, porque el policía cuida la vida del vecino, pero también el vecino debe cuidar la vida del policía. No los dejemos solos y así Miraflores, o cualquiera de los 1874 distritos que tiene nuestra patria, será una circunscripción segura para todos.