Renunció el ministro de Defensa luego de que se descubriera que su esposa tuvo un contrato con el Ministerio de Producción

Los días de vuelos gratis para toda su familia y banquetes se terminaron para el ministro derrochador. José Luis Gavidia no va más al frente del Ministerio de Defensa (Mindef) luego de que presentara su carta de renuncia a dicha cartera. En la misiva dirigida al presidente Pedro Castillo se despidió de su sector, no sin antes agradecer al mandatario por brindarle la oportunidad de “trabajar en provecho del Perú y de las Fuerzas Armadas”.

La decisión de Gavidia Arrascue se dio a conocer por medio de sus redes sociales, donde expresó que su labor en favor del país continuará “desde la trinchera que me toque”.

“Con satisfacción por haber cumplido la labor encomendada en bien de las FFAA y el país, informo que he presentado mi renuncia al cargo de ministro de Defensa. Gracias presidente Pedro Castillo por darme tan alto honor. Seguiré sirviendo al país desde la trinchera que me toque”, escribió en su cuenta de Twitter.

De acuerdo con declaraciones de Gavidia, su renuncia está basada en motivos personales y aclaró que mantiene una buena relación con el Ejecutivo y Legislativo, por lo que descarta que eso podría haber influido en su decisión.

“Es una renuncia irrevocable. Yo siempre he dicho ‘todo tiene un inicio y un final’ y lo he conversado con el presidente de la República y el premier con una semana de anticipación (…) No tiene nada que ver con una relación buena o mala, mi relación con el ejecutivo y el Legislativo es buena”, aseveró ante RPP.

Pero eso no es del todo cierto pues su esposa María Amelia Valdivieso Arrascue obtuvo un contrato en el Viceministerio de Pesca y Acuicultura de Produce, según el semanario ‘Hildebrandt en sus trece’. De acuerdo con ese medio la orden de servicio duro 75 días y recibió un monto de S/ 24,000 por brindar asistencia legal para casos de denuncia penal en delitos contra el medio ambiente.

En ese sentido, José Luis Gavidia manifestó que su esposa venía trabajando en dicho sector desde hace dos años, por lo que ha iniciado un proceso contra el Ministerio de la Producción debido a un presunto despido arbitrario.

“Mi esposa trabaja hace 2 años en Produce y ha iniciado un proceso judicial que ha sido tomado por el Poder Judicial contra Produce porque fue sacada arbitrariamente y creo que es un tema personal de ella, ella trabajaba hace dos años, cuando uno asume una responsabilidad todos los familiares tienen que salir volando”, refirió a los medios desde Magdalena del Mar el último martes.

Las comilonas de Gavidia

En tanto, hace dos semanas, se reveló que el ministro Gavidia habría realizado gastos para almuerzos lujosos en distintos restaurantes de Lima que perjudican a la caja chica del sector Defensa.

En el informe presentado, el día 31 de marzo en el Centro Naval del Perú, Gavidia tuvo una cena de trabajo entre funcionarios de la alta dirección del Mindef y altos mandos de las Fuerzas Armadas. El bufet criollo costó S/ 1,250 para 10 personas. Este no habría sido el único gasto realizado por la caja chica, el 11 de abril se dispuso de S/ 790 para otro bufet, pero no se especificaron los motivos de dicha reunión.

El 6 de junio, el titular de la cartera consignó un almuerzo de trabajo con el secretario general del Mindef. Sin embargo, en esta reunión solo se pide un plato de lenguado a la plancha con ensalada, yucas y una jarra de chicha morada por el monto de S/ 65.

Por otro lado, el 2 de junio, Gavidia tendría un almuerzo de trabajo en el restaurante del Círculo Militar, donde se gastó S/ 45. Sin embargo, ese mismo día el ministro se encontraba de viaje en Amazonas. Desde el Ministerio de Defensa se informó que su vuelo se retrasó y no se realizó la reunión, por lo cual su almuerzo se convirtió en cena.

Asimismo, existen boletas de pago por el monto de S/ 41.90 en milhojas, otro de S/ 452.50 en el restaurante El Hornero, como también se verificó el pago de S/ 83 en Long Horn. Ante ello, la General de la República del Perú pide a los funcionarios a tener “criterio de austeridad y racionalidad, siendo responsable del uso injustificado o de desembolso que autoricen”.