Por Edwin Vegas Gallo
Muy de acuerdo con la editorial Relatos Salvajes (LR, 18-09-2024) entendiendo la noción de salvaje cuando se aplica a los humanos “vinculado a su comportamiento brutal y a su falta de civilidad”.
Así pues, estos incendios forestales son fruto de salvajes políticas públicas gubernamentales, que permiten indolentemente la “tumba, roce y quema”, en el afán de ampliar la frontera agrícola y de ganar votos y auspicios monetarios para sus campañas políticas, tal cual como, los iluminados del Congreso han potenciado esa secuencia anti ecológica infame, con la modificación de la Ley Forestal, negarse a la ratificación del Acuerdo de Escazú y estar de espaldas a la Encíclica de S. S FRANCISCO, LAUDATIO SÍ ALABADO SEAS; ante la complacencia de los ministros de Agricultura, Salud y del Ambiente. Este último presentando en la hora nona, un proyecto para penalizar a los causantes humanos de los incendios forestales, amén de permitir que el MEF le disminuya presupuesto al Servicio Forestal y de Fauna Silvestre, poniendo más en riesgo el concepto de UNA SOLA SALUD.
Por cierto, de las cerca de 2 mil denuncias por minería ilegal e incendios forestales provocados en la Región de Madre de Dios, solo tres han llegado al Poder Judicial, sin que se haya sentenciado a ninguno.
Ello es una muestra de la total impunidad, con que se maneja estos asuntos y después la presidenta se rasga las vestiduras, increpando a un reportero televisivo señalándole “NO NECESITAMOS TU LLANTO”. Llanto es lo que va a producirse en 100 años, cuando las generaciones futuras no tengan el pulmón verde de la Amazonía y el cambio climático los achicharre y la flora y fauna silvestre se extinga, por las políticas anti naturales depredadoras de los “funcionarios salvajes “de hoy en día.