Escribe Giovanna Gutierrez Narrea
En mitad de la madrugada seguían fluyendo los besos, abrazos, la tibieza de la piel, los movimientos de los cuerpos desnudos, la ropa regada en el suelo, el cigarro a medio apagar, las sábanas revueltas; sentí que tenía que decírselo… (y, entonces, se interrumpiría el eros).
-Andrea, lo siento, pero tengo pareja.
-Por qué recién me lo dices? De haberlo sabido no hubiese venido…
-Tú no me preguntaste. No te mentí.
Silencio total …
«No sabía qué decirle, cualquier frase de consuelo hubiese sido inútil».
«Cuando conocí a Andrea me pareció agradable, su plática y su sonrisa me cautivaron (sus dientecitos blancos y derechos…), pero no era mi tipo (su cuerpo era llenito como un tamal, piel color de trigo, melena negra), seguramente, hubiese sido una buena elección como compañera de vida, para lo bueno y lo malo (un buen potencial para establecer un hogar y sentar cabeza)». Me gustaba tenerla de amiga (que me escuche, que me aconseje, que me acompañe al cine, tomarnos unos tragos…).
«Esa noche habíamos bebido dos vinos y, entonces, se activaron las endorfinas, (una sensación de motivación y placer), lo que nos llevó a la cama».
Lee el cuento completo en el siguiente enlace: https://cuentroversia.blogspot.com/2024/03/relacion-de-3-en-mitad-de-la-madrugada.html?sc=1712528287109#c1404353388343038397