Por Edison Mamani
El viernes 29 de noviembre, el Pleno del Congreso aprobó la ampliación del REINFO, con algunas “reglas claras”, conforme lo habíamos señalado anteriormente en nuestra proyección. Hubo consenso en el plazo, cambio de competencias, pero un allanamiento sobre la trazabilidad. Tarde o temprano se aprobaría la ampliación, pero el factor Salhuana logró que se aprobara este viernes. En la izquierda jugó un papel muy importante Guido Bellido, según los propios mineros informales, mientras que en la derecha hizo lo suyo Arturo Alegría.
El punto de quiebre fue el comunicado de Fuerza Popular y la pésima presentación del exministro Rómulo Mucho en el pleno, porque no había ninguna bancada que lo respaldara, incluso el vocero de Alianza para el Progreso, principal bancada oficialista, pidió su salida, al igual que la mayoría de las bancadas. Luego de ello, se presentaron dos mociones de censura. Todos estos gestos políticos fueron suficientes para afirmar que el escenario político en el Congreso ya estaba claro desde hace más de una semana, sin embargo, el Gobierno y una parte de la derecha y el sector empresarial, no lo querían ver. ¿Cuáles fueron las razones de los otorongos? Primero, la contundencia de la marcha de los mineros informales, incluso más que la de los transportistas informales, a pesar que estos últimos tuvieron el apoyo de los medios de comunicación, que se olvidaron por un más de meses que eran informales. Segundo, la tardía presentación del proyecto de la Ley MAPE, faltando un par de semanas para culminar la legislatura y un poco más de un mes para vencer el plazo del REINFO, y que no aportaba ninguna solución a la formalización que convenza a todos los sectores involucrados, siendo interpretado esto por los congresistas como una forma de echarles la culpa de la problemática. Tercero, la falta de liderazgo (político no técnico) del exministro Rómulo Mucho para buscar consensos entre la pequeña minería artesanal y la gran minería. Algunos opinólogos le echan flores al exministro, pero quieren ocultar que le faltó capacidad política para sentar en una mesa a todos los actores y tomar grandes decisiones como el cambio de competencias. Lo anecdótico fue que al final lo que se aprobó fue casi una pequeña Ley MAPE, pero sin el exministro.
Antes de las protestas y del mal accionar de Rómulo Mucho, no había los votos para ampliar. Luego de ello, la primera interpretación es que había un incipiente consenso en la ampliación del REINFO (porque así lo habían anunciado públicamente la mayoría de las bancadas), pero no en el detalle de las «reglas claras» adicionales. Esto entrampaba la situación. El temor de la derecha y el centro es que luego de la ampliación «sin reglas claras adecuadas”, no haya incentivos para la aprobación posterior de la Ley MAPE, y que todo quede simplemente en ampliación, como anteriormente. Fuerza Popular había señalado que no estaba de acuerdo con los cambios en el predictamen que se estaba debatiendo en la Comisión de Energía y Minas (por ejemplo, que no sea necesario los permisos para el uso de los explosivos). Recordar que en la sesión de la comisión del martes 26, Arturo Alegría, vocero de Fuerza Popular, luego de haber censurado a Rómulo Mucho, «exigió», no queda claro si solo para las cámaras, votar la ampliación, pero no fue escuchado. El asunto estaba en que esas «reglas claras» no se conviertan en una «Ley MAPE», porque ahora no hay consenso para ver todos los temas de fondo. El presidente de la comisión no estaba a la altura de las circunstancias porque no tenía los reflejos políticos de Salhuana, para conseguir un texto. Fue así que el jueves 28, Somos Perú, presentó su cuestión previa para mejorar el texto, porque no estaban de acuerdo con el borrador del presidente de la comisión, teniendo como base la ampliación, y adicionar unas «reglas claras»: querían una “pequeña Ley MAPE”. Esto fue tomado equivocadamente como una victoria para la derecha. Sin embargo, en la noche de ese mismo jueves, Salhuana convocó a los voceros y miembros de la comisión y les invocó a dar una respuesta a la ciudadanía. De esta forma, el viernes 29 al mediodía, el presidente de la comisión, convocó a sesión, con un texto consensuado, pero por obra y gracia de Salhuana. En dicha sesión, Fuerza Popular, logró incluir un artículo sobre la trazabilidad. Finalmente, en la noche, el pleno aprobó el texto de la comisión, sin ningún cambio, porque ya estaba acordado.
Ahora bien, lo anterior es una interpretación desde la óptica de los promotores de la ampliación, pero desde la postura de los que nunca estuvieron de acuerdo con dicha ampliación, había otra tesis, que también puede ser válida, y que era que esas «reglas claras» que acompañen a la ampliación solo eran «pretextos» para no ampliar nada ahora ni nunca, pero con esta estrategia solo se podía jugar por unas semanas más, porque el plazo se acercaba. Es decir, buscaban que los mineros informales se cansen y ya no protesten, valorando que antes de las manifestaciones no había votos para la ampliación. La otra opción era aprobar la Ley MAPE antes de fin de año. Sin embargo, ambos escenarios eran muy improbables. Al contrario, el escenario más previsible mientras pasaba el tiempo es que haya un bloqueo de carreteras a nivel nacional o pérdidas humanas que lamentar. Es posible que el capítulo del jueves 28 en la comisión haya sido influenciado por el CADE 2024. Patricia Juárez, de Fuerza Popular, estuvo en este foro empresarial. Arturo Alegría, el vocero, no estuvo en la sesión de la comisión, pero sí estuvo en la sesión del martes 26: ese jueves, Nilza Chacón, se limitó a leer lo que le escribieron. En política no hay coincidencias. Sin embargo, Salhuana, en la noche de ese jueves 28, estropeó este capítulo para los que nunca estuvieron de acuerdo con la ampliación.
En resumen, en cualquiera de las dos interpretaciones (porque a los congresistas hay que analizarlos no solo por lo que dicen sino por lo que no dicen), lo más probable era que se aprobaría la ampliación del REINFO antes de culminar la legislatura y/o el presente año, con o sin «reglas claras», porque aprobar este año una Ley MAPE, era muy difícil. Se estaba jugando a la presión, de ambos lados (porque las protestas ejercen presión, pero también los medios de comunicación y el sector empresarial). La legislatura concluye el 15 de diciembre. Salhuana es el presidente del Congreso, que indirectamente apoya a los mineros informales. Tarde o temprano tenía que hacer lo suyo.
Finalmente, un tema adicional. Algo que ha pasado desapercibido fue el predictamen aprobado en la Comisión de Pueblos Andinos el jueves 28, y que, según palabras de Ruth Luque, fue un proyecto de Salhuana vinculado al REINFO, exclusivo para Madre de Dios, que dañaba el medio ambiente. Esta última fue la razón principal por la que el sector progresista que estuvo hiperactivo con las protestas de los transportistas informales sobre la inseguridad ciudadana, ahora haya estado totalmente ausente en el debate de la Comisión de Energía y Minas, respecto a la marcha de los mineros informales. El debate solo fue entre la izquierda y la derecha, y el centro a veces se amanecía con el pie izquierdo, y a veces con el pie derecho. Roberto Sánchez, en la comisión, parecía más de izquierda y menos progresista de izquierda.