Opinión

¿Quiénes más conforman la presunta red de Andrés Hurtado ‘Chibolín’?

¿Acaso Chibolín forma parte de una red más grande que involucra a periodistas, empresarios, jueces, fiscales, alcaldes y congresistas? No cabe duda que todo se sabrá… probablemente hoy no, pero, tarde o temprano, todo se sabrá. ¿Por qué tanto silencio?

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Andrés Avelino Hurtado Grados, más conocido como ‘Chibolín’, surgió de pronto en el mundo farandulero y de las ‘plumas y lentejuelas’, hace 40 años. ¿Cómo olvidar su número de baile de ‘Juana la Cubana’ en el fenecido café-teatro La Gata Caliente? En aquel tiempo, aquel joven rollizo buscaba notoriedad y contaba a todo el mundo que era una persona pobre, pero que como tenía la vena artística en la sangre, empezó como un humilde payasito de barriada y se acuñó como nombre ‘Chibolín’.

Luego vinieron los emblemáticos programas cómicos, como ‘Risas y Salsa’ (en Panamericana Televisión) y ‘Risas de América’ (en América Televisión). Sin embargo, era vox populi su amistad con Demetrio Chávez Peñaherrera, alias ‘Vaticano’, el narcotraficante y amigo de Pablo Escobar que contrataba a diversas vedettes para que lo visiten en Uchiza. Una de ellas fue Susy Diaz, quien luego confesaría textualmente: “Era muy mujeriego. Creo que salió con toda la farándula”. ¿Qué papel jugaba Chibolín en aquella época? En los corrillos de los sets televisivos ya se hablaba de un proxenetismo solapado. Y algunas chicas, antes de ‘colgar las tangas’ contaban que las contrataban para que se desplacen hasta la selva para hacerle shows privados al empresario Camilo Ferrer. Así se hacía llamar Vaticano, para sus amigos de la farándula, antes que sea recluido en Castro Castro.

‘Vaticano’ es muy amigo de Andrés Hurtado ‘Chibolín’.

Posteriormente, Chibolín quiso “blanquearse”, porque detestaba ser trigueño y empezó a relacionarse con cuestionados personajes que ostentaban riqueza y utilizó ropa de marca. De pronto empezó a desplazarse en vehículos de alta gama, e hizo un explícito despliegue de riqueza. ¿Y cómo lo hacen?, comenzamos a preguntarnos, así como dice el estribillo de la canción de Frankie Ruiz.

Así las cosas, también empezó a detestar a los que le llamaban Chibolín. Ahora era el señor Andrés Hurtado. Entonces, en 2014 inauguró su programa propio “Sábado con Andrés” en la señal de Panamericana Televisión, tratando de emular a “Trampolín a la Fama” y fungiendo de filántropo; invitando a las personas más pobres de los barrios periféricos de Lima, para hacerles creer que él viviría para hacerles la vida más feliz. Y solamente un infeliz puede utilizar a la gente más humilde para ganar réditos políticos y empresariales, con el afán de escalar inescrupulosamente hasta ocurrírsele la descabellada idea de querer ser presidente del Perú. Lamentablemente, la propia prensa se prestó para ‘correr la voz’ de la incursión de un nuevo prospecto político. Sin duda, algo hubo detrás.  

De esa manera Chibolín, de pronto se volvió asesor político, y apoyó campañas como las de Esther Capuñay, el Frepap y Hernando de Soto. Ahora entendemos, los verdaderos fines de su programa sabatino. Sin duda, ‘Sábado con Andrés’, ha servido como plataforma para lavarle la cara a políticos, congresistas, alcaldes, y dudosos empresarios. Es decir, “Favor con Favor se paga”. Al parecer eso era parte del trato; armarte todo un speech de hoja vida y venderte como el mesías y el más exitoso. No por algo en su set desfilaron ‘joyones’ como Zamir Villaverde, Sada Goray, Daniel Salaverry y Rafael López Aliaga. Asimismo, mediante trasmisión virtual, los expresidentes investigados por corrupción, Martín Vizcarra y Pedro Castillo le echaban flores a su presentador. Y con el chotano, hizo una trasmisión desde Palacio de Gobierno para presentar un cheque falso por más de S/4 mil millones que prometió entregar a los niños con cáncer. Cosa que nunca sucedió.

Chibolín traficante de influencias

Tras las revelaciones del programa Beto A Saber, que lo involucran en un millonario tráfico de influencias con los hermanos Siucho, los Miu Lei, la fiscal superior Elizabeth Peralta Santur, y la exjefa de Migraciones, Roxana del Águila, sin duda a Chibolín se le vendría la noche. Digo, —se le vendría— porque, es el momento de ver, ¿quiénes ahora hablarán sobre este tema? Y quizá esto quede en nada, y reine la impunidad; considerando que, tras este nuevo escándalo de corrupción, se involucran a servidores del Estado. Sin embargo, Chibolín no estaría solo en este entramado de favores e influencias. ¿Quiénes más están involucrados? Eso es fácil de develar; pues solo debemos aguardar quiénes se callarán y quiénes denunciarán más detalles sobre este caso.

Por su parte la presentadora Magaly Medina, desde que salió este destape en el programa conducido por el periodista Beto Ortiz, ha tenido un nulo pronunciamiento sobre Andrés Hurtado. Y en su programa del jueves 5 de setiembre, en lugar de denunciar este escándalo de corrupción, le dedicó un programa entero a un psicólogo que, por haber opinado diferente a ella, se convirtió en su enemigo. ¿Acaso Chibolín no es un digno representante de la farándula?  ¿Por qué esta señora no se refiere a él, si tiene ‘carnecita’ con dicho destape?

No olvidemos que hace tres años, él en su programa reveló la gran relación de sus hijas con ‘la urraca’: “No se lo quise decir en su programa, porque no venía al caso, pero Dios es testigo que mis hijas también la ven como una madre protectora… Yo estaba mal de los pulmones y ella sacó un reportaje dándome fuerzas”, aseveró. Asimismo, la señora Medina recurrentemente realizó reportajes para realzar la imagen de las hermanas Hurtado en su residencia de Estados Unidos. Solo habrá que esperar si la urraca hoy o los próximos días no toca a Chibolín. Si fuera así, claramente podemos vislumbrar que algo le debe, o en todo caso, formaría parte de su círculo personal y/o de amistad.

Del mismo modo, habrá que esperar a los próximos programas dominicales, a ver si tocan a profundidad el caso de tráfico de influencias de Andrés Hurtado; en especial Panorama, que pertenece a la misma casa televisora. Igualmente, la Fiscalía de la Nación, ha tenido un pronunciamiento tibio hasta el momento, y la JNJ tampoco se ha pronunciado. ¿Por qué tanto silencio? ¿Acaso Chibolín forma parte de una red más grande que involucra a periodistas, empresarios, jueces, fiscales, alcaldes y congresistas? No cabe duda que todo se sabrá. Nos dicen que hasta un conocido notario sería parte de la red.

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