Tener una mayoría en el Congreso de la República a Keiko Fujimori hasta el momento solo le ha servido para desestabilizar al gobierno, los ministros de PPK han ido cayendo uno a uno con el único fin de demostrarle el poder político de Fuerza Popular.
Hasta el momento esa mayoría fujimorista se ha olvidado su verdadera labor en el parlamento y ha puesto en agenda por encima de todo, el indulto a Alberto Fujimori. Un indulto que ha generado toda una campaña y un chantaje político. El mensaje ha sido claro: Indultas a Fujimori o no te dejaremos trabajar.
A estas alturas nos hemos dado cuenta que PPK no tiene ni el carácter ni el temple para responder con una negativa rotunda al fujimorismo. Todo lo contrario, por estos días está más convencido en dejar libre al asesino y corrupto Alberto Fujimori, el famoso ladrón que se levantó en peso el país. Tengo buena memoria como muchos de ustedes, y sabemos que la dictadura fujimorista puso la valla más alta de la corrupción en el Perú, donde políticos, empresarios, banqueros, militares y broadcaster, desfilaban por la salita del SIN, incluyendo a la actual presidenta del Congreso, Luz Salgado.
Es una pena darnos cuenta que el hombre que tenemos en el Palacio de Gobierno, es un presidente que se asusta y le tiembla la voz, la mano y todo el esqueleto, cuando la mayoría fujimorista se tumba a sus ministros. Y además, recibe órdenes de la hija de un condenado. Recordemos que su padre renunció por fax, y ahora Keiko ordena por Twitter.
El indulto suena fuerte en Palacio, pero hay que entender que si PPK pone en libertad a Fujimori, automáticamente se originaria una crisis política, social, económica y un desborde popular antifujimorista.
Además, de la renuncia de algunos de sus ministros que consideran el indulto a Fujimori una traición al Perú y un insulto a los deudos de los asesinados en Barrios Altos y La Cantuta. Presidente, recordamos muy bien los crímenes de lesa humanidad y los seis mil millones de dólares que se robó Fujimori. Pero al parecer, usted ya se ha olvidado.
Ahora se tiene que entender que para indultar a Fujimori, se debe de cumplir con el reglamento interno de la Comisión de Gracias Presidenciales del Ministerio de Justicia; es decir, el indultado debe tener una enfermedad terminal, una enfermedad no terminal grave en etapa avanzada, degenerativa e incurable o una enfermedad mental crónica. Como es de conocimiento público, Fujimori no tienen ninguna de las tres enfermedades mencionadas.
A no ser que en Palacio ya estén pensando en inventar algo y seguir con esta maquinaria de mentiras y manipulaciones. PPK cree tontamente que al indultar a Fujimori lo van a dejar trabajar, no hay que pecar de inocente, porque la realidad es que Keiko Fujimori aún no asume su derrota y lo que busca es regresar a Palacio, y por lo que vemos, como no pudo hacerlo por las buenas, pretende hacerlo a las malas.
Sabemos que el fujimorismo se encuentra enquistado también en las fuerzas armadas, en la iglesia católica y en diferentes instituciones del Estado, y que vienen preparando el terreno para presionar y desbaratar todo intento democrático en las próximas elecciones.
Por el momento conocemos los rostros de los que están en el Congreso y están jugando este primer tiempo, pero pronto saltarán los rostros de aquellos que desde la oscuridad mueven los hilos de este Cerberus fujimorista, que cada vez ladra más fuerte.
