Opinión

¿Qué significa el año viejo?

No solo es la despedida de un calendario, también es la llegada de un nuevo periodo de vida.

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El año viejo representa el periodo del calendario gregoriano en el que debemos dejar atrás las riñas, desalientos, peleas, desempleos, desamores y toda pérdida económica que haya menoscabado nuestras expectativas y deseos. Incluso, la costumbre nos facultaba a confeccionar el “muñeco del año viejo” que debía ser quemado a la medianoche del último día decembrino. El personaje era rellenado con paja y viruta. Se vestía con ropa usada y calzaba zapatos hasta arder en llamas y quedar en cenizas. Esta usanza, generalmente la realizaban los adolescentes del barrio para simular ajusticiar a los personajes nefastos de la política y del momento. Sin embargo, poco a poco fue desapareciendo debido a nuevas disposiciones legales y a campañas de protección del medio ambiente.

Incluso, los fiesteros que años atrás solíamos regresar de una celebración por la llegada del año nuevo, durante el amanecer debíamos esquivar en zigzag decenas de obstáculos de humeantes cenizas regadas en las calzadas. La mayor parte de la periferia nocturna, se convertía en una ciudad en llamas. Muy semejante a las pinturas de Enrique Polanco, que en gamas de ‘fríos’ y ‘cálidos’ retratan las calles de El Porvenir en La Victoria. El año viejo es un imaginario colectivo que apenas dura unos minutos, con el afán de preparar la llegada del nuevo año, desde el 1 de enero, tanto del antiguo calendario juliano, como el romano y el gregoriano.

La cultura está provista de múltiples etiquetas convencionales, y al culminar el año nos alecciona a eliminar la experiencia de vida pasada para celebrar la llegada del nuevo intervalo, con nuevas perspectivas, con la ilusión de tener mejores vivencias personales y profesionales que se traduzcan en mayores ganancias. Incluso, con la ayuda de peculiares cábalas que serán la herramienta infalible para alcanzar la prosperidad.

Sin embargo, más allá de tararear el estribillo de la salsa de Gambino Pampini que dice: “Faltan 5 pa’ las doce, y el año va a terminar”, tenemos el deber de reflexionar. Y al margen de celebrar la llegada de un nuevo periodo de vida, nuestra tarea fundamental es ser mejores como personas y ciudadanos, a través de la solidaridad y el respeto hacia los demás, así como a las normas legales y de convivencia. Porque solo de esa manera nuestros años venideros serán realmente prósperos y dignos.      

(Columna publicada en Diario UNO)

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