Cine

Que sean eternxs, de Raúl Perrone (2022)

Lee la crítica de cine de Mario Castro Cobos.

Published

on

Cuando pienso de nuevo en esta película, que me parece es una de las mejores de Raúl Perrone, siempre vuelvo al mismo lugar del pensamiento: esa manera de mirar a los otros: los otros, que siente suyos, que son él mismo de alguna forma, que son los hijos del pueblo, los desheredados, los ninguneados por el sistema, los marginados y los chivos expiatorios incluso en sus propias familias, los jóvenes del conurbano; y me parece que la película es en esencia su forma de mirarlos: con realismo y con crudeza, pero al mismo tiempo, con conmovedora poesía, reconociéndoles una hermosa dignidad -de lo más pertinente en estos tiempos.

Lo real de esa dignidad, el ser capaz de exponerla con tanta fuerza y delicadeza, constituye sin lugar a dudas un logro admirable y casi apabullante. ¿Cómo lo hace? ¿Cómo puede mirarlos así? No sé si realmente pueda explicarse. El poder de la imagen para transmitir en apariencia sencillos pero complejos estados de ánimo sin que sus personajes pronuncien una palabra. Pero tampoco faltan pequeñas historias, explicaciones habladas -y en detalle- de sus vidas duras.

Podría evocar la potencia visceral del neorrealismo, o ese orgullo inexplicable para tantos alienados de que sí, de que sí se puede hacer un cine libre ‘con nada’, sin tantos condicionamientos externos; podría evocar la expresividad del cine mudo, el encanto a un tiempo documental y poético del blanco y negro, o cómo la magia de escenas de ensueño (terrestres o acuáticas) no desdicen la aspereza de la existencia cotidiana. Creo que además Perrone recurre a ese principio ético y estético del cine y de todo arte que recibe el nombre de experimentación y vanguardia.

La película se sucede como una puesta en escena de un mosaico de diversas sensaciones más que de una historia de claridad engañosa al uso. Hay una evidente sabiduría constructiva en la alternancia de momentos significativos, como una pieza musical multiforme que no depende de cómo hay que hacer una película de acuerdo a los mezquinamente ‘razonables’ manuales; es decir, a los astutos consejeros de lo permitido que consiguen que todas las películas, misteriosamente, se parezcan un poco demasiado entre sí.

Para quienes en Latinoamérica (y por supuesto, más allá) son sensibles a un cine que no luce dispuesto a sujetarse agradecido y obediente a los cánones de la normalidad burguesa y de la ‘industria cultural’ y de la buena conciencia clasemediera y festivalera… Perrone es un alto ejemplo a considerar… Así que por fotuna, nada más lejos de ese ‘cine independiente’ cual marca estúpida de zapatillas y de sus operaciones de prestigio cultural redituable.

Aquí tenemos, me atrevo a decir, a un creador auténtico, ferozmente fiel a sus amores y obsesiones. Es lo que debería decirse de un artista digno de ese nombre, y es algo que, en verdad, pocos logran.

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version