Opinión

Que renuncie Dina y su desastroso Gobierno: exigimos de urgencia un estado de excepción en el Perú ante la ola de violencia y corrupción total

El Perú está sumido en una crisis de seguridad sin precedentes. A diario, los titulares de los noticieros nos golpean con noticias de asesinatos, matanzas y actos de violencia que parecen no tener fin. Ayer fue el teniente alcalde de Chao; hoy, el vocalista de Armonía 10. Mañana, ¿Quién será?

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Por: Jorge Paredes Terry

La ciudadanía vive con miedo, indignación y desesperanza, mientras las autoridades parecen incapaces de detener esta espiral de caos. Ante esta realidad, la implementación de un estado de excepción no solo es una medida necesaria, sino también una obligación moral y constitucional para proteger a la población y restablecer el orden en el país.

Una Ola de Violencia que No Da Tregua La violencia en el Perú ha alcanzado niveles insoportables. Crimen organizado, sicariato, extorsiones y asesinatos se han convertido en el pan de cada día. Las calles, antes espacios de convivencia, hoy son escenarios de terror. La muerte del teniente alcalde de Chao y del vocalista de Armonía 10 son solo dos ejemplos recientes de una lista interminable de víctimas que claman justicia. Estos crímenes no son hechos aislados; son parte de una crisis sistémica que refleja la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad de sus ciudadanos.

Las fuerzas del orden, lejos de ser un escudo protector, se encuentran desbordadas y, en muchos casos, infiltradas por la corrupción. La falta de recursos, la descoordinación y la impunidad han convertido a las instituciones en entes inoperantes, mientras los criminales actúan con total libertad, sabiendo que las probabilidades de ser capturados y sancionados son mínimas.

La corrupción es el Cáncer que Alimenta el Caos, la corrupción no es solo un problema paralelo a la inseguridad; es su cómplice directa. Funcionarios públicos, policías, jueces y políticos han sido señalados por actos de corrupción que han debilitado las instituciones y permitido que el crimen organizado opere sin obstáculos.

La impunidad es la norma, y la justicia, un privilegio al que pocos tienen acceso. Mientras tanto, los ciudadanos de a pie pagan las consecuencias con sus vidas.

El Estado de Excepción es una medida Constitucional y urgente ante esta situación, la declaratoria de un estado de excepción se justifica plenamente. La Constitución Política del Perú establece que esta figura puede ser invocada cuando se amenaza la paz, la seguridad o el orden público, o cuando se afecta gravemente la vida de la nación. Hoy, el Perú cumple con creces estos requisitos. El estado de excepción permitiría al gobierno tomar medidas extraordinarias, como el despliegue de las fuerzas armadas en tareas de seguridad, la restricción temporal de ciertos derechos fundamentales y la imposición de penas más severas para delitos graves.

En este contexto, la aplicación de la pena capital para criminales y corruptos debe ser considerada como una medida disuasiva y ejemplarizante. Si bien es un tema polémico, la gravedad de la situación exige acciones contundentes.
La pena de muerte, reservada para los peores crímenes, enviaría un mensaje claro: el Estado no tolerará más la impunidad ni la violencia.

Argumentos a favor del Estado de Excepción

  1. Protección inmediata de la ciudadanía: La prioridad debe ser garantizar la seguridad y la vida de los peruanos, que hoy viven bajo la constante amenaza de la violencia.
  2. Restablecimiento del orden público: El despliegue de las fuerzas armadas y la imposición de medidas drásticas permitirían recuperar el control de zonas dominadas por el crimen organizado.
  3. Combate a la corrupción: Un estado de excepción facilitaría la investigación y sanción de funcionarios corruptos, limpiando las instituciones y recuperando la confianza ciudadana.
  4. Mensaje de firmeza: La implementación de medidas extremas, como la pena capital, demostraría que el Estado está dispuesto a actuar con mano dura para proteger a la sociedad.

Basta Ya! La ciudadanía está harta. No podemos seguir tolerando que nos maten a diario, que nuestras familias vivan con miedo y que las autoridades se limiten a ofrecer discursos vacíos mientras el país se desangra. El asesinato del teniente alcalde de Chao y del vocalista de Armonía 10 son solo dos ejemplos de una realidad que nos afecta a todos. ¿Cuántas vidas más deben perderse antes de que se tomen medidas reales? El estado de excepción no es una medida deseable en circunstancias normales, pero estas no son circunstancias normales. Es una herramienta legal y necesaria para enfrentar una crisis que amenaza la existencia misma del Estado de derecho.

El Perú necesita acciones concretas, no promesas. Necesita firmeza, no indiferencia. Necesita justicia, no impunidad.

El Perú está en una encrucijada. Podemos seguir permitiendo que la violencia y la corrupción destruyan nuestro país, o podemos actuar con decisión y firmeza para recuperar el control. El estado de excepción, acompañado de medidas drásticas como la pena capital, no es solo una opción; es una obligación moral y constitucional para proteger a los ciudadanos y garantizar un futuro seguro y justo. ¡Basta ya de impunidad! ¡Basta ya de violencia! El Perú merece vivir en paz, y es hora de que el Estado actúe en consecuencia.

Mensaje a Dina Boluarte

Fuiste valiente en su momento con un pueblo desarmado, con niños y jóvenes que expresaban su rechazo a tu gobierno usurpador, enviaste al ejército con armas de guerra a masacrarlos, no dudaste en permitir a las fuerzas armadas el uso total de la violencia, saca pues ahora esa sangre fría, busca a los delincuentes en sus guaridas, envía a toda la fuerza del sistema tras los sicarios, ordena acabarlos o solo eres valiente con los inocentes? O renuncia inmediatamente, el cargo te quedó demasiado grande.

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