Pensaba escribir sobre arte y a medio partido de la final de la Eurocopa me entero que esta podría ser una nota sobre Historia, una historia en proceso. En el partido contra Inglaterra los italianos se movían como choros de Tacora. Se robaban cada balón. Y en mi vida hubiera pensado que algo se movería en ese gran Mustang de suspiros petrificados que es Cuba. Creo que tampoco se lo imaginó Raúl Castro cuando regaba sus hortalizas esta mañana.
En una galería de arte al que se ingresa por la puerta de un bar un Atlas, un machete, pasaportes vencidos, pedazos de un poemario amarillento, una rosa marchita y montones de relojes parados constituyen algo más de lo que se imagina. Si no me preguntan qué es el tiempo sé lo que es, si me lo preguntan no lo sé, escribió hace 1600 años San Agustín. De todas las cosas conocidas es el tiempo lo más viejo que menos conocemos. Lo mismo vale decir para Cuba. Y exactamente eso es «Desierto de agua y sal», la muestra que se expone en Laboraleatorio Espacio de Arte en Miraflores. Una disección al tiempo, la memoria, que como define Gustavo Buntinx, curador de la muestra, es una «marejada (…) [de] objetosencontrados». Como los de un naufragio: el de Cuba y los cubanos. Y el de un desafío, el del tiempo que te sorprende.
Alejandro Alexis García Núñez el creador de esta muestra es cubano, de La Habana. Por supuesto no ve partidos de la Eurocopa. Es un hijo de la revolución y por tanto autoexiliado. «Noesquemebotaran» me cuenta entre aroma de tabaco y una copa de brandy (¿o es Ron?) «es que me fui alejando». Alejandro Alexis llegó a Lima en diciembre de 1992. De caliente a frío pasó de una economía planificada a una economía chicha. Y para más INRI es artista. No de escuela sino por sí mismo. Un blanco que creció en un barrio de negros y que en su adolescencia se puso a pintar («y todavía sigo pintando» me dice mientras toma un ron de mierda, es decir un ron francés). Ser autoexiliado y además artista por más de 30 años, eso sí es ser sobreviviente, o para más oxímoron, como diría el cura de mi pueblo, Jorge Loring S.J., un artista de la supervivencia.
Su muestra son como las tablas de un naufragio. El de su país. Que hace mucho, como un Titanic, viene naufragando en cámara lenta. En la exposición una de las piezas, «PM», constituye una especie de reloj (opera como tal) grande y negro. En lugar de números, letras: P A T R I A M U E R T E. Es una referencia al lema revolucionario castrista pero también a la polémica más grande dentro de la Revolución cubana (la censura al cortometraje documental PM de 1961), que provocó se dictara una política cultural en la que se permitía todo dentro de la revolución, y nada fuera de la revolución, generando un limbo sobre qué cosa era exactamente la revolución, y por otro lado, dejando claro entonces que la Revolución no era otra cosa que el gobierno revolucionario. Curioso pues, hace unos días se cumplieron 60 años del Discurso a los intelectuales de Fidel Castro, y hace un par de semanas otro artista cubano está detenido por la seguridad del estado, en medio de una ola de detenciones a varios artistas. Y ayer como de la nada algo ha estallado.
Desde el mediodía del domingo el pueblo cubano ha estado protestando abiertamente en las calles. Lo que para nosotros sería pan francés para el cubano es como el caviar. Un imposible. La última vez que se recuerda protestas en Cuba fue en 1994 y solo en La Habana. En esta oportunidad esta ocurriendo en todo el país al mismo tiempo. Esta es la primera vez en 62 años que se dan manifestaciones simultáneas en toda la isla. Y todo al son de unas arengas, los estribillos de las canciones que vienen repitiendo desde hace meses los artistas disidentes en sus huelgas de hambre, como son: patria y vida y Diaz Canel singao (este último en referencia al presidente de la república y secretario del partido comunista de Cuba, solo que con el detalle que al llamarlo singao lo están llamando en buen romance culo roto. «En el repertorio de las ofensas» me explica Alexis «la sexualidad y el placer no están en juego en la ofensa. Lo que esta en juego es el uso que se le puede dar a alguien que no es capas quitarse la infamia de encima).
Pero volvamos a la pieza del reloj de PM. Las manecillas no están quietas. En la imagen congelada las manecillas quedaron detenidas (o fueron puestas intencionadamente), sobre las letras que enuncian dos palabras, acaso Post Mortem, Pasado Meridiano, o acaso un reloj para despues de la muerte. A simple vista el tiempo parece detenido, pero se mueve como diría Galileo.
Uno piensa en Cuba y lo primero que le sale con todos esos Ford y Chevrolet de los 50s es que la historia se ha detenido. Hasta hoy. Volvamos a las protestas. La gente salió a darle vivas a Fidel el 8 de enero de 1959 cuando entró a La Habana. Todo el país feliz, en la calle. El tiempo corría rápido. 11 de julio de 2021 el país entero grita en las calles pidiendo a Diaz Canel, el Delfín que dejó Raúl Castro, que se vaya. En medio, más de medio siglo con el reloj parado.
Volvamos a la muestra. Otra pieza «La Pupila insomne y El Anhelo Inútil» la constituyen pedazos sueltos de un libro deshojado. Es la segunda edición del único poemario del poeta cubano Rubén Martínez Villena, La pupila insomne (primera edición 1936). Entre las hojas marchitas un retrato del poeta. Extraordinariamente hermoso, con un extraño aire contemporáneo. Una rosa marchita acompaña las hojas sueltas, rotosas. Rubén Martínez Villena (el poeta que desdeñaba sus versos) pasó a ser un cartel institucional, es el nombre del politécnico en donde estudió Alejandro Alexis García en su adolescencia. ¿Cuántas veces hemos visto eso? Yo estudié en un colegio estatal llamado Túpac Amaru II, el nombre de un prócer recordado instrumentalmente durante la dictadura de Morales Bermúdez y en el nombre de un grupo terrorista guevarista de los 80s. Pero el nombre de un poeta… El caso de Villena es el caso de banderas que se toman como carteles, que se percuden, que se abandonan. El poeta Villena era miembro del PC cubano mucho antes de Castro, un prócer. Murió de tuberculosis muy joven, dejando solo un poemario y una hija huérfana. Ahora ¿cuántos cubanos recuerdan los poemas de Villena? Olvido, eso parece el resultado de la necropsia a un poeta. El salobre aroma que erosiona un paisaje. «¡Ya dormiré mañana con el párpado abierto!»
Volvamos a Cuba. Hoy no es el mismo domingo en Lima que en La Habana. En la calle la gente tiene que pedir comida en medio de una pandemia. Desde hace mucho hay una mala administración que a ocasionado una crisis sanitaria y alimentaria. Todo ello da por resultado una crisis política. Como si alguien despertara todavía con los ojos cerrados.
En Lima la muestra obliga a acortar la distancia, para observar piezas sueltas como pueden ser monedas y estampillas a través de cuenta hilos, para entender los referentes de sus elementos. Uno de estos es una moneda de 1961 con el lema Patria y libertad. 1961 también es el año del tan mentado y censurado documental de PM. 60 años después en Cuba la gente clama Patria y libertad. Otra vez en la muestra. Un documento registra la experiencia de la travesía en un formato audiovisual.
Ah, que tú escapes se llama el video de 8 minutos que colecciona imágenes testimoniales de balseros. Balsas, botes, neumáticos y hasta un camión flotante. Es el éxodo cubano. Caras famélicas, enfermas, desesperanzadas. Y el mar. Un desierto de sal y agua. De sed y esperanza. El título del video es tomado del poema homónimo de Lezama Lima de 1941, que hace pensar en la poesía como profecía.
En la isla con menos internet más lento y controlado del mundo las protestas se han organizado todas por redes. A diferencia de otros países con velocidad más alta en internet, en Cuba la gente no se ha demorado en salir a la calle.
Lo de artistas como Hamlet Lavastida, 27N o los artistas de San Isidro han servido de catalizadores. El fenómeno represivo con los artistas a través de los medios oficiales que buscaban desacreditarlos han terminado por legitimar e informar a la gente de lo que está sucediendo. Ergo las manecillas del reloj se están moviendo.
En Lima flota nostalgia entre las otras piezas como es el caso de un atlas abierto en las páginas del Caribe, Las Antillas y el Golfo de México, o un machete perforado por la silueta de la isla.
Una pipa que no es una pipa. Pues claro, eso no es el socialismo. ¿Cuántas veces le oíste decir eso a tu amigo de izquierda cuando le ponías el ejemplo de Cuba, Corea o cualquier otro? En definitiva, un homenaje a Magritte y Duchamp. Pero lo más cautivante es Despojos. Memorias del subdesarrollo, la pieza que reúne relojes y relojes y más relojes de pulsera. Relojes parados, relojes muertos. Y pasaportes de Alejandro Alexis García, pasaportes de un autoexiliado, de joven, de adulto, de casi viejo. El paso del tiempo en la foto tamaño pasaporte al lado de un mar de relojes muertos. Y al lado la foto de una mujer no muy mayor. Una foto un poco más antigua. Una belleza venerable: la madre del artista. También ella se exilió. Cuando la vi casi podía saber qué era el tiempo.
El día de hoy están invitados a las 7pm a una lectura de poesía con poemas significativos para la historia de Cuba y para el momento histórico que se está viviendo.
Pueden encontrar la muestra abierta hasta el 22 de agosto (fecha extendida) en calle Manuel Bonilla #105ª-107 , de 1pm a 9pm, de lunes a lunes. El ingreso es también por la puerta del Café Bar Habana. Ojo, en la barra del bar les saludará una pieza exiliada de la muestra, «El tiempo entrelíneas». Pueden terminar su visita con un ron o algo mejor, un recuerdo.