Después del anuncio del MEF de una reducción del drawback de 3% a 1%, el mismo ministerio da marcha atrás a la medida que funcionaba como una «curita» ante el déficit fiscal, pero que ponía “en jaque” inversiones y contrataciones en el marco de una crisis exportadora. Como ya sabemos, la economía no va bien. En setiembre de este año, por quinto mes consecutivo, el déficit fiscal anualizado del sector público no financiero representó el 4% del PBI. Se trata de un récord que hace apenas unos años atrás sería un escándalo, pero como van las cosas en “desgobierno” nos vamos acostumbrando. Y para ilustrar el desgobierno, el MEF luce galones.
La medida que impulsaba reducir el drawback buscaba incentivar la competitividad de las empresas productoras-exportadoras, al reducir los costos asociados a la importación de insumos necesarios para la producción de bienes destinados a la exportación. Sin embargo, se excluyeron de este beneficio aquellos insumos fabricados en el país con materias primas importadas, esto con la intención de fomentar el uso de insumos nacionales. Hasta ahí todo bonito. Pero había un problema, el MEF quería realizarlo a partir de este año, y no es que estemos en el mejor momento económico. La eliminación del drawback se produce en un momento crítico, cuando los sectores involucrados enfrentan desafíos significativos, como es la crisis económica, la imposibilidad de ajustar los precios de exportación ya pactados con los clientes internacionales, y un gobierno a la deriva. En definitiva, el MEF no ha tomado en cuenta las dificultades actuales que enfrentan las industrias afectadas.
El plan del MEF era el siguiente. Iba a dar una primera actualización para este viernes 25 de octubre (o sea, ahorita). El drawback, es un régimen aduanero que permite la devolución de un porcentaje del valor FOB de las exportaciones, el cual se había mantenido a una tasa del 3% desde 2019. A partir del 25 de octubre, la tasa de restitución de derechos arancelarios, conocida como ‘drawback’, se iba a reducir del 3% al 1%, según una disposición del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Esta medida, se mantendrá vigente hasta el 30 de junio de 2025, formando parte de una modificación al Reglamento de procedimiento de restitución simplificado de derechos arancelarios, aprobado por el Decreto Supremo N° 104-95-EF. Y ya para el 1 de enero de 2026 se habría liquidado dicha restitución arancelaria.
Sin embargo, según un comunicado conjunto de diversas asociaciones, la reducción y eventual eliminación del Mecanismo de Restitución Simplificada de Derechos Arancelarios (drawback) podría afectar significativamente a un sector que genera más de 4 millones de empleos directos e indirectos. Esto según la patronal, quienes argumentan que la medida incrementará los costos internos y afectará la competitividad del país. Los gremios han expresado su preocupación por el impacto que esta normativa podría tener en sectores claves como la pesca de consumo humano directo, la acuicultura, la agroexportación, la confección textil, y la producción metalmecánica, siderúrgica y maderera.
La reducción del drawback, según los representantes de los gremios, podría llevar a la paralización de envíos y a pérdidas económicas considerables para las empresas involucradas.
Ahora bien, la medida del MEF no era tan descabellada, se comprende en la medida en que busca reducir el déficit porque están desesperados por recaudar. Esta serie de ajustes refleja un esfuerzo desesperado por parte del gobierno para fomentar la competitividad de las empresas nacionales en el mercado internacional, aliviando supuestamente la carga fiscal sobre las importaciones. Pero a los gremios la medida no les ha hecho nada feliz como ya comentamos. Está claro que el MEF necesita más recursos.
En el 2025, se cumplían 30 años de creación del drawback, mecanismo de restitución de derechos arancelarios que fue creado para impulsar las exportaciones mediante una fórmula bastante sencilla: la devolución de parte, de lo que los exportadores pagan para importar una materia prima o insumo que luego usan para producir localmente, antes de volver a enviar el producto final al exterior. Con ello, se reducen los costos y, claro, se compite mejor afuera. Precisamente, 2025 fue el año que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) vio a bien para jubilar la norma, en un entorno en el que según el MEF, el drawback, en muchas ocasiones, ya no es necesario por los TLC firmados por el Perú y, en buena cuenta, por la inauguración del megapuerto de Chancay, que debería multiplicar los ingresos de los exportadores sin necesidad de este tipo incentivos caducos.
Los gremios enojados con la medida son cinco. Y son de los gremios más poderosos del país quienes se reunieron en el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) para exigir la derogación del Decreto Supremo N° 104-95-EF, que reducía el drawback (de 3% a 1%, apenas el 25 de octubre, para luego llegar a 0,5% a mediados del 2025 y su eliminación total el 31 de diciembre de ese año).
Los representantes de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), la Cámara de Comercio de Lima (CCL), la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP) y la Sociedad de Comercio Exterior (Comex Perú) lograron su cometido: que el gobierno “arrugue”. Así se da una prórroga de la norma que deberá ser publicada en las próximas 48 horas, hasta julio del 2025, debido a que hay sectores aun presionados que no han salido de la crisis, como el textil y la agroexportación. Se sabe, o al menos se ha dicho que en la reunión estuvo presente, al menos virtualmente, el ministro de Economía José Arista, de viaje fuera del país y cuya ausencia viene retrasando la elección del nuevo directorio de Petroperú.
Se estima que la eliminación del drawback podría haber generado más de S/700 millones adicionales cada año. Dinero que con la puesta en reversa que le dio el MEF, ya no se verá. Más allá de, si la medida era idónea o no, lo cierto es que el gobierno no es sólido en sus decisiones y todo hace ver que el déficit en el país seguirá creciendo.