Los quioscos amanecieron hoy con titulares adversos al ministro de Energía y Minas. El clima de tensión se agudiza mientras afuera del Congreso manifestantes de la minería informal presionan por su continuidad en el mercado. En Londres el precio de la libra de cobre, por otro lado, está por tocar por el piso de los 4 dólares. La situación se vuelve difícil una vez que la breve luna de miel del Congreso con el Ejecutivo, que fue la cumbre de APEC, se empieza rápidamente a disipar como un sueño de una noche de verano.
En el Congreso ya casi se puede dar por sentado la defenestración de Rómulo Mucho. Pero además se respira un espíritu de envalentonamiento para censurar a otros ministros en cola como el titular del MIDIS (más debilitado no tanto por el caso de Qali Warma en sí, sino por la viralización de una declaración suya con la voz afónica que ha motivado se vuelva un meme [¿pero a quién tienen en el MIDIS en el área de comunicación que no le aconseje no declarar en ese estado?]. Después sigue en la lista el ministro de Interior por su inoperancia en el tema de lucha contra la delincuencia. Y para colmo tenemos la declaración de una presidenta a lo María Antonieta que dice a un pueblo, con un tercio de población en la pobreza, que se puede vivir con diez soles para cocinar (yo soy amarrete, vivo solo y no me alcanza).
En estas circunstancias la caída de Mucho generaría un mayor envalentonamiento de parte de las fuerzas congresales, lo cual llevaría a una caída tras otra de ministros. Una forma de minar el gobierno lenta pero constantemente. Después del debate de hoy se definirá lo que viene, marcar una nueva cancha de juego entre el Congreso y el Ejecutivo.
Afuera, sin embargo, los mineros informales se ponen cada vez más duros, lo cual hace prever una reactivación de protestas en el cinturón de cobre del Perú que podría propiciar a su vez un efecto dominó de protestas en todo el país ante un gobierno ineficiente en su comunicación e inoperante en la ejecución.