“Miente, miente, que algo quedará” una frase muy antigua, tan antigua como el engaño mismo de la serpiente en el paraíso bíblico, recogida por Voltaire en 1736: mentid, amigos míos, mentid, que os pagará. Repetida también por el ministro Joseph Goebbels encargado de la falsa propaganda nazi. Esa parece ser hoy por hoy la máxima de los políticos peruanos: Keiko Fujimori, Alan García, Toledo, Humala, Villarán y PPK involucrados en las declaraciones del colaborador eficaz/delación premiada Jorge Barata.
Todos ellos se han burlado muy sueltos de huesos de la ciudadanía, de la inteligencia de la opinión pública y han negado con nutrido cinismo, con total desparpajo, tener conocimiento de los aportes millonarios recibidos en sus campañas electorales. Han pretendido desdeñar las declaraciones de Barata, señalando que no tienen sustento, pero, ojo, hagamos un paréntesis y recordemos el caso de la señora Matilde Pinchi Pinchi, que en su época simplemente dijo lo que sabía y eso sirvió para desbaratar a la mafia fujimontesinista de los noventas. Así que, volviendo al presente, las declaraciones de Jorge Barata en su condición legal de colaborador eficaz/delación premiada, son más que válidas.
Se sabe que las coimas tienen varias etapas y pueden darse antes, durante y después de los comicios. Aquí estamos ante la famosa coima inversa, primero te pago, te soborno; tú corruptamente recibes el dinero, te lo guardas muy alegre, te enriqueces de manera ilícita, vives de la coima, no trabajas, no lo declaras, usas tus testaferros y luego ya vemos cómo arreglamos. Hay un concurso de delitos a la vista, tipificados, punibles, justiciables. La gente está expectante. Solo es cuestión de seguir halando la pita y armar la red para ver la ruta del dinero, del desvío de fondos, de las operaciones simuladas. El derecho es sentido común. Hay vasta jurisprudencia en autoría mediata e inmediata, en coautoría, en asociación ilícita para delinquir, en lavado de activos, etc. Nadie se salva. Hay razones de sobra para solicitar cuanto antes prisión preventiva para todos los involucrados en el caso de corrupción más grande y lamentable de la historia del Perú.
Los fiscales Germán Juárez, Domingo Pérez, Hamilton Castro; el juez Concepción Carhuancho; el titular del Poder Judicial Duberlí Rodríguez, en la actualidad son los rostros más visibles de la lucha contra la corrupción y tienen la obligación personal, profesional y moral de seguir lavándole la cara a la justicia en el país y que la gente recupere la confianza en la ley y por qué no, también, su propia autoestima.
Esperemos que a partir de ahora en adelante, la máxima popular a utilizar sea la de: “al final, la verdad siempre nos alcanza”