Primer aniversario de El Paradero Cultural

Texto y fotos José Osnar

A pocas horas de llegar a su primer año de inauguración, entre correteos  nos recibe Henry Quispe, dueño y director de El Paradero Cultural. Para quienes aún no lo conocen, el Paradero se encuentra en Lince (Jr. León Velarde 982), y con su estilo contemporáneo de black and white se ha ido convirtiendo en la estación que todo artista y público debe visitar.

Sentado en su escritorio donde pasa la mayor parte de su tiempo diseñando y organizando las próximas actividades, Henry nos confiesa que este ha sido un año de constante desarrollo y aprendizaje mutuo. La filosofía que nació al fundarse “Ven a compartir”, hoy se consolida con más fuerza y su propio fundador, Henry Quispe, afirma que será y seguirá siendo la única razón por la cual El Paradero deba existir. “En resumidas cuentas, este año ha sido bastante enriquecedor, yo mismo eh aprendido y quiero seguir compartiendo enseñanzas”.

Si este 2017 ha sido el año de las multidisciplinas y desarrollo colectivo, el próximo será de la inclusión, es lo que manifiesta Henry al ver como todo lo gestionado fue en su mayoría para la gente que ya está acostumbra a consumir estas propuestas. Ahora, la nueva meta es incluir a la gente común que nunca ha pisado un centro cultural. “Hasta el momento todo lo que hemos hecho es para la gente de la escena, pero la gente común es a la que debemos de llegar, ellos son nuestro principal público y estamos viendo nuevas formas para integrarlos”.

Otro de los próximos proyectos que se pretende desarrollar, es crear El Paradero Café Cultural, utilizando la cochera, se empezará armar una biblioteca para convertirlo en un lugar de ocio y educación donde prime la conversa y buena música, la creación de este nuevo ambiente será con el propósito de crear alianzas entre todos los asistentes y de esta manera puedan juntarse para armar nuevos proyectos.

Con respecto al espacio, El paradero Cultural se inició alojando colectivos independientes y artistas de todo tipo, con una onda contra cultural, el Paradero se convirtió en la bajada perfecta para albergar a todo aquellos que tengan algo que decir y no tengan donde. “Hay dos tipos de consumidores, están los que asisten a los eventos y los actores quienes aportan su talento. Este espacio es el foco para que los proyectos de arte, ciencia, emprendimiento puedan desarrollarse a plenitud”.

Así es Henry y el Paradero, autodidactas que buscan hacer de la cultura, un derecho para todo ser humano, un espacio que ha superado al artista y se ha posicionado rápidamente en el circuito cultural. Junto su pareja Miriam Alvarado que es el soporte emocional fundamental para poder avanzar y su gran amigo Chester (mascota), mastican las ideas para quienes visiten el lugar puedan seguir apreciando la labor filantrópica que ya se viene desarrollando desinteresadamente desde hace un año.

Finalmente lo dejamos trabajando para el tan anhelado día junto a los colectivos, viendo como estos se organizan y buscan un espectáculo de calidad. La invitación está hecha y este sábado 25 de noviembre desde las 11 de la mañana podrás crear, aprender y compartir junto a este gran equipo que es, El Paradero Cultural.