Las grandes fusiones, más allá de salvarse de la quiebra, lo único que logran es fortalecer a las grandes empresas en perjuicio de los consumidores que, al momento de comprar productos de primera necesidad y de otra índole, se verán afectados por la onerosidad de sus precios.
Recordemos que la exministra de Economía María Antonieta Alva hace más de un mes proclamó a todos los medios que observaría la Ley antimonopolio que se aprobó en el Congreso y aducía que era muy grave retirar a la Superintendencia de Banca y Seguros para que tenga la exclusividad de opinar cuando se den a futuro las fusiones entre empresas del sistema financiero.
Sin embargo, la ministra se fue a su casa y ya no pudo observar la ley, porque de pronto, vino la vacancia presidencial contra Martín Vizcarra, y luego el breve paso de Manuel Merino en Palacio de Gobierno. Finalmente, Francisco Sagasti asumió la jefatura de Estado transitoria y lo primero que se le ocurrió firmar como mandatario, además de destituir generales de la PNP, ha sido la observación de esta ley.
La Ley de Control de Fusiones, también denominada antimonopolio, más allá de que genere conflictos entre los diferentes agentes económicos, lo único que generará es estabilidad emocional y económica a los millones de consumidores peruanos que durante años y en especial en plena emergencia sanitaria han sido golpeados en su dignidad y en sus economías familiares, debido al abuso que cometen las grandes empresas que continúan fusionándose para dominar el mercado de múltiples rubros, para que finalmente controlen los precios en todo el suelo nacional, debido al poder que les da su hegemonía de concentración. En este sentido, la Confiep como gremio representante de todos los monopolios y oligopolios del Perú, una vez más se entromete en la agenda nacional.
El presidente Francisco Sagasti, lo único que está revelando al observar la ley de control de fusiones, es su postura de cautelar los intereses empresariales, tal como lo ha venido demostrando su agrupación política el Partido Morado; porque ya no es un secreto que ellos están vinculados al poderoso Grupo Intercorp capitaneado por Fernando Zavala, y al influyente Estudio Echecopar. Y eso nos explica la renuencia de la bancada morada en el Parlamento ante proyectos de ley para retirar fondos de las AFP y ONP, manejando el discurso de que están en contra de leyes populistas que engatusan al pueblo; cuando en realidad, siempre estarán a favor de los intereses de sus patrocinadores de Confiep.
No obstante, la propia impulsora de esta ley, la congresista de la bancada morada Zenaida Solís ha sido enérgica en su postura, y ya anunció que de todas formas aprobarán la ley por insistencia. Asimismo, ha lamentado que Sagasti haya observado una ley de fusiones que solo pretendía prevenir la concentración empresarial que generalmente fija sus precios del mercado en contra de los consumidores.
La parlamentaria Solís afirmó: «En el Congreso la aprobamos hace un tiempo, el Ejecutivo acaba de observarla. Una pena, porque en la calle crece el clamor de una nueva Constitución, precisamente porque tenemos distorsiones que no permiten que nuestra economía sea en verdad economía social de mercado, que significa privilegiar el derecho de las personas».
El presidente Sagasti fue entrevistado el último domingo por cuatro comunicadoras complacientes y una de ellas le tuvo que lanzar la interrogante sobre la reciente ley de control de fusiones que ha sido observada y él direccionó el meollo del tema asociándolo a la SBS, cuando la verdadera problemática va más allá de eso, porque se convierte en un problema social.
Ante ello Francisco Sagasti dijo: «Cuando esa ley se presentó, fue una ley muy buena, muy bien armada, y Zenaida Solís que es de la bancada morada hizo un trabajo extraordinario coordinando con diferentes personas. A la hora que se envió ese proyecto de ley a comentarios del ejecutivo, vinieron dos o tres observaciones que parecían sensatas; por ejemplo, en el caso de fusiones de instituciones financieras se tuviera la opinión de la SBS que es un organismo autónomo. El proyecto de ley inicial planteaba que sea solo Indecopi, entonces, una de las ideas era que se incluya la participación de la SBS, ¿por qué? Porque en todo el mundo cuando hay una institución financiera débil con problemas de quiebra, si se deja que quiebre puede arrastrar un crack financiero muy grande como hemos visto en otros lugares. Por lo tanto, la opinión de la SBS sobre si conviene que un banco más grande absorba al banco que está prácticamente en quiebra, es importante para ver si se autoriza o no. Esto no es un rechazo. Nosotros queremos que en las discusiones con el Congreso se perfeccione esa ley. No estamos en contra. Observar no es estar en contra».
Y añadió que hoy lunes almorzaría con la congresista Zenaida Solís y con otros parlamentarios para discutir ese tema.
El poderoso grupo Intercorp
Las grandes fusiones, más allá de salvarse de la quiebra, lo único que logran es fortalecer a las grandes empresas en perjuicio de los consumidores que, al momento de comprar productos de primera necesidad y de otra índole, se verán afectados por la onerosidad de sus precios.
El Grupo Intercorp es el grupo empresarial que es dueño de todas las importantes cadenas de farmacias y boticas privadas en el Perú. En enero de 2018 absorbió al grupo de su competencia Quicorp y ya tiene casi tres años concentrando las cadenas de Inkafarma, Arcángel, Mifarma y las desaparecidas Fasa y BTL. Asimismo, Intercorp también es dueño de laboratorios Cifarma, Quilab y de la Química Suiza. En ese sentido, la concentración, de farmacias y laboratorios privados solo trae beneficios para un grupo económico y se constituye como un verdadero perjuicio para la población.