Nuestro país, no solamente vive una crisis política y económica. Además, de la criminalidad que viene menoscabando la sana convivencia entre los ciudadanos peruanos, en los últimos tiempos ha surgido una clase política que promueve a autoridades de “papel”, sin “sangre”; como se diría en el más puro peruanismo, tenemos presidentes y cancilleres de “pecho frio”. Y eso no se puede permitir.
Los primeros ataques vinieron del canciller de Venezuela, Yvan Gil, quien hace dos días despotricó contra el Perú y también denunció xenofobia. Pero lo más grave, ha sido su falsa sindicación, al afirmar que en nuestro país el gobierno ordenó secuestrar el avión de su selección al impedir que recargue combustible.
Y así se sumaron, la Federación Venezolana de Fútbol, que mediante un comunicado aseveraron que no tolerarán los actos de discriminación y xenofobia que sufrió su selección Vinotinto, durante su paso por Perú.
Posteriormente, el Ministerio del Poder Popular para la Juventud y el Deporte de la República Bolivariana de Venezuela, también lanzó un comunicado agresivo e insolente, haciendo pública su indignación y rechazando las supuestas agresiones que sufrieron los seleccionados de su país.
Y, por si fuera poco, añadieron que se reservaban las acciones legales correspondientes y han exigido a las autoridades de Perú una profunda investigación sobre los inaceptables acontecimientos que violentan los derechos humanos de sus seleccionados.
Comunicado del Ministerio del Poder Popular para la Juventud y el Deporte de Venezuela.
Es decir, todo un “rosario” de agresiones, e infundios contra la soberanía nacional. Y eso no se puede tolerar.
La cancillería de Perú, al mando de Javier González-Olaechea ya debe responder oficialmente y con energía, ante los agravios de las autoridades venezolanas. Pero no debe hacerlo por Twitter.
Lo mínimo que tendría que hacer, es llamar al embajador de Perú en Venezuela, Librado Orozco, para que marque su posición en defensa del país, y seguidamente, pedir una explicación al embajador de Venezuela en Perú, Alexander Yánez Deleuze, para que también explique su posición; de lo contrario, desde Torre Tagle, e incluso desde el Parlamento, también podrían declararlo como persona no grata, en el país.
De esa forma, se marcaría un positivo precedente de defensa de nuestra nación y de nuestra soberanía; en especial, en el ámbito institucional, y con apego al derecho internacional.
Sin embargo, ¿cuál fue la respuesta tibia del Canciller González-Olaechea?
“La Cancillería lamenta la situación que atraviesa el avión que transporta a la Selección Venezolana de Fútbol e informa que el Gobierno del Perú no ha dispuesto ninguna medida que prohíba el reabastecimiento de combustible de dicha nave”, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores.
“No obstante, la Cancillería se encuentra realizando gestiones que permitan solucionar a la mayor brevedad posible esta situación”, concluyó el portafolio de Relaciones Exteriores, que lidera el ministro Javier González-Olaechea.
Pronunciamiento de Cancillería.
Y como el típico “jefe de la banda”, quien es el que tiene que dar la ultima palabra ante sus súbditos, el dictador Nicolás Maduro, fiel a su estilo chocarrero y violento aprovechó el ‘Encuentro con los cadetes de la Fuerza Aérea’ de su país para atacar al Perú.
El infeliz desembuchó: “La xenofobia de esa oligarquía racista de Perú ha arremetido contra nuestra selección nacional. Son capaces de agredir un noble juego de fútbol, donde le dimos una lección de calidad de fútbol. Los empatamos y ellos andan en el fondo y nosotros vamos en cuarto lugar. Envidiosos, mezquinos y malvados. Y, además, arremetiendo contra los nobles venezolanos y venezolanas que viven allá y que lo que hacen es trabajar sobreexplotados”.
El desdichado mandatario llanero tiene la impudicia de derramar sandeces, cuando fue él, el único autor de toda la desgracia que sufre Venezuela. Él es el verdadero creador del éxodo de su gente. La diáspora de ciudadanos venezolanos la causó este psicópata, porque mataba de hambre a su pueblo y como bonus track, fiel al estilo de su alter ego Fidel Castro, nos exportó un gran número de criminales que han tomado nuestro territorio como suyo, para crear zozobra en Perú.
¿Y qué hacen nuestros políticos?
Al menos, Vitocho García Belaúnde, Lucho Gonzales Posadas y Jorge del Castillo, han salido a los medios televisivos a responder a los insultos del impresentable Maduro. Sin embargo, los inquilinos del Congreso de la República, andan más emocionados por el bono de S/10 mil soles, que, por defender al Perú, ante los insultos del gobierno de Venezuela.
Ninguno de ellos, ninguna bancada, ni los grupos de trabajo han agendado una iniciativa, o moción de desagravio para nuestro país.
¿Dónde están Dina Boluarte, Javier González-Olaechea, Alberto Otárola y Jorge Chávez Cresta, qué no responden?
Al menos por un instante, despójense de su angurria y de esa desmedida codicia de poder y pónganse la camiseta de Perú y defiéndanla.
Se exige una inmediata posición y respuesta de sus despachos.