Política

¿Presidente Castillo pretende cerrar el Congreso?

Suenan las campañas de un posible cierre del Congreso de la República. Las fricciones entre el Ejecutivo y el Legislativo nunca cesaron.

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La única forma de revocar un periodo parlamentario es mediante la Disolución del Congreso. Esta posibilidad que ya es familiar en la política peruana ha empezado a rondar desde algunos meses y en especial, desde hace unos días.

Recordemos que el primero que dio un golpe al Parlamento fue Augusto B. Leguía, y luego siguieron otros dictadores, hasta llegar al último del siglo XX… Alberto Fujimori que decidió un 5 de abril de 1992 sacar los tanques a las calles limeñas y desalojó a los representantes de las dos cámaras, que hasta ese momento existían.

Ya en el siglo XXI, el 30 de septiembre de 2019, Martín Vizcarra disolvió el Congreso, sin sospechar que el nuevo “Frankenstein Parlamentario” creado por él, le bajó el dedo el 09 de noviembre del año siguiente y lo vacó por incapacidad moral con 105 votos a favor.

Posteriormente, ya instaurado el régimen del profesor Pedro Castillo, las fricciones entre el Ejecutivo y el Legislativo nunca cesaron, porque desde que el chotano ingresó a Palacio de Gobierno, desde el Parlamento las bancadas conservadoras orquestaron toda una cruzada para vacarlo, incluso, aprobaron una Ley que limitaba a Castillo la prerrogativa para disolverlos. Aquella norma modifica las facultades del Gobierno de pedir un voto de confianza para sus ministros. 

Entre tanto, se impulsaron dos mociones de vacancia fallidas contra Castillo.

La primera, rechazada el 07 de diciembre de 2021, con apenas 46 votos a favor de la admisión, y la segunda, el 28 de marzo de este año, con apenas 54 votos a favor.

Castillo Terrones, se salvó porque el Congreso nunca pudo llegar a los 87 votos que exige la Constitución para destituirlo como jefe de Estado.

A partir de estos conflictivos tramites, ambos Poderes del Estado comenzaron a jugar a los Policías y Ladrones y sopretexto de buscar el “control político” y el “equilibrio de Poderes”, se olvidaron de gobernar y representar a todos los administrados.

Pero el Ejecutivo no se quedó tranquilo y algunos alfiles ligados al presidente empezaron a ventilar la posibilidad de disolver el Congreso.

Recordemos que el fugaz expremier Héctor Valer anunció en el mes de febrero que, si no le otorgaban el voto de confianza, entonces el presidente Castillo podría optar por disolver el Parlamento.

Otro indicador contundente de aquella tesis fueron las declaraciones que hace 2 meses dio en una entrevista a un medio, el titular de Justicia, Félix Chero aseverando que la disolución del Congreso sería la solución para varios problemas que azotan al país y que el mandatario ya tenía planeado realizarlo. 

Por otro lado, los sectores más conservadores del Legislativo y que desde un principio rechazaron el proyecto de una Asamblea Constituyente, se mostraron más que convencidos que si ellos “no ganan por puesta de mano”; es decir, si no vacan a Pedro Castillo, entonces, él, tarde o temprano los disolverá, por las buenas o por las malas.

Eso sin contar el reciente informe de la DINI a pedido del presidente para evaluar los escenarios en caso se dé la vacancia o el cierre del Congreso.

¿Acaso esto es una “paranoia” que obedece a una mala hermenéutica parlamentaria? Si tomamos en cuenta que Castillo Terrones nunca pidió cuestión de confianza, para agotar la famosa bala de plata u oro.

¿Realmente, estamos expuestos a que se repita un nuevo “5 de abril” con los tanques en las calles; ¿a pesar de prever que el mandatario no tendría el respaldo total de las Fuerzas Armadas?

Lo único verosímil en estas improductivas escaramuzas, es que tanto el Gobierno del Lápiz, y el Parlamento, durante 14 meses de gestión, no han sido capaces de producir algo positivo en beneficio de los 33 millones de peruanos.

Aquí el informe.

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