Todo lo que sale de su boca es un dolor de cabeza. Primero dice una cosa y luego dice otra, que lo que realmente quiso decir era otra cosa. Su inexperiencia le está costado al presidente de la República, Pedro Castillo, salga casi todas las semanas a explicarse, ya sea a través de sus ministros o desde un escueto tuit.
Como se recordará, el mandatario dejó libre una posibilidad de brindarle mar al país altiplánico de Bolivia durante una entrevista ofrecida a CNN en español.
“Sí, me expresé mal (respecto a otorgar salida al mar a Bolivia), pido disculpas a nuestro pueblo. Quiero nuevamente decirle que nada haré en mi gobierno sin consultar al pueblo”, declaró al medio regional La Noticia.
El mandatario aseveró que nunca cedería territorio peruano a otro país y que, como parte de sus funciones constitucionales, será “el primero en defender” la integridad nacional.
Explicó que su propuesta binacional va por el lado de ampliar el territorio de Boliviamar para generar en esa zona un punto de “crecimiento económico y turístico” para el país altiplánico a cambio de su gas barato, que serviría para la zona sur del Perú, “con precios más ventajosos para nuestro pueblo”.
“Nunca en mi vida podría ceder un centímetro del territorio peruano a otro país. Tengan por seguro nuestros hermanos que seré el primero en defender la integridad de nuestro país y que nuestra propuesta de concesión marítima no contempla soberanía nacional”, indicó.
Asimismo, recordó que la cesión de territorio marítimo para Bolivia se produjo durante los gobiernos de Alberto Fujimori y Alan García.
“Hay que recordar que dichos acuerdos le otorgan cinco kilómetros de playa y 800 metros de ancho a favor de Bolivia y que los pueden utilizar por 99 años”, puntualizó.
Respecto a las críticas que recibe desde la oposición, volvió a repetir el mensaje de que «la derecha no reconoce la derrota electoral y existe discriminación por su condición de hombre de campo».
«Hemos cometido errores, lo acepto, pero en seis meses no cambiaremos lo que la derecha en el Perú dejó: profesores mal pagados, alumnos desnutridos, escuelas destruidas, peruanos marginados. ¿No se da cuenta Ud. que un periodista incita mi muerte a través del Twitter? La oposición ideológica es una cosa y el odio, la venganza y la no aceptación de mi condición de hombre de campo es otra cosa. Es un tema de racismo, se burlan hasta de mi esposa y de mis hijos, a eso hemos llegado. La derecha no acepta mi triunfo electoral y nunca lo aceptará».