El Derecho vela muchas cosas relacionadas a nuestro cuerpo humano, desde que nacemos, pasando a la donación de órganos, el no atentar contra nosotros mismos, o lo que quedan de nuestros restos; incluso evita que pongamos fin a nuestras vidas a pesar de padecer una terrible e irrecuperable enfermedad.
Al respecto, el congresista de la bancada Cambio Democrático -Juntos por el Perú, Luis Kamiche, ha presentado un Proyecto de Ley (PL) que busca realizar una reforma constitucional para reconocer las determinaciones para el final de la vida como el ejercicio del derecho para acceder a una muerte digna.
La iniciativa legislativa modifica el artículo del numeral 1 del artículo 2° de la Constitución Política del Perú, sobre los derechos fundamentales de la persona.
De esta forma, el artículo queda redactado de la siguiente manera:
«Toda persona tiene derecho a la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física, a su libre desarrollo y bienestar y a las determinaciones para el final de su vida para acceder a una muerte digna. El concebido es sujeto de derecho en todo lo que le favorece».
En su exposición de motivos, el proyecto de ley señala que la Constitución Política del Perú ha omitido declarar integralmente todas las dimensiones del derecho a vivir una vida en condiciones dignas.
Asimismo, refiere que en la Carta Magna, el derecho a la vida tiene dos contenidos esenciales: Derecho a vivir una vida en condiciones dignas y el derecho a no ser privado, arbitrariamente, de la vida. Estos contenidos, subraya, además de ser complementarios deben evaluarse en su conjunto.
En ese sentido, se indica que el derecho a vivir dignamente supone, lógicamente, vivir dignamente hasta el final, contenido que incluye a la muerte digna.
«La dignidad humana, en consecuencia supone aceptar, necesariamente, la capacidad de todo ser humano a decidir sobre sí mismo, mucho más cuando se encuentra en condiciones que vulneran su dignidad humana y, la obligación delEstado para garantizar condiciones dignas de vida para todos hasta para morir», precisa el texto.
El caso Ana Estrada
Un memorable caso vinculado a la «muerte digna» es el de Ana Estrada, una defensora activa con 45 años de edad que enfrenta desde los 12 años la polimiositis, una enfermedad degenerativa e incurable que ha debilitado progresivamente sus músculos, llevándola a depender en gran medida de un respirador artificial a lo largo del día.
En diciembre del 2022, el coronavirus le privó de su capacidad vocal, llevándola a tomar la decisión de raparse y distanciarse de sus amigos. A partir del año 2016, tras salir de una unidad de cuidados intensivos, la psicóloga emprendió una campaña pública con el objetivo de convertirse en la primera persona en Perú con la libertad de decidir poner fin a su vida.
En febrero del año pasado, el Sétimo Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima ordenó al Ministerio de Salud y EsSalud realizar un protocolo de cumplimiento de derecho a la muerte digna para Estrada, sin embarga hasta ahora no hay fecha para aplicarse la eutanasia.