Opinión

Presentación de Los peces cantan en Ucayali

Lee la columna de Pavel Ugarte

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Soy un testigo privilegiado del proceso de este libro que embarcó a su traductor en un romance sin límites con el Perú. Hace como más que 10 años, Mirosław Rajter se propuso la edición de ese texto y como nos une una fraterna amistad, ya que podemos decir que tenemos los mismos gustos y aficiones, me mostró el primer borrador. He visto cómo ese texto ha llegado hasta la impresión que hoy tenemos entre manos y debo decir que los buenos libros se hacen con amor, como soy autor, no me cabe duda. Y además porque conozco detalles que hoy compartir con Uds. para realizar una coloquial invitación a la lectura de Los Peces Cantan en el Ucayali, del investigador y explorador polaco Arkady Fiedler y que Mirosław Rajter ha tenido a bien traducir con el gran apoyo de su compañera, Cindy Carol Álvarez, una amiga mía también desde las aulas universitarias de antropología. Que no les parezca extraño que Mirosław me quiera mucho porque yo los presenté en un recital de poesía y creo que no hice mal porque han formado una bella familia.

Quiero pedirles a todos que hagan un ejercicio mental. Imagen a un niño polaco al otro lado del mundo, leyendo con avidez las amenas paginas de una de las tantas reediciones de Los peces cantan en el Ucayali. Se imagina es mundo amazónico y distante, lleno de seres, plantes y personas que nunca se vida hubiera imagina sino fuera el intrépido Fiedler. El niño de no más de 13 años se emociona, se relame de ansiedad y él a pesar de su corta edad ya emprendió viaje hacia el Perú. Aquí está ese niño, casi 40 años más tarde.

Mirosław siguió las huellas de su maestro Arkady Fiedler, y sobre Arkady hablaremos detenidamente más adelante porque quiero detenerme en el traductor que vive 18 años en el Perú y que se inscribe en una bella tradición de polacos peruanistas, me refiero a Maria Rostworowski, Krzysztof Makowski (u otros arqueólogos polacos), Jan Kalinowski, Eduardo Habich, Ernesto Malinowski y Mariusz Ziółkowski quien tiene valiosos textos sobre la cultura inca y la arqueoastronomía andina.

Mirosław ha editado textos monumentales como el Top Anual de los Grandes Descubrimientos del Perú y organizado exposiciones maravillosas como la muestra fotográfica Sechín, guerreros de piedra. Además, es uno de los pioneros en registrar e investigar la sombra de Ayar Kachi que se proyecta en la montaña Pitusiray ante la laguna Kan Kan. Ahí hundimos nuestros ojos con Mirosław para comprender el resplandor de las estrellas del cielo y sortear el pajonal andino indagando en las huellas de los antiguos peruanos. Con Mirosław, más de una vez nos hemos enfrascado en conversaciones que solo tratan de aproximarse al estado de conciencia del hombre andino-amazónico.

Es aquí donde el traductor toma el mismo camino del autor, Arkady establece con Los peces cantan en el Ucayali una búsqueda para entender la cosmovisión del pueblo Shipibo. Mirosław ha ido haciendo lo mismo, primero entendiendo a otros pueblos del mundo, no nos olvidemos que es políglota y el lenguaje es vehículo de cultura. Mirosław como traductor se encuentra altamente facultado, ha estudiado como 20 idiomas, y habla fluidamente ruso, alemán, inglés, francés, español, estudiaba chino y árabe. Ha estudiado también lenguas nativas peruanas como quechua, aimara, shipibo, asháninca y awajun.

Digo esto para que se entienda que se necesita muchos elementos cognitivos para hacer una adecuada traducción, mucho conocimiento, pero también mucha sensibilidad. Esto no quiere decir que el texto que presentamos hoy sea enredado o solo para un público académico. Todo lo contrario, el libro está preciosamente escrito y adecuadamente traducido. Desde el titulo es poesía pura, Los peces cantan en el Ucayali. El autor hace uso de metáforas muy sencillas pero condensan imágenes poderosas. Como canta un pez, como las burbujas de amor de Juan Luis Guerra o como las corvinas que los Shipibos conocen como tora. Es la segunda alternativa. Las corvinas asoman a la superficie del río y emiten un particular sonido que, entre las densas lluvias y el eco del bosque, denotan una orquesta natural que Arkady supo entender con delirio.

Ojo esto del delirio no es metáfora, cada capítulo denota con gran versatilidad una lectura poética de la naturaleza. Los peces cantan en el Ucayali es el testimonio de un hombre occidental que descubre nuestra amazonía y un mundo nuevo, no solo en lo visible sino también en el plano de la racionalidad, la cosmovisión el entendimiento del universo.

El río es un elemento cultural y lo he sustentado en mi tesis de licenciatura. Entender nuestra relación con los ríos nos debe obligar a ejercer un entendimiento del mundo andino donde todo está vinculado. Ustedes dirán, qué tiene que ver nuestro Willkamayu o Río Sagrado con el Ucayali, a través de los mitos de nuestros pueblos y la recopilación etnográfica se los explico.

Para las comunidades andinas y amazónicas el río es un ser vivo. No es recurso hídrico es un ente con personalidad, el río también es un camino. Una ruta que por ejemplo nos lleva a las estrellas. Los pueblos que viven a la orilla del Willcamayu desde naciente en el nudo del Vilcanota, le llaman a la vía láctea “Hatun Mayu”. El río grande. Esto no es coincidencia, la vía láctea se emplaza en la misma dirección de este río que se le conoce como Vilcanota o Willkamayu hasta el cañón de Machupicchu. Desde ese punto se le conoce como Urubamba hasta que se cruza con el Yanatile para llamarse Alto Urubamaba. Una vez que pasa el Pongo de Mainique se le conoce como bajo Urubamba hasta que se encuentra con el río Tambo, para formar el Ucayali que es cabecera del río Marañon y también del afamado río Amazonas. Justo en ese encuentro hay un distro importante del departamento de Ucayali que es Sepahua.

Si comento esto es para compartirles esa otra mirada de los antiguos peruanos. Para hacerles ver que el autor y el traductor han tenido que sumergirse en las aguas apacibles de este enorme río. Para el mundo amazónico, los ríos pueden tener diferentes planos, subterráneos y celestiales además del terrenal. En la cultura Kukama, la gente del río, su río cultural tiene 8 planos o dimensiones. Por ello hace poco trataron de iniciar un proceso judicial ante las autoridades peruanas para que el río Marañon sea sujeto de derecho. Como en este país no hay justicia, fallaron en su contra, pero el precedente queda. Los ríos del Perú van desapareciendo, se calcula al 2034 grandes áreas del planeta quedarán desérticas y al 2050 sufriremos una crisis mundial a falta de agua. Estos datos los brinda la ONU y pueden cerciorarse en el Google.

Arkady navegó el Amazonas para llegar a Ucayali y dentro de su lectura de la realidad social del Perú encontramos bellos retratos de la gente que iba conociendo a lo largo de su travesía. Como dije en un primer momento, no le faltaba poesía, capítulos como: Pasajeros románticos, jaguar ver-o-peso, ¡muerte a los blancos!, pequeño chiquiño y grande Amazonas, selva sobre el amazonas, el misterio del coronel Fauceet, la tragedia del caucho, indígena, animal de casa, papagayos, hormigas y termitas en Iquitos, suministros frescos de cabezas humanas, la ciudad caliente, mucho alboroto por Leticia, los sueños en el Ucayali, flores que conmovieron a los británicos, la corriente negra de la muerte y naturaleza enloquecida, se engarzan con temas históricos, naturales, políticos y desde luego antropológicos. Arkady es un antropólogo nato. Es didáctico en sus descripciones y no cuestiona, aunque sí opina sin transgredir el contexto de los acontecimientos relatados. Arkady crea una realidad a partir de su observación, se impone su fuerza de voluntad no solo para afrontar lo duro del viaje, quienes conocen la amazonía a profundidad saben que no se trata de un paseo. Sino también para subvertir el entendimiento occidental con su prosa y con su generosa apreciación del pueblo shipibo que ya se encontraba en contacto con migrantes polacos. En la introducción del libro Mirosław hace un oportuno prefacio para entender la presencia polaca en la amazonía peruana como también las motivaciones de Arkady para venir al Perú.

Aquí cabe hacer una reflexión frente a la sensibilidad de dos extranjeros tanto el autor como el traductor, demuestran un amor por la cultura nuestra. Y por esto pienso en ese célebre ensayo de nuestro amauta José Carlos Mariátegui, peruanicemos al Perú. En nuestro país todavía cunde el racismo, la explotación indiscriminada en áreas naturales protegidas, el asesinato de líderes amazónicos es pan de todos los días. Y lo fue también en 1933 cuando Arkady visita el Perú, las huellas de las correrías caucheras que esclavizaron a la población amazónica en los albores del siglo XX estaban presentes.

Aquí creo radica otro aporte de Los peces cantan en el Ucayali, nos invita a conocer la memoria de nuestra amazonía. Pone en relevancia una mirada externa que nos muestra un país desconocido. Las fronteras internas del Perú parecen ser más grandes que las fronteras limítrofes. Este libro ha sido traducido a 14 idiomas, habla de nuestro país, por qué recién desde la década del 30 se traduce este valioso texto. ¿No debíamos haber sido los peruanos los primeros interesados en esta publicación?

Me hago estas interrogantes para graficar el hecho de que nos falta llevar este tipo de información a los colegios, institutos y universidades. Libros como el que presentamos esta noche demuestran una devoción única por la cultura peruana, tanto el autor como el traductor, han tenido la generosidad de asumir una voz para vincular la cultura polaca con la nuestra. Tenemos mucho en común, creemos en la comunidad, en la reciprocidad, en el trabajo colectivo. Los polacos saben amar afiebradamente como nosotros los peruanos y desde la gran historiadora María Rostworoski hasta Mirosław, podemos apreciar ese amor que peruaniza al Perú.

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