Desde que Gustavo Adrianzén pisó el despacho de la PCM, solo se ha visto un continuismo de mal gusto. Los mismos ministros de antes pasaron a su nuevo gabinete y el mismo discurso de siempre ante la prensa hace sinergia con lo que refiere su jefa, la mandataria Dina Boluarte.
Adrianzén en todas las ruedas de prensa desarrolladas hasta el momento, en la propia cara de los representantes de los medios les dice: —“Todos los ministros, incluido yo, están en una evaluación permanente—como si esa respuesta calificara como sensata, tomando en cuenta, las pésimas gestiones que han desarrollado hasta el momento sectores como el de Cultura (encabezando la lista), Vivienda, Educación, Interior, Defensa, Desarrollo Agrario, y Energía y Minas (que acaba de inaugurar a un titular que en su calidad de empresario patrocina a grandes mineras como Southern).
Es decir, el Ejecutivo, al mando de Dinas, Nicanores, Otárolas y ahora Adrianzenes, han refrendado a los ministros mencionados como articuladores de gestión eficiente y deseada, cuando en realidad, no funcionan, porque no se dignaron en emprender políticas púbicas en sus respectivos sectores para sacar adelante el país.
Hasta cuándo vamos ser testigos de noticias que anuncian a los más de tres mil colegios estatales sin agua potable en pleno inicio de clases escolares, según lo anunciado por Sunass, y qué acciones se adoptará con el programa Qali Warma, que continúa contratando por millones de soles a proveedores que ofrecen alimentos malogrados a los niños del Perú.
Ni qué decir, de la situación de los eternos damnificados por las lluvias del norte, en especial de Piura, que, desde ya, no desean que la embustera ministra Hania Pérez de Cuellar se asome por sus lares, porque les mintió en sus propias narices.
Entre tanto, quien se llevó el premio mayor a la incapacidad e ineficacia, a tal punto que hasta podríamos pensar, que su coeficiente intelectual (IQ), estaría por debajo de 70, se llama Víctor Torres, un ministro del Interior que lo exportaron de Estados Unidos exclusivamente para jugar a los ‘policías y ladrones’ y que desde que ingresó al portafolio, solo se ha dignado a balbucear, en el momento que intentó explicar su supuesto plan, si es que este existía.
Y claro, que existía. Aquel mamotreto que emprendió hace varios meses, el defenestrado y también incapaz ministro del Interior Vicente Romero, se llama plan “Perú Seguro” iniciado el 29 de agosto de 2023, en reemplazo del hilarante “Plan Boluarte”, y a pesar que recibió el apoyo del Congreso quien le otorgó las facultades legislativas para llevarlo a cabo, no sirve para nada.
No funciona y no funcionará, porque es un boceto de escritorio, que en realidad nada tiene que ver con el control territorial y con las necesarias acciones de inteligencia y contrainteligencia que se requiere en las calles para poder atacar los corazones de las bandas organizadas.
Así las cosas, Perú está tomado por las organizaciones criminales y ¿cómo se debería atacarlas? Evidentemente, con otras “organizaciones gubernamentales” que ejerzan “organización-sinergia-coordinación-contrastación”. Desafortunadamente, esas cualidades y estrategias la vienen aplicando los delincuentes, por eso crecen a pasos agigantados, a vista y paciencia de un Estado fantasma, que continua a espaldas de sus 33 millones de tutelados.
Así las cosas, mientras minuto a minuto, hora tras hora y semana tras semana, los criminales extorsionan, roban, trafican con estupefacientes, explotan sexualmente, secuestran y asesinan a nuestros compatriotas en las narices de la Policía, el premier Gustavo Adrianzén repite el discurso de su jefa Dina Ercilia y se burla de modo satírico del Perú entero y concluye diciendo:
—“Hubiese sido irresponsable de mi parte, sin haber tenido contacto con los ministros, sin haber visto su gestión, atreverme a proponer cambios, recordemos que yo vengo de estar un año como representante del Perú en la OEA; apenas algunos días he tenido contacto directo con el ministro del interior. Me ha explicado la política del Perú; tenemos que dejar que el plan actúe un tanto—.”
—“La renovación de un ministro no es que vaya a solucionar los problemas”—.
—“Tenemos un problema de inseguridad que viene de atrás, debemos también en dar oportunidad que el plan ‘Perú seguro’ empiece, vaya consolidando y empecemos a ver los resultados”—.
