Los políticos peruanos han entrado en el proceso de putrefacción más rápido e intenso de la historia, gracias al Efecto Odebrecht. Y, si bien, la mentira ha sido su seña habitual durante décadas, la enormidad de las mismas ya no puede ser ocultada bajo el sol.
PPK, figura señera y señorial de la tecno-política y el lobby, mintió una y otra vez al país y no puede consentirse que siga mintiendo. Siendo que el fujimorismo es el movimiento político más negativo de todos los tiempos, PPK debería evitar que el Congreso disponga su vacancia y renunciar de una vez. El ascenso de Vizcarra permitiría recuperar, de alguna manera, la credibilidad mínima que se debe tener todo aquel que ejerza el mandato presidencial.
El tema de la renuncia o la eventual vacancia de PPK ahora pasan por una cuestión de mera estrategia pero debería pasar, también, por un filtro de ética y civilidad ya que los vínculos de PPK con la corrupción odebrechtiana son demasiado palpables como para que sigan siendo ignorados.
Siendo que ya se ha demostrado que Westfield Capital cobró US$ 717.570 millones de dólares por asesorar a Odebrecht por la Carretera IIRSA Norte, adjudicada durante el gobierno de Alejandro Toledo y que esta tuvo un sobrecosto del 98%, debe entenderse que el actual presidente del país no puede estar más embarrado de hez. Westfield Capital para todo aquel que aún no lo sepa es una empresa de PPK. Y debe entenderse, también, este pago momumental se debió a la realización de siete asesorías entre 2004 y 2007, lapso en cuyo tramo más extenso PPK ocupó los cargos de ministro de Economía y presidente del Consejo de Ministros.
Además, y mucho más grave respecto de la debida dignidad que debe procurar un mandatario, PPK ha mentido al país en reiteradas ocasiones. Circunstancia que se ha visto acreditada hace unas horas debido a una información enviada, específicamente, a la infame Comisión Lava Jato por Mauricio Cruz, actual responsable de Odebrecht Perú, a solicitud de la impresentable presidenta de dicha comisión, Rosa María Bartra.
En primer lugar, y haciendo memoria, comprobaremos que PPK negó en todo momento que haya trabajado para la constructora brasileña, sobre todo, inmediatamente después del último interrogatorio que tuvo Marcelo Odebrecht en Curitiba hace unas semanas. Como debemos recordar, en ese momento, mucha gente decía que era la palabra del reo brasileño contra la del presidente «peruano» y que esa incriminación no significaba nada. Sin embargo, ya era claro que M.O. no podía estar mintiendo ya que eso le acarrearía problemas en tanto él está obligado en su condición de colaborador eficaz a decir la verdad y nada más que la verdad. Por lo tanto, quien mentía era PPK y mal se hizo en concedérsele el beneficio de la duda.
Luego, cuando Elianne Karp en su desaforado y patético estilo amenazó a PPK al iniciarse las investigaciones en contra de Alejandro Toledo nadie sabía exactamente por donde vendrían sus tiros. Ahora, ha quedado muy bien definida la batería a la que se refería la deplorable compañera del «cholo sano y sagrado» – distorsionado y mundano si los hubo para mayor paradoja y constatación del cinismo ilimitado de esa torva pareja de aventureros de la peor calaña-. Me refiero a la Carretera IIRSA Norte, adjudicada durante el gobierno de Alejandro Toledo y que tuvo, según el informe propalado por IDL-Reporteros en su oportunidad, un sobrecosto del 98%. Asesorar a una empresa que recibe una adjudicación, en tanto, se es funcionario público del sector en la que esta se realiza es, por lo menos, objeto de sanciones administrativas.
Además, los vínculos de PPK con el Proyecto H2Olmos, entre otros, hacen que su permanencia en la Presidencia sea insostenible. De hecho, nunca debió haber asumido un puesto de tanta importancia siendo que es uno de los más conocidos y reputados lobbistas de la historia reciente pero el enceguecido electorado premió con el triunfo en las urnas a un tipo que durante toda su vida se caracterizó por intentar vender al Perú al mejor postor y esto hay que decirlo claramente y en voz muy alta para el bien de nuestra propia dignidad.
La verdad, tenemos suerte, porque si los extremos del espectro político estuvieran bien constituidos hace rato hubieran dado un golpe de Estado- las derecha- o una intentona revolucionaria- la izquierda-.
En este orden de cosas, esta crisis nos facilita que actuemos dentro del respeto a la democracia pero, por el bien de la misma, no podemos consentir a todos estos miserables.
En este sentido final, lo único que nos queda es no conceder espacio al fujimorismo y apoyar a Vizcarra salvo que se demuestre que es otro incapaz moral sobre todo por sus vínculos con Chinchero.
Así de hundidos estamos y la pregunta es ¿hasta cuándo lo consentiremos?
