Cada palabra, gesto, silencio y mirada, le jugó en contra en la entrevista en vivo que dio el presidente PPK ayer por la noche. En esa entrevista se pudo observar a un hombre herido en combate, un hombre que intentó justificar lo injustificable.
Ante la cuenta regresiva del jueves de vacancia, PPK tuvo la peor presentación en televisión desde que asumió la presidencia. La ignorancia de sus asesores hizo que convirtieran al presidente en un conejillo de indias. Una penosa imagen que forma parte de una muerte anunciada.
Después de ver y escuchar que no tiene como defenderse de las acusaciones, la vacancia es un hecho. Aquí la culpa solo recae en el espíritu lobista del presidente, un espíritu que lo llevó a crear empresas y cobrar grandes cantidades de dinero de la corrupta constructora Odebrecht. Aunque lo niegue una y mil veces, PPK se benefició, o usando sus propias palabras diría “Yo gané algo de dinero”.
El chileno Gerardo Sepúlveda, terminó sin pensarlo, siendo el sepulturero del hombre que le dio toda su confianza. “Yo tengo una empresa que es como un banquito, pero yo no me ocupo del banco”, “Recién ahora haciendo toda la investigación arqueológica, empiezo a ver el contrato que yo nunca había visto”, “Mientras trabajaba en el gobierno yo no quería saber lo que estaba pasando”, “Yo no conocía estos contratos”, son algunas de las excusas que solo una persona senil diría en vivo a cinco canales de televisión en simultaneo.
PPK llegó al poder gracias al voto antifujimorista, y es ese mismo voto que ante la vacancia presidencial y ante la posibilidad de declarar incapacitados a Vizcarra y Aráoz, podría colocar en la presidencia al fujimorista Galarreta, una ironía del destino que además vendría acompañando del indulto a Fujimori.
Son días de penumbra, donde las decisiones serán tomadas en menos de 72 horas, y el Congreso de la República se convertirá en un circo romano donde rodaran cabezas.
