Por Rafael Romero
Nadie es profeta en su tierra y a veces del exterior tienen que llegar noticias que reconocen el gran potencial de desarrollo que tiene el Perú y la bondad de sus proyectos para hacer realidad, por ejemplo, la planta del llamado “hidrógeno verde”.
Precisamente, tenemos el panorama más claro a partir de lo dicho por el periodista ecuatoriano José Antonio Sánchez, al comparar la crisis energética en su país, incluso con apagones, frente al Perú que avanza hacia un futuro prometedor con energías renovables.
Recordemos que a inicios de mayo del año pasado el ministro de Defensa, Walter Enrique Astudillo Chávez, le manifestó al gobernador regional de Arequipa, Rohel Sánchez, la voluntad política del Estado para hacer realidad el proyecto de construcción de una planta de hidrógeno verde en un terreno colindante a la Base Aérea La Joya, dotando a dicha región de una nueva matriz energética limpia.
Entonces, el ministro Astudillo -acompañado de importantes oficiales de la Fuerza Aérea del Perú (FAP)- indicó que el hidrógeno verde es una energía limpia y renovable, por lo que una planta de este tipo es en realidad un megaproyecto que contribuirá al cambio de matriz energética, lo que es acorde con una visión a largo plazo en provecho del desarrollo de la población y la industria nacional.
Como lo ha dicho por su parte el colega ecuatoriano José Antonio Sánchez, su país viene perdiendo 7,500 millones de dólares por la crisis energética, gastando ese dinero en la compra de energía termoeléctrica, renta de barcos, reparaciones de centrales y a la espera de lluvias para las hidroeléctricas, el Perú avanza sostenidamente a un futuro con energía limpia y más barata, pues con un tercio de los gastos ecuatorianos, es decir con poco más de dos mil millones de dólares, se está desarrollando el proyecto hidrogeno verde, que es un combustible que se genera a partir del agua y la electricidad.
Así, con el importante concurso del ministro de Defensa, Walter Astudillo, en terrenos aledaños a la Base Aérea de La Joya, en Arequipa, se están instalando tres millones de paneles solares en una extensión de 4,000 hectáreas donde empezará el proceso para generar electricidad mediante la electrolisis, útil para separar las moléculas de hidrógeno y oxígeno del agua, quedando esta última liberada al ambiente, mientras que la de hidrógeno se almacenará en grandes cantidades, eliminando con este ciclo la dependencia de combustibles fósiles.
El agua no se desperdiciará, ya que luego del proceso se la refrigerará y volverá a entrar al proceso para ser nuevamente aprovechada, además de que generará por lo menos 1,500 puestos de trabajo directos y de seguir impulsándose el proyecto este 2025, produciría –a mediano plazo- hasta 80,000 toneladas de hidrógeno verde anualmente (unos 323 megavatios de electricidad).
Pero hay más, pues está el subproducto del hidrógeno: el amoniaco, el mismo que podría llegar a más 400,000 toneladas para la exportación. De esta manera, con la referida planta, la región Arequipa marcará un cambio sustantivo respecto de la generación de electricidad en este lado del Pacífico.
El ministro de Defensa, Walter Astudillo, también dijo hace medio año que no solo se trata de un megaproyecto sino de una visión de futuro que cambiará la matriz energética, produciendo combustible limpio, reduciendo emisiones y fomentando la transición hacia una economía sostenible.
Finalmente, en materia geopolítica, así como existen bondades en el megapuerto de Chancay, para el caso del proyecto de hidrógeno verde, su planta de producción eléctrica en Arequipa será la primera y más grande de este tipo en Sudamérica.